El control de la preparación física en fútbol con Óscar Caro Muñoz
Sobre Óscar Caro Muñoz
Es preparador físico en el Aspire Zone Foundation en Doha Qatar y doctorando en Análisis de juego con tecnología por la Universidad de Granada.
Alto Rendimiento: –Cuéntanos desde tú punto de vista cuál es la exigencia condicional específica del fútbol.
Óscar Caro: –La demanda que el fútbol exige sobre el futbolista o la exigencia que tiene sobre el futbolista han sido ampliamente estudiadas, analizadas y podemos encontrar muchas referencias en relación a ello. Fundamentalmente, por hacer un resumen o por centrarme un poco en los aspectos fundamentales, a nivel de carga interna siempre hablamos fundamentalmente de tres factores que ocurren a nivel fisiológico en el jugador y esa carga interna se relaciona siempre o siempre se asocia a: frecuencia cardíaca, a consumo de oxígeno máximo o al nivel de lactato en sangre. Esos tres factores, esos tres aspectos, van a verse influidos evidentemente por lo que es la carga externa del fútbol que quizás sea lo más interesante a la hora de analizarlo. Esa carga interna son los factores que exigen al jugador o que determinan que el jugador tenga que hacer un determinado esfuerzo para sobreponerse a ello. Fundamentalmente, como aspectos clave a nivel condicional de esa carga externa del juego, yo destacaría siempre la distancia recorrida durante el encuentro porque, al final, siempre pensamos que aspectos más asociados a la velocidad, los componentes explosivos, son determinantes y estoy de acuerdo en ello porque, al final, las acciones que determinan el resultado son las acciones ofensivas dentro del área o las acciones defensivas cuando tú tienes que defender, siempre son de componentes explosivos donde siempre son de componente de acciones muy cortas y veloces. Pero ese jugador la hace, o tiene que desarrollarla, a lo mejor tras haber recorrido ocho kilómetros, siete kilómetros, 10 kilómetros. Entonces, considero que es importante o es fundamental tener en cuenta esa distancia recorrida. El otro de los aspectos, como comentaba anteriormente, son las acciones en sprint, la velocidad que alcanza en esos sprints y la velocidad media, y el número de repeticiones sobre todo de sprints, que son lo que luego nos va a determinar, en gran medida, cómo planificamos nuestro entrenamiento para adaptar al jugador a esas acciones que a mí me gusta englobarlas siempre desde el punto de vista de componentes explosivos porque todas ellas a nivel muscular generan esa necesidad explosiva, explosivo-reactiva, en el jugador y son todas ellas realizadas a una velocidad máxima, a unas intensidades submáximas como mínimo. Creo que esos son los dos aspectos más influyentes o los aspectos de esa carga externa que determinan más nuestro trabajo como preparadores físicos pero evidentemente luego hay otros muchos como son los saltos, el número de duelos, los contactos con el oponente, tacles, acciones de arrancada y frenada. Evidentemente son determinantes todas ellas pero, si tengo que quedarme con alguna, es con la que te he comentado anteriormente.
Alto Rendimiento: –Entonces, ¿qué contenidos de entrenamiento van a adaptar a nuestros jugadores para esta carga especifica?
Óscar Caro: –Pues los contenidos, con todo lo que hemos comentado anteriormente, cabe resumir que el fútbol es predominantemente aeróbico. Es decir, el jugador debe tener unos niveles de potencia aeróbica adecuados para esos 90 minutos de juego. Por lo tanto, partimos de esa base. Partimos de la base de que los componentes aeróbicos deben ser prioritarios, deben ser prioritarios para cualquier tipo de planificación física, tanto en niveles de capacidad aeróbica de manera inicial, como posteriormente esos niveles de potencia aeróbica que permitan al jugador recuperarse del esfuerzo que realiza con una mayor intensidad. Y, si bien el fútbol es considerado como predominantemente aeróbico, un poco lo que te decía antes relacionado con las acciones explosivas: el jugador tiene que estar preparado, tiene que tener una vía anaeróbica adecuada porque, a lo mejor, en el minuto 80 tiene que hacer una acción de esas características, una acción más anaeróbica, y debe tener la preparación adecuada para poder desarrollarla; sobre todo, lo que yo considero, no en el minuto dos, no en el minuto tres, no en el minuto cuatro, pero sí cuando lleva una carga grande, una carga grande de minutos y tiene que desarrollarse en unas acciones con ese tipo de características. Por lo tanto, resumiendo: la capacidad aeróbica del jugador como base y, a raíz de eso, pues todo tipo de acciones: intercambio de intensidad, acciones donde el futbolista alcance velocidades máximas. Y, evidentemente, este tipo de acciones se asocian también a un trabajo muscular que hay que desarrollar durante el entrenamiento. Ese tipo de trabajos más musculares, más asociados con el término fuerza, pues como todos bien saben, hay una planificación estructurada en trabajos de fuerza-resistencia pasando por componentes de fuerza máxima, pasando por componentes de fuerza explosiva. Pero, sobre todo, si es posible, buscando las transferencias en las tareas, las más cercanas a las que luego el jugador se va a encontrar en la realidad competitiva.
Alto Rendimiento: –Todos estos contenidos que, por simplificar de alguna manera, unos referentes más a resistencia y otros más a fuerza, ¿cómo lo organizas durante el periodo preparatorio o pretemporada?
Óscar Caro: –Sí, estoy de acuerdo contigo en esa agrupación: en capacidades que tienen más que ver con la resistencia y capacidades más ligadas con la fuerza. Porque la velocidad, podríamos considerarla dentro de esa fuerza, porque no hay acción de velocidad sin fuerza muscular. Es una buena pregunta. Es una pregunta que nos podría llevar mucho tiempo de charla porque depende en cierta medida de con quién trabaje, qué tipo de filosofía hay en los cuerpos técnicos, que al final es lo que determina nuestro trabajo. Tenemos que adaptarnos a esos cuerpos técnicos y trabajar en una línea similar. Una línea con características lo más parecida posible. Pero sin entrar en detalle en ello, y por generalizar un poco, cómo yo lo hago, cómo a mí me gusta hacerlo o dónde me siento más cómodo, te soy sincero yo creo que la pretemporada -yo soy preparador físico- yo creo que la pretemporada es el momento para preparar al equipo. Pero no para preparar el equipo a nivel físico, sino para hacer una preparación general del equipo. No hay tiempo. La temporada empieza y hay que estar en el pico más alto posible, en todos los niveles. Entonces, cuando es posible el trabajo integrado en situaciones específicas del juego, que a través de la coordinación con el entrenador se pueden llevar a cabo, siempre me gusta buscar situaciones precisamente de lo que comentaba antes. Situaciones con una mayor amplitud en el espacio, situaciones que generen un trabajo continuo en el jugador, situaciones que vayan mejorando, si es posible -que creo que siempre es posible- de manera específica los niveles aeróbicos del jugador. Podríamos decir que así es como más me gusta empezar. Y si nos vamos al otro bloque, al bloque de fuerza, sí que ahí me centro mucho en trabajos más relacionados con fuerza de resistencia. Sobre todo circuitos generales a nivel muscular. Pero esa fuerza de resistencia siempre, o en esos primeros momentos, muy relacionados con el trabajo de prevención muscular, prevención articular, prevención tendinosa. Entonces, el jugador llega del periodo transitorio, inicia la pre temporada, recibe nuevos estímulos. Para mí, es fundamental, que el jugador en la semana dos no tenga molestias, no tenga problemas y que pueda seguir un trabajo normal. Entonces, ese trabajo de fuerza, más que para rendimiento, más que para rendir a un nivel superior, lo enfoco más a evitar o a prevenir posibles molestias, posibles lesiones que, como te decía, impidan que tenga un normal desarrollo en el entrenamiento. Entonces, digamos que en las dos, o primera semana y media, dos semanas, enfocamos en esa línea. Posteriormente ya van apareciendo, por situaciones un poquito más con componente anaeróbico, en situaciones que si vamos a la especificidad, podemos conseguir innumerables formas. Por eso te digo que esta pregunta tiene otro debate. Por situaciones de pase reducido, situaciones de componentes más explosivos, situaciones de finalización, contra ataques, etcétera, que le permita al cuerpo técnico potenciar lo que queremos en nuestro equipo, pero que a la vez nos permita alcanzar eso -podemos decir así- esos estímulos interválicos de alta intensidad, que luego van a ser los más específicos para el juego. Y en esos momentos, también estamos ya, si nos volvemos al bloque de fuerza, estamos ya entrando en aspectos más relacionados con componentes explosivos, componente de transferencia específicos del juego. Al final, si trabajamos así, si hacemos un trabajo, o bien integrado, bien estructurado o como se quiera, donde se consigan a través del entrenamiento trabajar los principios del equipo -los principios de juego del equipo- yo creo que se pueden conseguir estos dos aspectos fundamentales. Desde mi punto de vista, a nivel condicional específicamente. Aunque, te recalco aquí, que el trabajo preventivo tiene cabida evidentemente fuera de ese trabajo integrado, de ese trabajo estructurado, que se desarrolla junto con el cuerpo técnico. Eso es más nuestro, esa es más nuestra parcela. Lo podemos hacer antes, durante, o después de los entrenos, pero sí tiene un componente más analítico, mucho más individualizado. Mucho más, digamos inespecífico, pero especifico a nivel muscular.
Alto Rendimiento: –A nivel de fuerza se ha hablado tanto de bloque más preventivo, como a partir de segunda, tercera semana, introducir un semi bloque más explosivo. ¿Qué valor le das a la fuerza máxima?
Óscar Caro: –Buena pregunta, igualmente. Yo creo que cuando trabajamos en futbol, y trabajamos de forma integrada, de por sí, las tareas aparecen. Podemos desarrollar el componente explosivo muscular o, si no desarrollarlo, al menos adaptarlo a lo que luego la competición va a pedir. La fuerza máxima, como preguntas, quizás es esa vertiente de la fuerza que se tendría que sacar de ese trabajo específico porque necesitamos recarga, necesitamos de trabajo de transferencia. Yo cuando lo he trabajado, cuando lo he trabajado fuera de las tareas más específicas del juego, siempre me gusta trabajarlo con transferencia. Es decir, el jugador para empezar, las cargas que tiene que dominar para considerarlo fuerza máxima -si nos vamos a trabajos de Cometti, bien antiguos- no tienen porque ser más de un 70%. Con lo cual, ya estamos consiguiendo que el jugador trabaje con unas cargas que sin problemas puede dominar. Pero si lo trabajo, siempre busco una transferencia. La transferencia de alguna acción especifica del juego algún salto, algún golpeo, algún centro, algún remate. Entonces, sinceramente, ante tu pregunta, ¿qué importancia crees que tiene? Creo que hay otras cosas mucho más importantes porque no sé hasta qué punto o aún hoy día tengo la duda de hasta qué punto esa fuerza máxima va a repercutir posteriormente en el rendimiento del jugador. O quizás sí sea así, estoy reflexionando ahora en voz alta. Desde mi punto de vista, el trabajo de fuerza explosivo-reactiva y trabajo preventivo serían mis dos grandes bloques cuando hablo de fuerza en fútbol y, por supuesto, lo he trabajado y lo trabajo fuera del entreno evidentemente. Hay estudios que nos dicen que sí, que tiene una influencia que debe ser la base de esa fuerza explosiva. Hay otros que no, hay otros que nos dicen que no es necesario para el jugador de fútbol a nivel de rendimiento. Con lo cual, si me tengo que posicionar, me posiciono en esa última que nos dicen que, con trabajos específicos, con trabajos de fútbol específicamente, podemos desarrollar a nivel muscular lo que la competición va a exigir al jugador.
Alto Rendimiento: –Y una vez ya en temporada a nivel de semana, de microciclo, ¿cómo estructuramos? ¿Cómo organizamos todos estos contenidos de resistencia o de fuerza, tanto con la vertiente más explosiva o la vertiente más preventiva? ¿Cómo organizamos estos tres bloques?
Óscar Caro: –A mí, a nivel de trabajo preventivo, me gusta trabajar a diario haciendo entrenamiento, salvo… Imagina que tenemos un ciclo normal, un ciclo normal donde no hay partido entre semana, donde hay partido el domingo y donde entrenamos de martes a sábado continuo. En ese caso, hasta el jueves, martes, miércoles, jueves, incluso el viernes, siempre he realizado algún trabajo preventivo. ¿Por qué? Porque la activación que yo suelo realizar, la activación a la sesión, se suele desarrollar con trabajo preventivo; trabajo preventivo asociado a nivel de propioceptivo, trabajo preventivo a nivel de trabajo excéntrico-muscular, trabajo de equilibrio, trabajo de core. Entonces, yo lo suelo trabajar de esa forma. Suelo utilizar al principio de sesión, salvo algunos contenidos que ahora te contaré. Entonces, desde inicio de semana ya estamos trabajando en eso y el último día de semana, no porque genere ningún tipo de interferencia para el domingo sino porque hay otros aspectos -como bien sabes- y quizás, un día antes del partido, pues no es día de estar pensando en cómo hago el trabajo de core o si el excéntrico que estoy haciendo no es el adecuado o si el trabajo propioceptivo no está siendo todo lo adecuado que queremos. Entonces, simplemente por eso, porque sé de gente que trabaja todos los días, sé de gente que lo alterna por no, entre comillas, quemar al jugador. Y en mi caso, con esa tendencia que te cuento, fundamentalmente el trabajo excéntrico lo separo, cuanto más del partido competitivo, mejor. Es decir, martes, que ya en teoría ha pasado un día entre semana entre el partido y la primera sesión de trabajo, normalmente martes, miércoles, incluso los jueves, incluso trabajo de excéntrico. Trabajo excéntrico a nivel de cuádriceps, a nivel de la musculatura isquiotibial y a nivel de la musculatura abductora. Esos días también se incluyen trabajos de core prácticamente a diario y el viernes -ahí sí que soy prácticamente bastante fijo- que no hay un trabajo excéntrico, ya no me gusta hacerlo, que no suele haber un trabajo de core muy prolongado en el tiempo, pues utilizo esa activación, como te decía antes, para el trabajo propioceptivo, para el trabajo de equilibrio, para trabajos de salto y recepciones, ese tipo de situaciones que al final sí que generan un trabajo muscular pero están más enfocados a esa propiocepción articular. Eso en el ámbito más preventivo que, como te decía antes, lo valoro mucho. Y en los otros aspectos de desarrollo de la fuerza, sobre todo desde el punto de vista de la explosividad o de la exigencia en explosividad, que es hacia el músculo, pues ahí no hay grandes secretos. Evidentemente, si tenemos el ciclo, lunes descanso, martes la primera sesión de la semana, los trabajos que se suelen hacer o las tareas que solemos plantear son en espacio amplios, con mucha pausa, precisamente para evitar ese componente explosivo, para evitar ese trabajo que genera cierto riesgo a nivel muscular si todavía sigue fatigado, que puede ser. El miércoles es el día, desde mi punto de vista, donde un mayor número de contracciones excéntricas se generan durante la tarea. ¿Cómo generamos esas contracciones excéntricas que son las que mayor desarrollo van a generar en el músculo? Pues con tareas específicas. Son muy sencillas: tareas en espacio reducido, como te decía antes, tareas donde haya mucha arrancada y mucha frenada, situaciones donde el jugador tenga que hacer un gran número de desplazamientos cortos con cambio de dirección. Entonces, el miércoles enfocamos siempre el trabajo en entrenamiento para generar ese número elevado de contracciones fundamentalmente, como te decía, en excéntrico. El jueves, que generamos normalmente sesiones donde los espacios son más similares al partido, incluso se suele jugar bastante… Frecuentemente, si juega el domingo, partidos o bien amistosos o bien dentro del propio equipo, con alguna regla y demás, ahí tenemos acciones explosivas propias del juego sin focalizarnos más en el desarrollo específico de la fuerza, como sí ocurre el miércoles. El miércoles sí reducimos espacios, sí reducimos número de jugadores, sí pretendemos con nuestras reglas generar un tipo de esfuerzo que genere esa activación del componente explosivo. Y ya el viernes quizás es el día de menor carga muscular, o pretenderíamos que fuera el día de menor carga muscular, por esas dos sesiones fundamentalmente de miércoles y jueves, reducimos mucho la carga. Y el sábado la única carga, o la única activación que se realiza a nivel muscular debe estar centrada más – se puede estar centrada en el componente explosivo- pero más, desde el punto de vista reactivo, esfuerzos muy cortos en el tiempo. Esfuerzos sí máximos, pero cortos en el tiempo, que impidan generar una fatiga muscular por ese número de contracciones, como si ocurre el miércoles. Esa es la gran diferencia entre un tipo de tarea y otra. El tiempo del esfuerzo en el miércoles suele ser prolongado, mientras que en el sábado, las clásicas tareas de velocidad, las clásicas situaciones coordinativas y de arrancada, generan en el músculo ese tipo de desarrollo. Al final, yo creo que, sinceramente, con ese tipo de trabajos y si luego hay un buen trabajo preventivo, como te decía antes, en el trabajo preventivo yo incluyo el trabajo excéntrico, que al final es el que más desarrollo muscular genera. Está ampliamente comprobado. Con lo cual, por mi experiencia, creo que es suficiente para que el jugador el domingo rinda en todos los niveles. Y, por supuesto, en niveles de desarrollo de fuerza, o desarrollo de esas acciones que le exigen al jugador tener una musculatura preparada a esos esfuerzos.
Alto Rendimiento: –Oscar, últimamente se habla mucho de la carga mental, la carga cognitiva, ¿qué importancia le das? ¿Crees que ésta va a condicionar la carga física?
Óscar Caro: –Sí, se habla mucho. Viene un poco de la metodología más actuales o quizás ahora esta más en boga. Un poco viene de la escuela más portuguesa. Sí que se habla mucho, sí que le doy mucha importancia. Sí que creo que tiene una influencia determinante en los aspectos condicionales del jugador. ¿Por qué? Cuando el jugador tiene una carga condicional pura -hace este tipo de esfuerzo, va a ser un número de repeticiones, va a hacer un número de acciones de velocidad, va a durar un equis tiempo determinado-, eso lo controlamos perfectamente. Pero el jugador, la persona y el jugador- va al entreno, está entrenando dos horas, pero luego tiene una vida. Luego tiene unas situaciones que nosotros no controlamos, es entrenamiento invisible. Lo llamamos entrenamiento invisible, una vida que nosotros no controlamos y que es propia e individual de cada uno de ellos, que puede generarles determinados estados de ánimo, determinadas situaciones que hagan, que lo que nosotros consideramos que les genera nuestras tareas -por ejemplo, imagínate que generamos la tarea de potencia aeróbica clásica- la situación es reducida si queremos. El jugador tiene un problema fuera del equipo, fuera del entreno -no ha descansado, no ha dormido, se ha alimentado relativamente no muy bien-. Nosotros consideramos que tiene una carga determinada -consideramos que hay un número de acciones explosivas, consideramos que hay un tiempo, consideramos que hay una frecuencia cardíaca que alcanza- pero yo personalmente creo que ese jugador dependiendo de cómo se encuentre, ese tipo de tarea le va a determinar una carga u otra. Una carga que se nos escapa. A nivel de cuantificación, yo creo que es muy complejo poder cuantificar eso. Sí, hay escalas de valoración subjetiva del esfuerzo, que el jugador te dice. Creo en ellas bastante porque precisamente nos permiten ver si lo que nosotros creemos que una tarea va a generar en el jugador, es lo que realmente él percibe o él siente que le genera -si es más, si es menos-. Entonces, es una buena forma de hacerlo. Entonces, eso es un ejemplo, que podríamos asociarlo a esa carga mental. Luego, por supuesto, está la otra, la intensidad cognitiva o la intensidad mental, que también se habla que es de carga mental. Se habla muchas veces en relación a las tareas. Una tarea le puede determinar al jugador una exigencia equis a nivel condicional. Pero es complicado poder cuantificar cuál es la exigencia que esa tarea, a nivel cognitivo, tiene sobre el jugador. Es decir, cómo es la intervención del entrenador desde fuera, qué número de toma de decisiones tienes que tomar, cómo son esas tomas de decisiones. Si la toma de decisiones la ha tomado antes o no, o son nuevas para él. Si el jugador tiene una situación de presión externa que nosotros desconocemos. Ese tipo de aspectos, asociados también a eso que se conoce como intensidad, o que se habla de intensidad mental, creo que también van a generar distintos efectos sobre la musculatura del jugador, sobre la frecuencia cardiaca del jugador, sobre el desgaste del jugador. Por lo tanto, si cuando hablamos de lo condicional, hablamos de eso precisamente, de cómo afectamos fisiológicamente nuestros jugador, si esa carga mental puede generar esas consecuencias sobre el propio jugador, considero que nosotros como preparadores físicos debemos tenerlo muy en cuenta a la hora de preparar y de planificar nuestros entrenos. Lo que pasa es que aquí entramos en otro ámbito, más relacionado con el entrenamiento individualizado. Con esa cuantificación, como te decía, de presiones subjetivas con las distintas escalas que existen. Bueno, yo realmente sí lo utilizo, sí lo hago y sí lo considero siempre. Desde que inicie con mi primer equipo, siempre he considerado que es algo determinante, que no se nos puede escapar. Aunque, como te decía antes, creo que con que controlamos un 2% de toda esa afectación que el componente cognitivo del jugador tiene sobre el entrenamiento diario.
Alto Rendimiento: –Entonces, Oscar, teniendo en cuenta no sólo la carga condicional sino también esta carga más cognitiva ¿crees qué el medio para cuantificar, y por tanto tratar de controlar esta carga total, sería una tendencia hacia la individualización?
Óscar Caro: –Sí, sin ninguna duda. Yo creo que esa individualización si se trabaja en el ámbito profesional digamos, que es posible llevarla a cabo. Si trabajan en ámbitos semiprofesionales es más compleja pero nuestros esfuerzos deben estar centrados en eso desde mi punto de vista. No lo veo… Evidentemente es complejo pero creo que existen o que tenemos herramientas o tenemos instrumentos suficientes como para poder individualizar o, si no individualizar la carga -que al final sí resulta realmente complejo- sí conocer de manera individual cómo afecta esa carga a nuestros jugadores. Lo que te comentaba antes: un poco esa escala de valoración subjetiva. Yo la utilizo -te pongo un poco mi caso- cuando acaban los entrenos. Pues no a todos los jugadores, no a los 22 jugadores sino cada día a lo mejor a seis, siete jugadores porque tampoco… Que no sea algo tedioso para el jugador. De una escala, yo utilizo de 0 a 5 pero se puede utilizar de 0 a 10, de 0 a 20. O sea, cada uno elige la que crea que más se adapta a su equipo en ese momento determinado. Bueno, pues ellos te dicen una valoración. Yo, previamente a la sesión, he establecido un valor a esa sesión o al conjunto de tareas que llevamos a cabo. Si mi valor, si como preparador físico he considerado que las tareas que tienen que generar en mis futbolistas, conociendo también a los futbolistas previamente evidentemente, coincide en términos medios con lo que mis jugadores me transmiten a mí, pues estamos trabajando… No nos estamos equivocando demasiado. Si percibo que en varias tomas de datos, en varias tomas de información, hay un determinado jugador que prácticamente, o bien nunca coincide o bien siempre está por debajo o bien está por encima, pues ahí entra la individualización, por supuesto, en el momento en que tengamos esa información. ¿Cómo entra? Pues si nos vamos al ejemplo de estar por encima siempre de lo que yo determino o de lo que consideramos que le va a generar, pues posiblemente habrá que tener una entrevista con el jugador o charlar con él de manera distendida: “¿Estás bien? ¿Qué te pasa? ¿Estás durmiendo bien?¿Comes bien?¿Tienes algún problema? No es normal que esta actividad te determine tanta carga o que te determine tanto esfuerzo”. Y luego nos vamos al ejemplo contrario, al jugador que siempre tiene a lo mejor valores inferiores a lo que tú consideras, pues habrá que analizar cómo entrena. En esas tareas desarrolladas de forma específica es más complejo individualizar, por supuesto. Pero, bueno, para eso tenemos los sistemas de filmación, podemos grabar un entreno, podemos ver si el número de esfuerzos que hace en el entreno es el que tú consideras que debe hacer por su posición después en el partido, si vaguea durante el entreno, si tiene mucho tiempo de pausa o de recuperación. Y, a raíz de eso, ver si nos interesa que siga haciéndolo así o bien si tenemos que realizar algún tipo de trabajo extra o algún tipo de trabajo individualizado que sí le permita alcanzar esos niveles que consideramos adecuados para prepararlo para el partido del domingo. Entonces sí, la utilizo bastante esa forma de cuantificación. Evidentemente, esas formas de cuantificación se pueden apoyar con registro de frecuencia cardíaca, con registros de los niveles lactato en sangre si se puede. Y, al final, podemos tener una herramienta, yo creo, muy completa, que nos permita equivocarnos lo menos posible. Al final nos vamos a equivocar siempre, creo que es imposible o casi imposible cuantificar al 100% con exactitud lo que ocurre con nuestras tareas, y sobre todo si se trabaja de forma especifica. Pero nos equivocaremos lo menos posible, se nos escapará un menor porcentaje de esa carga y, al final, estaremos realizando una planificación y un trabajo sobre nuestro equipo lo más acertado y lo más adecuado posible.
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