Bienestar psicologico a traves de competiciones en el tiempo libre para nuestros mayores
El deporte de la petanca está siempre asociado a los mayores desde un punto de vista social, ya que se asocia al las partidas en los parquecillos practicadas por las personas jubiladas.
Bienestar psicologico a traves de competiciones en el tiempo libre para nuestros mayores
Resumen
El deporte de la petanca está siempre asociado a los mayores desde un punto de vista social, ya que se asocia al las partidas en los parquecillos practicadas por las personas jubiladas. Desde la ciencias del deporte (biomecánica, fisiología, psicología, etc.) no se han realizado estudios ni aplicaciones de intervención, lo que facilitaría un mayor conocimiento de porqué un juego que nos ha acompañado durante muchos años, y que ha sido asociado siempre a nuestros mayores ayuda a la identificación de sus practicantes con un estilo de vida más propio de personas más jóvenes y que se puede englobar en el ámbito competitivo. La práctica regular de actividad física mejora la salud, a nivel psicológico y físico, y se ha relacionado con un estilo de personalidad más activo. Precisamente en la 3ª Edad es cuando más oportunidades se tienen de ocupar el tiempo libre con actividades de esparcimiento y es la actividad física una de ellas. La participación como elemento clave en el envejecimiento activo se realiza a través de estas asociaciones de personas mayores, que cumplen una doble función social. Por un lado, promover el desarrollo de estas actividades para lograr el envejecimiento activo y la participación; y por otro lado, promocionar las relaciones interpersonales a través del encuentro y la convivencia. Desde esta perspectiva, se desarrollan diferentes actuaciones que tienden a mejorar la calidad de vida del colectivo. Un envejecimiento activo, en el que se incluye la gimnasia y actividades al aire libre, ayuda a mejorar el tono muscular y determinadas enfermedades como la osteoporosis o la insuficiencia cardiaca. El ejercicio regular es bueno para cualquier persona, sus beneficios sobre la salud son patentes y, en el caso de los mayores, adquiere una importancia especial porque ayuda a mejorar el funcionamiento de prácticamente todos los sistemas y aparatos orgánicos.
Introducción.
De acuerdo con Gruppe, O. Citado por Bauer, R. y Egeler, R. (2001) El movimiento, y el juego y el deporte no son sólo algo que deba tener algún significado para los jóvenes y los niños. También las personas mayores pueden conservar este significado, pueden experimentar sus buenos efectos y pueden comprobar qué es el complemento, el enriquecimiento y la profundización de sus vidas.
La petanca es un deporte que, sin lugar a dudas, y sobre todo debido a sus aportaciones, contribuye al bienestar físico y mental de la persona que lo practica. Precisamente al realizarlo no es raro recorrer, entre idas y venidas, unos 3 kilómetros. Si se juegan dos ó tres partidas, que no es extraño, se habrá cubierto la distancia equivalente a una hora y media de jogging, ejercicio muy recomendado por todos los expertos que relacionan la actividad física y la salud. (González y Garcés de los Fayos, 2009) De la misma forma la petanca, como práctica deportiva de precisión, requiere de la conjunción de unas condiciones psicológicas adecuadas para rendir de forma óptima (concentración, autodiálogo positivo, percepción de autoeficacia, estilo atribucional, etc. (Jodrá, 1999; Dosil, 2005; Garcés de Los Fayos, Olmedilla y Jara, 2006).
Es un problema para las personas que se jubilan rellenar esa cantidad de tiempo libre, a los que nos preocupa el tema estudiamos propuestas para ofrecer a dicha población. En nuestro país estamos avanzando a pasos agigantados sobre estos estudios ya que la propia demografía así lo ha demandado, es ahora el momento de que los diferentes profesionales relacionados con la geriatría asuman su rol y profesionalizar cada faceta para ofrecer el mejor tratamiento a nuestros mayores, y así la mejor calidad de vida. “Si los beneficios de la actividad física son cada vez más aceptados para la población en general, aparecen todavía más evidentes en la tercera edad.” Necesitamos además de todos los argumentos posibles, captar la atención del mayor, buscar otras metas igual de importantes, como el deseo de conocer a otros, conversar, la diversión, la alegría, ganar autoconfianza gracias a la capacitación y al éxito, etc. (Martínez, 2003). Precisamente el ámbito de los juegos ofrece, en este contexto muchas posibilidades para amenizar las clases, hacerlas más variadas y dejar que se conviertan en una experiencia. Gabler, H. (2001) extraído de Baur, R. y Egeler, R. (2001).
El juego está presente, en mayor o menor grado, en muchos aspectos de nuestro modo de vida, y en la configuración misma de nuestra personalidad. Los juegos contribuyen a la salud y desarrollo de cualidades físicas, afectivas, sociales, intelectuales en el niño (en la persona), e inciden sobre el ambiente y la vida del propio grupo: es un estímulo global. A todos nos gusta probar nuestras fuerzas o habilidades, comunicarnos, aventurarnos. El juego además de ser reconocido por su valor educativo, no lo olvidemos, es amigo íntimo del placer gratuito y del esfuerzo improductivo (y querido).
Si analizamos el juego en el adulto, recogeremos las siguientes apreciaciones, que pensamos pueden tener ciertas analogías con las que aparecen en el juego en las personas mayores. ¿Por qué juega el adulto? El juego del adulto adopta dos manifestaciones, o el deporte o aquellas actividades relacionadas con el mundo infantil. Con todo, ambos tienen en común que se desarrollan libremente, sin coacción y con la sola motivación del placer; la característica fundamental del juego del adulto la encontramos en el “permiso” que el individuo se concede para jugar. Permiso que viene a significar una “tregua” en la que se suspenden todas aquellas obligaciones y necesidades habituales.
Siguiendo en esta línea, Gabler, H. (2001) Dirá que no se puede evitar hacerse mayor, pero sí puede decidirse cómo hacerse mayor. Hacerse mayor no significa de ninguna manera una disminución de las capacidades físicas, de la actividad ni de la vitalidad; tampoco significa una reducción de las relaciones sociales con los demás. Esta edad puede ser enriquecedora y plena. Decía Schopenlauer “La salud no es todo en la vida, pero sin la salud todo es nada”; esto vale sobre todo para esta edad, donde los deseos, planes y esperanzas no son realizables sin salud.
Objetivos.
Con tales inquietudes, nos hemos propuesto para el presente trabajo el trasmitir cómo uno de los juegos más característicos e identificados con nuestros mayores consigue muchos de los indicadores de bienestar y salud que este segmento de la población demanda y necesita.
Material y métodos.
A través de una breve revisión teórica acerca de la evidencia científica que relaciona los aspectos saludables, la necesidades de los mayores para la búsqueda del bienestar, la práctica de petanca como actividad física y la orientación pedagógica de la misma, junto con indicadores psicosociales como datos sociodemográficos, entrevistas a protagonistas, programas de acción social, etc.
Resultados y Discusión
La práctica del deporte de la petanca contribuye a desarrollar aspectos muy importantes para el funcionamiento mental y a tener en cuenta para el rendimiento deportivo, tal como ya describió Foyot (1993). A este juego le rodea una lógica externa muy amplia, es practicado por un grupo de amigos que se reúnen en un parque por las tardes a pasar el rato y los sábados a competir, juegan conforme al reglamento pero adaptándose por acuerdos lúdicos entre ambos equipos que normalmente son individuales, de dupletas (dos jugadores por equipo) o tripletas (tres jugadores por equipo).
La petanca nos ofrece una serie de beneficios desde el punto de vista cognitivo, sensorial y emocional; es excelente para el sentido del tacto y para mantener en buena forma la visión. Por ejemplo, cuando hemos de calcular las distancias a las que se halla el boliche o bien hemos de medir una bola a ojo. Permite a cada uno controlarse mejor y tener un mayor control de sí mismo. El tacto que hemos de cogerle a la bola es fundamental para poder lanzarla de forma correcta. La fuerza y sentido que le hemos de imprimir a la bola vendrá definida por los parámetros que recibamos de nuestros sentidos. La vista nos indicará la distancia a que se encuentra el boliche, qué características tiene el terreno, dónde hemos de botar la bola, qué inclinación de tiro hemos de darle, etc.; a medida que se va practicando el jugador de petanca debe desarrollar un adecuado control emocional, elevada concentración, volumen y estabilidad de la atención, tolerancia a las frustraciones y elevado desarrollo de las cualidades volitivas tales como valor, decisión y especialmente perseverancia tanto para enfrentar la monotonía de los entrenos como para someterse a la alta tensión psíquica de las competiciones, todas ellas llegan a convertirse en premisas para la obtención de altos rendimientos deportivos en esta especialidad. Uno realmente siente mejoras en cuanto a autoestima e, incluso, de carácter personal cuando realiza un buen punto o se le “pega” bien a una bola. Y esto en definitiva ofrece una buena referencia sobre las posibilidades reales del jugador. Lo que la hace tan sugestiva es que asocia de manera excepcional el componente mental con el físico. (González y Garcés de los Fayos, 2009).
De no emplear los mayores su tiempo en ocupaciones dinámicas y saludables, el sedentarismo será la tónica dominante, con el consiguiente perjuicio que esto conlleva.
Debemos motivar para la práctica de actividades físicas pensadas para ellos, y convencerles y demostrarles del gran beneficio que reportan, y ya no sólo para mantener las cualidades físicas, sino para mejorarlas y retardar así la curva del deterioro físico que conlleva el proceso de envejecimiento.” (Garcés de los Fayos y Díaz, 2010)
Bibliografía
- Baur, R. y Egeler, R. (2001). Gimnasia, juego y deporte para mayores. Ed. Paidotribo. Barcelona
- Dosil,J.(2005). The Sport Psychologist´s Handbook: A guide for sport-specific performance enhancement.Chichester: John Wiley & Sons.
- Foyot, M. (1993). La Petanca. Barcelona: Paidotribo.
- Garcés de Los Fayos y Díaz, A. (2010) Diseño y desarrollo de programas de actividad física y deportiva. En Actividad física y salud. Marquez y Garatachea (coord.). 209-224. Madrid: Funiber-Díaz Santos.
- Garcés de Los Fayos, E.J., Olmedilla, A. y Jara, P. (2006). Psicología y deporte. Murcia: Diego Marín.
- González Hernández, J.; Garcés de los Fayos, E.J. (2009). Plan de Entrenamiento Psicológico en el deporte de la Petanca: En búsqueda del Rendimiento Grupal Óptimo. Revista de Psicología del Deporte. 18(1). 87-104
- Jodra, P. (1999). Discriminación de la tensión muscular mediante entrenamiento en biofeedabck- electromiográfico. Revista de Psicología del Deporte, 8(1), 69-77.
- Martínez Duarte, M. (2003) Pedagogía del juego en las personas mayores. En http://www.efdeportes.com/efd58/mayores.htm, revista digital