Ánalisis de la tensión arterial en posiciones isométricas de gimnasia aeróbica
RESUMEN
El objetivo de nuestro estudio fué analizar las variaciones que experimenta la tensión arterial cuando se somete a los sujetos a posiciones básicas derivadas de elementos de dificultad de gimnasia aeróbica en los que se realiza una fuerza estática en isometría. La muestra elegida estuvo compuesta por 13 sujetos de una media de edad de 21,31 años, estudiantes universitarios del campus de Pontevedra y que llevaban más de tres meses practicando gimnasia aeróbica. El protocolo consistió en la realización de mediciones de tensión arterial sistólica y diastólica adoptando tres posiciones diferentes durante 20´´ con un descanso de 5´ entre ellas. Las posiciones fueron: fondo en tres apoyos (dos pies y una mano), equilibrio lateral en dos apoyos (1 pie y una mano), ángulo en cuatro apoyos (2 manos, dos pies) Los resultados nos demostraron, que, ciertamente, se produce un incremento de tensión arterial, respecto a la tensión arterial en reposo, concretamente, el mayor incremento se produce sobre la tensión arterial diastólica y varía en función de la posición del individuo. La posición de equilibrio lateral, en dos apoyos, fue la que provocó el mayor incremento en tensión arterial diastólica y la posición en ángulo, en cuatro apoyos, fue la que provocó el mayor incremento en tensión arterial sistólica.
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
1.1. La fuerza estática en la gimnasia aeróbica La gimnasia aeróbica es un deporte en el que las capacidades físicas de fuerza y flexibilidad son los factores que condicionan la consecución de un rendimiento óptimo a nivel deportivo. Los deportes gimnásticos demandan cualidades de fuerza para la realización de ejercicios en los que el tipo de contracción muscular predominante es tanto de tipo isométrico como anisométrico. Según Kuznetsov (1989), en gimnasia se somete a la musculatura a sobrecargas límites estáticas y dinámicas, de este modo, podemos decir, que es uno de los deportes en los que se manifiesta estos dos tipos de fuerza, en un mismo ejercicio. Quizá una de las modalidades gimnásticas en las que se necesita con más claridad el desarrollo proporcional de la fuerza estática y dinámica sea la gimnasia aeróbica, puesto que el reglamento vigente 2005-2008 de esta modalidad contiene dos grupos de elementos de dificultad denominados “de fuerza dinámica” y de “fuerza estática”. No debemos obviar el hecho de que, aunque la fuerza aparezca reflejada de forma explícita en dos grupos de elementos, también es necesaria para la correcta ejecución de otros elementos incluidos en los demás grupos de dificultad Riba et al. y López, Vernetta y de la Cruz (1997, 2002, citados en Torrents 2004), valoran la importancia de la fuerza en este deporte gimnástico. En el estudio realizado por Riba et al. (1997, datos no publicados) se concluye que el factor fisiológico más determinante de este deporte, es la fuerza. También López, Vernetta y de la Cruz (2002) dan un papel primordial a la fuerza relativa aplicada a la técnica y a los factores neuromusculares debido a las grandes exigencias de salto. En la tesis doctoral de Torrents (2004) encontramos datos de un estudio, basado en la realización de una encuesta a 44 gimnastas que participaban en el Campeonato de España organizado por la RFEG (Real Federación Española de Gimnasia) celebrado los días 15 y 16 de abril del 2000 en Palma de Mallorca (Torrents y Balagué, 2001b), que corrobora la importancia del desarrollo de la fuerza en los entrenamientos de gimnasia aeróbica. Uno de los resultados obtenidos nos indica que el 95,3% de la muestra realizaban entrenamientos de fuerza. Además los competidores repartían sus entrenamientos de fuerza entre sesiones en la sala de musculación, sesiones realizando ejercicios con el propio peso o con aparatos de gimnasia, y sesiones realizando las dificultades de la coreografía. 1.2. La isometría Bosco (2000) nos define una contracción isométrica como el desarrollo de tensión en un músculo sin producir movimiento externo. La activación muscular isométrica , con un nivel de tensión superior al 25-30% de la fuerza máxima isométrica (MFI), se sucede bajo una interrupción del flujo sanguíneo en los tejidos musculares (Barcroft, 1960 citado en Bosco 2000). Esto provoca, automáticamente un aumento de la tensión sistólica y diastólica, que en personas con cardiopatías, puede ocasionar trastornos en su sistema circulatorio. 1.3. Isometría y tensión arterial Sobre isometría y tensión arterial encontramos el estudio realizado por Kamiya et al. (2001) sobre 22 mujeres de una media de 22 años que concluye que en isometría la tensión arterial aumenta en un rango muy elevado, este autor nos remite a otro estudio realizado por Pots & Le (1998), que dicen que cuando hay una presión elevada sobre el seno carótido sistemáticamente se incrementa la presión arterial durante una contracción prolongada. Mitchel et al. (1981) concluye, tras analizar su estudio, que durante una contracción constante al 20% de una contracción máxima voluntaria durante 5 minutos, la presión arterial aumenta un 40% cuando se actúa sobre una gran masa muscular. 1.4. Objeto de estudio Tras un exhaustivo análisis y movidos por nuestra experiencia en el ámbito de la gimnasia aeróbica observamos que la capacidad física de la fuerza es determinante para la performance deportiva. Los elementos de fuerza estática deben realizarse en un momento en el que, probablemente la tensión ya esté lo suficientemente elevada, puesto que el competidor, antes de entrar a competir, demostrando sus habilidades cualidades y capacidades en una rutina, ha realizado un calentamiento previo muy intenso. La ejecución de elementos de fuerza estática corresponden con un cambio brusco de nivel, en el que el sujeto pasa de un nivel espacial medio o alto a un nivel bajo en el suelo, con lo cual la tensión sufre también una desestabilización que se sumaría al incremento de tensión derivada de la propia ejecución del elemento. Losa (2002) en su estudio nos dice que la respuesta normal a un cambio de posición tendido supino a erguido produce un incremento de la tensión arterial diastólica y de la frecuencia cardiaca, con un descenso leve de la tensión sistólica. Debido a su grado de dificultad, en la mayoría de rutinas, los elementos de fuerza suelen situarse al principio. Así mismo, el grupo de elementos de flexibilidad y otros, debido a la necesidad de lubricación muscular sanguínea y a su economía de esfuerzo físico en su realización, suelen situarse al final, cuando la resistencia anaeróbica comienza a ser un factor limitante. Tras ello, nos interesaba saber en qué medida el incremento de la tensión arterial en la realización de los elementos de fuerza estática puede ser un condicionante en la ejecución de la rutina, puesto que, numerosos estudios, nos indican que se produce un incremento de tensión arterial muy elevado en ejercicios isométricos de fuerza estática. 1.4.1. Hipótesis La fuerza estática isométrica produce una elevación significativa de la tensión arterial. 1.4.2. Objetivos • Determinar si la fuerza estática isométrica provoca un incremento de la tensión arterial. • Determinar si el mayor incremento de tensión arterial en isometría se produce en sístole o en diástole. • Determinar que dificultad gimnástica de fuerza estática provoca un mayor incremento de la tensión arterial. • Determinar si la fuerza estática es un factor limitante y condicionante de un rendimiento óptimo, sobre todo, cuando el gimnasta no presenta una tensión arterial muy estable.
MATERIAL Y MÉTODO
2.1. Muestra 13 estudiantes universitarios practicantes de gimnasia aeróbica en el Campus de Pontevedra (11 mujeres y 2 hombres) de edades comprendidas entre los 19 y 25 años. 2.2. Variables 2.2.1. Dependientes Tensión arterial, operativizada a partir de las siguientes medidas: • Tensión arterial sistólica en 3 apoyos: en posición de fondo. • Tensión arterial sistólica en 2 apoyos: equilibrio lateral • Tensión arterial sistólica en 4 apoyos (L support o ángulo): apoyo de pies y manos • Tensión arterial diastólica en 3 apoyos: en posición de fondo. • Tensión arterial diastólica en 2 apoyos: equilibrio lateral • Tensión arterial diastólica en 4 apoyos (L support o ángulo): apoyo de pies y manos 2.2.2. Independientes Variables personales: • Edad • Sexo • Peso • Altura • Envergadura Tensión arterial • Tensión arterial sistólica en reposo • Tensión arterial diastólica en reposo. Frecuencia cardiaca 2.3. Material 1 Tállimetro, 1 báscula médica, 2 tensiómetros, 2 cronómetros, 2 pulsómetros 2.4. Método Medición nº 1 de variables personales. Los sujetos son medidos, pesados y tallados por el investigador. Posición del sujeto: erguido (descalzo). Medición nº 2 El investigador toma la tensión arterial sistólica y diastólica en reposo Posición del sujeto: sentado relajado, brazo izquierdo apoyado en una mesa. Tiempo: 5´ Medición nº 3 El investigador toma la tensión arterial sistólica y diastólica en fuerza estática con isometría de 3 apoyos. Posición del sujeto: tendido prono, en posición de fondo, con apoyo de 1 mano y 2 pies Tiempo: 20´´ Reposo nº 1: 5´ Medición nº 4 El investigador toma la tensión arterial sistólica y diastólica en fuerza estáticaen isometría de 2 apoyos. Posición del sujeto: lateral, con apoyo de i mano y un pie, el brazo de la mano libre se pega al lateral del cuerpo y el pie de la pierna libre se separa ligeramente del pie de apoyo. Tiempo: 20´´ Reposo nº 2: 5´ Medición nº 5 El investigador toma la tensión arterial sistólica y diastólica en fuerza estática en isometría de 4 apoyos ( L support o ángulo.) Posición del sujeto: sentado, las manos y pies apoyados en el suelo, las piernas extendidas y juntas y los glúteos elevados del suelo, sustentados por los brazos y el apoyo de manos. Tiempo: 20´´ Reposo nº 3: 5´.
RESULTADOS
3.1. Medias descriptivas de variables personales
Tabla 1. Media y desviación típica de la edad, el peso, la talla y la envergadura
3.2. Medidas descriptivas de T.A. en reposo
Tabla 2. Media y desviación típica de la tensión arterial sistólica y diastólica en reposo
Tabla 3. Media y desviación típica de la tensión arterial sistólica y diastólica en fuerza estática de 3 apoyos
La fuerza isométrica ejercida desde la posición tres apoyos provocó un incremento de tensión arterial sistólica de un 16,33% respecto a la media de la tensión arterial sistólica en reposo. La fuerza isométrica ejercida desde la posición de tres apoyos provocó un incremento de tensión arterial diastólica de un 24,37% respecto a la media de la tensión arterial diastólica en reposo 3.4. Medidas descriptivas de la T.A. en 2 apoyos
Tabla 4. Media y desviación típica de la tensión arterial sistólica y diastólica en fuerza estática de 2 apoyos
La fuerza isométrica ejercida desde la posición de dos apoyos dos apoyos provocó un incremento de tensión arterial sistólica de un 18,32% respecto a la media de la tensión arterial sistólica en reposo. EDAD PESO TALLA ENVERGADURA Media 21,31 57,4469 163,4462 165,9846 T.A.S.REPOSO T.A.D.REPOSO Media 118,0000 70,4615 7 La fuerza isométrica ejercida desde la posición de dos apoyos provocó un incremento de tensión arterial diastólica de un 28,17% respecto a la media de la tensión arterial diastólica en reposo 3.5. Medidas descriptivas de la T.A. en L support
Tabla 5. Media y desviación típica de la tensión arterial sistólica y diastólica en fuerza estática de 4 apoyos
La fuerza isométrica ejercida desde la posición de ángulo provocó un incremento de tensión arterial sistólica de un 16,88% respecto a la media de la tensión arterial sistólica en reposo. La fuerza isométrica ejercida desde la posición de ángulo provocó un incremento de tensión arterial diastólica de un 33,62% respecto a la media de la tensión arterial diastólica en reposo
DISCUSIÓN
En las personas sanas la tensión arterial varía desde 80/45 mmHg. en lactantes, a unos 120/80 mmHg. a los 30 años, y hasta 140/85 mmHg a los 40 o más. La tensión arterial varía, también, entre las personas, y en un mismo individuo, en momentos diferentes. Suele ser más elevada en los hombres que en las mujeres y los niños, es menor durante el sueño y está influida por una gran variedad de factores. En nuestro estudio, y respecto a los aspectos anteriormente señalados, partimos de la base, tras analizar las medias obtenidas de tensión arterial sistólica y diastólica, de que la muestra posee una tensión arterial baja en reposo. Debemos analizar la muestra y comprobaremos que la mayoría de los sujetos estudiados son mujeres delgadas (11 mujeres y 2 hombres), de ahí que obtengamos unas cifras ligeramente inferiores a la media esperada (véase tabla 1) Akdur (2002) et al. encontraron valores significativamente más elevados de tensión sistólica y diastólica en ejercicios estáticos de fuerza respecto a los dinámicos. Al respecto, Zidermanis (2000) nos dice, tras analizar los resultados que de su estudio, que las contracciones en fuerza isométrica producen un incremento de la resistencia vascular. La fase de contracción muscular comprime el sistema vascular periférico con un incremento de la frecuencia cardiaca tras la contracción y un descenso en el retorno venoso. Esto provoca un incremento en la tensión sistólica y diastólica. Contrastando estos resultados con los obtenidos en nuestro estudio, observamos claramente un incremento en la tensión arterial de entre un 16%-33% respecto a la tensión arterial en reposo. Según Cedric X (1998) los ejercicios de fuerza estática provocan incrementos significativos en la presión arterial, sobre todo la diastólica, y en la demanda de oxígeno. Tras analizar los incrementos de tensión arterial, detectamos que los incrementos de tensión diastólica fueron mayores que los de tensión arterial sistólica. La sistólica se incrementó aproximadamente entre un 16-19% (véanse tablas 1, 2, 3, 4 y 5), y la diastólica se incrementó entre un 24-34%(véanse tablas 1, 2, 3, 4 y 5), en función de la posición de fuerza estática adoptada. La diferencia de incremento de tensión diastólica sobre sistólica ronda un porcentaje de entre un 8%-15%. En una contracción isométrica la tensión arterial sistólica no sufre un incremento tan pronunciado como la diastólica porque el tiempo de ejecución de la contracción es insuficiente para que la sistólica se eleve al nivel que lo haría en una contracción prolongada realizada a través de fuerzas dinámicas. El mayor incremento de la tensión sistólica, lo encontramos de forma aislada, es decir, en un 8% de la muestra estudiada, en la posición de dos apoyos en equilibrio lateral, alcanzando 182 mmHg (véase tabla 4). En esta posición la base de sustentación es mucho más reducida respecto al resto de posiciones. Esta, comprendería un rectángulo estrecho, que abarcaría desde el lateral de un pie hasta la mano y dónde la posición de equilibrio es mucho más difícil de mantener que en el resto de posiciones. Por ello, la fuerza estática ejercida puede convertirse en la suma de pequeñas fuerzas dinámicas que actúan en la estabilización de la posición. La contracción isométrica ejercida en dos apoyos, sufre constantes reajustes, debido al papel que juega el equilibrio, de ahí que encontremos valores más elevados en la presión sistólica respecto a las otras dos posiciones. El mayor incremento de tensión diastólica lo encontramos también de forma aislada, en la posición de ángulo (L support), con cuatro apoyos alcanzando 115 mmHg (véase tabla 5). En esta posición los brazos, casi de forma exclusiva, deben soportar casi el 60% del peso del cuerpo. La contracción isométrica ejercida en posición de ángulo es más rápida que el continium de pequeñas fuerzas estabilizadoras de la posición de equilibrio lateral, y juega un papel importante la fuerza ejercida por la musculatura del brazo y antebrazo, con lo cual los valores obtenidos en presión sistólica son más elevados.
CONCLUSIONES
La OMS establece que una frecuencia cardiaca normal en términos basales indicadora de un estado de salud se calcularía, para las edades comprendidas en nuestro estudio, restándole la edad a 220 pulsaciones por minuto. También nos indica que una óptima tensión arterial máxima sistólica correspondería a 140 mmHg.. Atendiendo al doble producto de la tensión arterial sistólica por la frecuencia cardiaca, cuyo resultado sería aproximadamente de 27860 en nuestro caso, observamos que ningún sujeto sobrepasa el límite máximo del umbral de seguridad en ejercicio. La tensión arterial sistólica en fuerza isométrica sufrió un incremento porcentual, respecto a la tensión arterial en reposo menor que la tensión diastólica. Analizando las tres posiciones solo encontramos un caso en el que esta duplica su valor en reposo. Sin embargo, analizando los resultados de la tensión arterial diastólica encontramos tres o cuatro casos por posición en los que los valores obtenidos superan el doble de la tensión diastólica en reposo. La tensión arterial en sujetos deportistas normales, no experimenta un factor de riesgo ni condicionante del rendimiento deportivo bajo la realización de fuerzas de tipo estático. Nuestro estudio se vería completado en un futuro, con el registro de la tensión arterial en fuerza dinámica en elementos de gimnasia aeróbica, estableciendo una comparación entre ambos tipos de fuerza a través de las diferencias halladas en la variación de la tensión arterial. Para ello, necesitaríamos otro método de registro de tensión arterial más complejo, puesto que, la utilización de un tensiómetro sería imposible.
BIBLIOGRAFIA
- Akdur H., Yigit Z., Arabaci U., Polat M.G. , Gurses H.N. & Guzelsoy D. (2002). Comparison of cardiovascular responses to isometric (static) and isotonic (dynamic) exercise tests in chronic atrial fibrillation. Jpn Heart J, 43(6), 621-9.
- Bosco C. (2000). La fuerza muscular Barcelona: Inde.
- Cedric X. & James A.(1998). Cardiovascular Effects of Isometric Exercise. Fitness Management Magazine ,14(5), 46-47.
- Federación Internacional de Gimnasia (2005). Código de puntuación de Gimnasia Aeróbica 2005-2008
- Kamiya A., Michikami D., Fu Q., Niimi Y., Iwase S., Mano T. & Suzumura A. (2001). Static handgrip exercise modifies arterial baroreflex control of vascular sympathetic outflow in humans. Am J Physiol Regul Integr Comp Physiol, 281 (4), 1134-1139.
- Kuznetsov.V.V. (1989). Metodología del entrenamiento de la fuerza para deportistas de alto nivel. Buenos Aires: Stadium.
- Leighton J. R. (1993). Fitness, desarrollo corporal y preparación física deportiva por medio del entrenamiento con pesas. Barcelona: Paidotribo.
- Losa D. (2006). Disautonomía en la Enfermedad de Chagas. El aparato circulatorio. CERTIFAC. Extraído el 20 de Marzo, 2006, de http:// www. Anatomia.tripod.com/
- Mitchell J.H., Schibye B., Payne FC 3rd. & Saltin B.(1981). Response of arterial blood pressure to static exercise in relation to muscle mass, force development, and electromyographic activity. Pub Med, 48(6 Pt 2), I70-5. Extraído el 16 de Marzo, 2006, de la base de datos Medline.
- Torrernts C. (2004).La teoría de los sistemas dinámicos y el entrenamiento deportivo. Disertación Doctoral no publicada. INEFC, Universidad de Barcelona, España. Zidermanis A. (2000). Blood pressure response to isometric or straining exercise.
- BSLPROLesson#H04. Extraído el 23 de Marzo, 2006, de http:// www.biopac.com/