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4 May 2006

Circuitos para personas mayores: eficacia en la mejora del equilibrio

La pérdida de equilibrio y la posibilidad de una caída en ancianos constituyen un desafío extraordinario para la salúd socio-sanitaria en los países desarrollados. El ejercicio físico se convierte en un elemento importante de prevención mediante la puesta en marcha de programas de actividad física gerontológica.

Autor(es): Roberto Silva Piñeiro, Alejandro Freire Baluja
Entidades(es): USC-Departamento de Enfermería
Congreso: I Congreso Internacional de las Ciencias Deportivas
Pontevedra– 4-6 de Mayo de 2006
ISBN: 84-611-0552-4
Palabras claves: circuito, equilibrio, personas mayores

Resumen

La pérdida de equilibrio y la posibilidad de una caída en ancianos constituyen un desafío extraordinario para la salúd socio-sanitaria en los países desarrollados. El ejercicio físico se convierte en un elemento importante de prevención mediante la puesta en marcha de programas de actividad física gerontológica. Es necesario mantener en lo posible la independencia y funcionalidad diaria de las personas mayores para que puedan disfrutar de la mejor calidad de vida posible, y para ello procede que ejerciten correctamente su capacidad de control corporal y desplazamiento autónomo sin perder el equilibrio. La búsqueda de metodologías válidas de trabajo conjunto físico-perceptivo ayudarán a reconocer la importancia del equilibrio para el mantenimiento de la condición físico-motriz en edades avanzadas.

INTRODUCCIÓN

El equilibrio es la capacidad que nos permite controlar el cuerpo en el espacio, adaptando la posición del cuerpo a la nueva situación. Es la base sobre la que se apoya la coordinación motriz, porque el equilibrio y la coordinación se complementan y van unidas, como componentes esenciales y responsables conjuntamente de la adquisición de patrones para la realización de las habilidades motrices básicas (Generelo y Lapetra, 1993; González y cols., 1996) La capacidad de equilibrio se manifiesta en la solución más adecuada y rápida posible de una tarea motriz que ha de ser desarrollada, en condiciones precarias de equilibrio, en superficies limitadas de soporte y bajo la acción de factores externos que tienden a molestar continuamente la ejecución programada por el individuo (Díaz, 1999). Una situación de equilibrio se consigue gracias a la información que el cerebelo recibe a través de las sensaciones cinestésicas articulares, las sensaciones visuales y las sensaciones vestibulares pudiendo conseguirse también mediante sólo dos de ellas. Sin embargo, sólo con unas resulta imposible (González y cols., 1996). Tampoco podemos olvidarnos de que aparte de los factores anteriores, sobre la función de equilibrio influyen otros mecanismos de desequilibración igualmente importantes (Conde y Viciana, 1997). Por un lado los externos: la amplitud de la base de sustentación, estabilidad de la superficie de apoyo, la altura del apoyo, recepción de móviles, impactos en la superficie del cuerpo. Y por otro los internos: en relación al centro de gravedad (la altura del centro de gravedad, la línea de gravedad, la proyección del centro de gravedad, cambios de velocidad y el ritmo/duración/magnitud del peso corporal/fuerza, la visión, la coordinación, factores fisiológicos), y en relación a los factores psicológicos (el estado emocional del individuo). Los problemas con la base de sustentación y la pérdida de equilibrio son para las personas mayores una gran amenaza que los puede llevar a las tan temidas caídas. Existen investigadores que han demostrado que existen variables estrechamente asociadas a las caídas, como las anomalías de la marcha, la disminución de tiempo en situaciones de equilibrio estático o dinámico, y aumento de los tiempos de reacción (Overstall, 1978; Liechtenstein, Shields y Burguer, 1988). Con los años el anciano amplía la base de sustentación, recurre mucho a situaciones de equilibrio estático, y aumenta su balanceo durante las mismas. Pero seguramente las respuestas a las causas de paulatina pérdida de equilibración las tendremos que buscar en las situaciones dinámicas, ya que según algunos estudios la mayor parte de las mismas se producen en movimiento. En el anciano los pasos son más anchos y cortos, la cadencia más lenta, el movimiento de brazos menos amplio, el tiempo en situaciones de equilibrio dinámico disminuye, al igual que la velocidad de marcha y la localización del Centro de Gravedad, aumentando el balanceo durante sus desplazamientos (Murray, Kory, Ross y Clarkson, 1969; Lucy y Hayes, 1985). Además existe otro factor importante como es la disminución de masa muscular que va a incidir en la posición corporal y el equilibrio de los ancianos. Es necesario entender, por otro lado, que los mecanismos de control del equilibrio funcionan como un todo, sin olvidar que el sistema propioceptivo, el nervioso, el visual y el vestibular, son fundamentales a la hora de mantener la proyección del centro de gravedad dentro de la base de sustentación. El deterioro físico y sensorial que se produce al llegar a edades avanzadas, ralentiza la ejecución de tareas motrices, lo que predispone a la perder el control del equilibrio (Woollacott et al., 1986, Stelmach et al., 1989; Stelmach, Populin y Müller, 1990). Se pierde calidad en la activación de los reflejos posturales como consecuencia de la confusa información sensorial que se analiza, e inmediatamente se generan ajustes biomecánicos erróneos para adaptar nuestra postura a la situación, de tal manera que cada día se hace más complicado anticipar mentalmente esos ajustes posturales que requiere de nuestra estructura motriz la ejecución de dicha acción adaptativa (Hernández, 1995). Aunque el rango de balanceo postural en ancianos es mayor que en jóvenes durante el equilibrio estático, la cantidad absoluta en diferencia de edad es relativamente pequeña. De todas formas, las diferencias en la edad aumentan considerablemente cuando la estabilidad postural se ve claramente perturbada: a los ancianos les cuesta más recobrar la estabilidad postural. El balanceo postural es funcionalmente significativo porque está relacionado con el riesgo de caer, e identificará a aquellos ancianos que tengan un riesgo mayor de sufrir una caída. Cuando una persona se desplaza, interioriza los procesos necesarios y todo el conjunto de movimientos para caminar pasa a una nivel de control automático. La manera de permanecer de pie o caminar va cambiando con los años puesto que sobre cada persona influyen diferentes circunstancias personales de tipo físico, psicológico o social que quedan reflejadas en la actitud corporal. Dicho comportamiento postural se encuentra justificado en la necesidad de realizar las diferentes actividades de la vida diaria y mantener la línea de gravedad dentro de la base de sustentación, sobre todo durante los desplazamientos. Durante las actividades en movimiento las personas mayores deben mantener un control del centro de gravedad corporal mientras éste se mueve sobre la base de sustentación, una situación que ocurre cuando los movimientos de los miembros superiores cambian el centro de gravedad o cuando la posición del cuerpo cambia de un lugar a otro, como durante la locomoción. Este área de estabilidad sobre la base de sustentación es menor en sujetos mayores, por eso son más susceptibles de sufrir alteraciones en su equilibrio.

MATERIAL Y MÉTODO

Objetivo Se trazó como objetivo evaluar la efectividad del entrenamiento de la capacidad de equilibrio utilizando circuitos diseñados para personas mayores en un programa de actividad física gerontológica municipal. Muestra El estudio se realizó a 45 personas que iniciaban un programa de actividad física gerontológica supervisada de una duración de 9 meses. El estudio comenzó en septiembre de 2005 y se desarrolló durante los primeros 3 meses del programa municipal previsto, hasta finales de noviembre de 2005. La muestra se dividió en 2 grupos: Grupo experimental I (n=24) y Grupo control (n=21). Los integrantes del Grupo experimental I realizarían 3 sesiones semanales de gimnasia incorporando los circuitos de equilibrio, mientras que el Grupo control desarrollaría el programa básico de gimnasia.

muestras

Instrumentos 1.- Test de equilibrio estático (Batería ECFA, 1996). Los participantes realizaron la prueba con los ojos abiertos, sobre una superficie plana y dura, con la ayuda de un soporte fijo. Se utilizaron un cronómetro y una plantilla de valoración, contabilizándose el número de ensayos necesarios para lograr mantener el equilibrio durante un minuto. 2.- Test de equilibrio dinámico (AAHPERD1, 1994). Los participantes realizaron dos veces el test sobre un suelo llano, no resbaladizo y bien iluminado, con flechas que indicaban la dirección del recorrido. Fue necesario una silla con brazos de 41 cm de alto, cinta adhesiva, cinta métrica, 2 conos y un cronómetro. Se registró el mejor tiempo en realizar el recorrido descrito entre los conos y la silla. Metodología Tras la evaluación inicial del equilibrio equilibrio estático y del dinámico, ambos grupos se ejercitaron durante 36 sesiones. Posteriormente se volvieron a repetir las valoraciones, para apreciar los efectos de la intervención. Para el diseño de circuitos de equilibrio se han tomado como referencia los modelos de Palmisciano (1994) y Lázaro (1999), dedicándose en las primeras sesiones el 10% del tiempo al trabajo específico en circuitos de equilibrio, para ir incrementándose hasta alcanzar el 20 % del tiempo. En las sesiones en las que se realizaba el entrenamiento mediante circuitos de equilibrio, a continuación se aplicaba un trabajo de fuerza para la musculatura postural, centrando las tareas en los grupos musculares más importantes (Prat et al., 1999).

RESULTADOS

Para el análisis de los datos se ha utilizado el programa estadístico SPSS versión 11.0 para entorno Windows. Se realizó la comparación de los rendimientos de los 2 grupos mediante pruebas t de Student para igualdad de medias en muestras independientes antes y después de los programas de entrenamiento. No se encontraron diferencias significativas entre el grupo experimental y en el control ni en la prueba de equilibrio estático (t=-1,52; p=0.06), ni en la de equilibrio dinámico (t=-0,63; p=0,26). Al comparar los programas de entrenamiento tras 3 meses, se ha encontrado que los sujetos del grupo experimental obtuvieron unos resultados mejores a los del grupo control y estadísticamente significativos en la prueba de equilibrio estático (t=-2,39; p=0.01). La misma significación estadística que se observó (t=-4.06; p=0.00) en la prueba de equilibrio dinámico, al realizar la comparación de los resultados del postest del grupo experimental y el control. A continuación se procedió a valorar la eficacia del programa experimental en función de la edad de los participantes, distribuyéndose en dos grupos (65 a 70 años, y de 70 a 75 años). No se encontraron diferencias significativas estadísticamente, lo que indica que la edad carece de un efecto diferenciador sobre la eficacia del programa experimental. Por último se estudió el efecto diferencial del programa experimental de equilibrio en función del sexo, mediante la prueba de Wilcoxon, que mostró que los hombres obtuvieron resultados significativamente mejores en la prueba de equilibrio estático (z= -2.32 ; p=0.009), y en la de equilibrio dinámico (z=-3,58;p=0.000). No así las mujeres, cuyos resultados de las pruebas no mostraron significación estadística, ni en equilibrio estático (z=-0.81; p=0.20), ni en equilibrio dinámico (z=-0.08; p=0,46) respectivamente, aunque en menor medida, después de haber participado en el programa experimental. Teniendo la comparación de los resultados obtenidos entre el grupo experimental y el control, hay que referirse a la eficacia del diseño de programas con circuitos de equilibrio como responsables de las mejoras en el equilibrio estático de las personas mayores que han participado en este estudio, quedando sin constatar el mismo efecto para el equilibrio dinámico en función del tipo de programa realizado. Aún así si nos expresamos en términos porcentuales, podemos decir que en cuanto al equilibrio estático, después de 3 meses, los sujetos del grupo experimental lograron mejorarlo un 25 %, frente al 12 % del grupo control, con respecto a sus valores iniciales. En relación al equilibrio dinámico, los resultados variaron, consiguiendo el grupo I un beneficio del 15 %, frente al 4 % del grupo control.

MEDIDAS EQUILIBRIO ESTATICO MEDIDAS EQUILIBRIO DINAMICO

Porcentaje de mejora del equilibrio según programa

Porcentaje de mejora del equilibrio según programa

DISCUSIÓN

El presente estudio se diseñó para la evaluación de un programa de actividad física gerontológica que combinaba ejercicios de gimnasia con circuitos para el desarrollo del equilibrio. Tras 3 meses de actividades, el grupo experimental I obtuvo unos resultados en las pruebas de equilibrio superiores a los del grupo control, encontrándose diferencias que llegaron a ser significativas a efectos estadísticos, algo que va a coincidir con otros estudios que previamente se habían realizado con programas de intervención similares (Ledin, Kronhed, Möller C, Möller M, Ödkvist y Olsson, 1990), aunque existen también experiencias en las que se han utilizado programas de equilibrio no encontrándose según sus autores mejoras significativas en el equilibrio (Sauvage, Myklebust, Crow-Pan, Novak, Millington, Hoffman, Hartz y Rudman, 1992; Goggin y Arbogast, 1997). De entre las investigaciones realizadas los programas más efectivos para la mejora de la capacidad de equilibrio en personas mayores son los que incluyen dentro del programa de actividad física ejercicios propios (Judge, Whipple y Wolfson, 1994). Por otro lado, también el desarrollo muscular es válido para las mejoras en el equilibrio, puesto que facilita el patrón de movimientos se acerque tanto como sea posible a las demandas motrices de la actividad en cuestión (Atha, 1981). En el presente estudio los resultados obtenidos son satisfactorios en la mejora del nivel de equilibrio estático y dinámico. A efectos comparativos se ha demostrado la eficacia de la realización de un entrenamiento específico del equilibrio aprovechando el componente de desarrollo muscular antigravedad.

CONCLUSIONES

1. Los programas de entrenamiento que incorporan circuitos de equilibrio provocan mejoras de esta capacidad en personas mayores de 65 años. 2. La combinación de gimnasia gerontológica con el entrenamiento en circuito del equilibrio y el fortalecimiento de la musculatura más importante para el control postural y locomoción ayudan fundamentalmente a la función de equilibración estático-dinámica, convirtiéndose en una herramienta válida para mantener la funcionalidad de las personas mayores 3. Basándonos en los resultados obtenidos será importante prestar atención a esta manera de trabajar con personas mayores, e introducir nuevas variables a los programas de actividad física gerontológica que puedan mejorar la calidad de las sesiones y la motivación hacia su práctica.

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