Rescatamos del overtraining a la joven promesa del tenis
Primer artículo de psicología deportiva publicado por Alto Rendimiento. En este caso una joven tenista que sufre sobreentrenamiento se le realiza una intervención para que pueda volver a la competición. El objetivo del artículo es sensibilizar a los deportistas.
Autor: Amanda Owens (North London University)
La cuestión
Mónica había pasado los dos primeros tercios de la temporada a un nivel alto, incluso, mejorando su juego. La vi jugar por primera vez en la final autonómica que perdió ante una tenista a la que había vencido en dos ocasiones anteriores; en ésta Mónica era derrotada.
Mónica se acercó para mantener una conversación sobre su reciente rendimiento. Reveló el disgusto del anterior torneo, el cual, finalizó con lágrimas, lanzando la raqueta al aire y discutiendo continuamente con el juez de pista. Lo que la llevó a recibir varios avisos por parte del juez junto con la perdida de varios puntos.
Tres semanas más tarde recibí la llamada de Mónica. Se notaba que no había ganado ningún encuentro desde la última vez que nos vimos. Las señales obvias pidiendo ayuda se enfatizaron cuando me dijo que “temía no querer continuar con la práctica del tenis”.
Me explicó que surgieron importantes diferencias con su entrenador (su padre) y que la relación dio un vuelco debido a su pobre rendimiento. Esto estaba afectando al buen ambiente familiar, los estudios y su tenis. Tras hablar con su padre, él comentó que “Mónica no tenía energía, no se movía y era una jugadora totalmente diferente”.
Perspectiva Teórica
La dificultad en la que Mónica estaba sumergida era de seria envergadura. Cuando fui a verla jugar su siguiente torneo, tras el partido me confesó que no sentía energía alguna ni deseo de jugar. Paralelamente encontraba más difícil que nunca el concentrarse. Estos síntomas indicaban lo que ya había sospechado con anterioridad: Mónica estaba sufriendo el síndrome de sobreentrenamiento o overtraining. Para cuantificar el problema, le administré el test que determinaría su Perfil de Estado de Jovialidad (Profile of Mood States for Children, POMS-C) adaptado del inventario psicológico para niños (Terry. Keohane & Lañe, 1996). Esta es una versión reducida, 27-partes, del test original de POMS (McNair, Lorr. Droppleman, 1971).
El POMS-C supervisa seis estados de jovialidad: (Figura 13) Tensión, Depresión, Enfado, Vigor, Fatiga y Confusión. Investigaciones sobre el POMS han demostrado (con consistencia) que el éxito deportivo está ligado con el “iceberg’ del estado de jovialidad (Morgan, 1980). También se sabe que este test, diferencia a los atletas con éxito de los que sufren una mala racha. Como muestra la figura 13, el perfil del Iceberg viene a indicar que los atletas más exitosos, tienden a obtener mejores resultados en la componente ‘vigor’ y marcan más bajo en las otras cinco componentes. Cuando ocurre lo contrario el perfil indicaría que el deportista está crónicamente fatigado o sobreentrenado. Atletas con marcas elevadas en las variables fatiga y depresión están mayoritariamente condicionados a estar quemados y a necesitar cambios en su programa de entrenamiento.
El POMS se utiliza para alertarnos sobre aquellos atletas que se presentan predispuestos a parar la práctica mucho antes de que se observen síntomas de bajo rendimiento y fatiga prolongada.
El test realizado a Mónica, marcaba extremadamente alta la variable fatiga mientras que el nivel de depresión se encontraba por encima de la media, en definitiva, claras señales del síndrome de sobreentrenamiento. Esto daba explicación a la pérdida de entusiasmo, falta de energía, pérdida de concentración y lo que es más importante, sus atípicos berrinches emocionales. Para confirmar el diagnóstico, Mónica fue aconsejada por el fisiólogo para que acudiera a una prueba que determinara los niveles de serum ferritín. Este es un test de anemia que refleja la deficiencia de hierro en la sangre y está relacionado con fatiga y languidez. Conjuntamente éste confirmaría que el problema no provenía de su dieta (común en deportistas del sexo femenino). Una vez descartada ésta posibilidad, el test corroboró un resultado negativo, confirmando el sobreentrenamiento como diagnóstico.
Intervención
El primer paso, fue la reestructuración completa de los entrenamientos y torneos para permitir el descanso y así, recuperar la fortaleza física y mental. Acordé esto primeramente con Mónica y luego con su padre/entrenador… la deportista no había tenido un día de descanso durante los últimos cuatro meses y medio.
Expliqué los síntomas de sobreentrenamiento a ambos (ver tabla.5) y recomendé reposo indefinido. Durante este periodo Mónica no jugaría al tenis pero podría tomar parte en actividades lúdicas por su cuenta así como las organizadas por el instituto donde estudia (Ej. natación). Paralelamente, Mónica admitió estar experimentando dificultades en los exámenes de bachiller debido al cansancio.
Llegados a ese punto, el fisiólogo recomendó que Mónica registrara sus pulsaciones cardíacas en reposo (cada día, justo después de despertarse) como otra forma de evaluar su estado de fatiga. Al principio del programa de intervención las pulsaciones merodeaban las 83 por minuto, algo disparadas con relación a sus 58 p/min. habituales. El chequeo del pulso junto a la presión sanguínea servirían como indicadores para el retorno a los entrenamientos. A estos factores y tras repasar la alimentación de Mónica, el fisiólogo recomendó el consumo de hidratos de carbono sanos y suplementación vitamínica (especialmente vitamina-C para vigorizar su sistema inmune)
Durante el primer mes de intervención tenía con Mónica dos sesiones semanales. Estas se emplearon para aumentar su autoestima, incorporando técnicas de visualización que erradicasen el pobre rendimiento experimentado últimamente. (Visualización es una práctica mental en la que el deportista crea una imagen vivida. Imagen visual controlada de la situación de juego real, en la que el individuo imagina como resolverá esta situación generalmente comprometida). El plan era rememorar’ sus buenas actuaciones sobre la pista, y promover sólo pensamientos satisfactorios y positivos. Durante este periodo, también re-evalué los resultados del POMS para comprobar mejoras en su “perfil de jovialidad”.
Por otro lado se le preparó para utilizar la técnica del lugar apacible (TLA) y la de centralización (centring). Ya que éstas son intervenciones para aumentar la relajación y pueden mejorar la capacidad de enfoque (atención / concentración). Mónica aplicó estas prácticas de habilidad mental en casa, lo que también le ayudó durante el periodo de preparación para sus exámenes. Éstas y otras técnicas se irán desarrollando y exponiendo en los próximos ejemplares de altorendimiento. Después de seis semanas, Mónica, se sentía menos agotada y más motivada para volver a jugar. Mientras el POMS empezaba a mostrar la punta del iceberg deseada, Mónica empezó a entrenar dos veces por semana. La sesiones se realizaban a partir de juegos y la participación en torneos no se reanudaría hasta que ella se sintiera totalmente preparada para ello. Continué visitándola dos veces por semana durante el siguiente mes, para luego reducir a una nuestras sesiones semanales, visto el progreso alcanzado en el POMS.
El entrenamiento de Mónica se incrementó a tres sesiones por semana asegurando dos días completos de reposo durante los siete días. Su entrenamiento y plan de competición fue completamente reestructurado para permitir que su máximo potencial y el tiempo de tapering coincidiera con su primer torneo en el mes de diciembre. Durante este periodo del entrenamiento se orientó más hacia la calidad que a la cantidad del mismo. También se animó al padre para que atendiera las necesidades de Mónica sin ser tan autocrático en su estilo de entrenamiento.
Con respecto a su padre/entrenador, también se le invitó a realizar una sesión de habilidad psicológica deportiva con Mónica para asegurarme que conociera las intervenciones que yo estaba utilizando con Mónica y así, poder demostrar como su actitud (la de él) estaba afectando el rendimiento de su hija durante los entrenamientos y competiciones. Ninguno de los dos se escuchaban y tenían sus propias ideas preconcebidas con respecto a como hacer las cosas. Esto estaba afectando a su dinámica como equipo (atención a los artículos en Cohesión Deportiva en próximas ediciones de AR). Tras airear sus sentimientos, ambos se dieron cuenta del nivel de enfado que se había generado.
Resultado
El rendimiento de Mónica ha mejorado considerablemente. Entrena cuatro días a la semana y está incrementando sus niveles de fitness. Se encuentra más feliz en todos los aspectos de su vida y su perfil de personalidad ha regresado al estado positivo (El iceberg). Mónica es ahora capaz de visualizarse jugando bien e incorpora esto en su preparación antes del partido. También utiliza el centring durante los partidos para poder relajarse y mantener la concentración. En las finales nacionales, Mónica jugó su mejor tenis comparado con los últimos seis meses, ganando a jugadores de mayor ranking y haciéndose con la final.