Estereotipos de género en torno al cuerpo de la mujer en atletismo
Estereotipos de género en torno al cuerpo de la mujer en atletismo
Resumen
El objetivo de este estudio es conocer si existe una concepción estereotipada del cuerpo femenino en el atletismo en los jóvenes universitarios que cursan la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y Deporte. Dos hipótesis básicas orientan el trabajo de investigación que aquí presentamos: a) Los jóvenes licenciados asumen concepciones estereotipadas de género con relación al cuerpo de la mujer en el atletismo y b) Existen diferencias significativas entre hombres y mujeres en los estereotipos de género respecto al cuerpo de la mujer en el atletismo. La muestra se compone de 360 sujetos universitarios matriculados en la licenciatura de CC de la Actividad Física y del Deporte de las 3 universidades Públicas Andaluzas, durante el curso académico 2009-2010. La recogida de datos se realiza mediante un cuestionario online validado. El análisis de datos se realiza mediante estadística descriptiva e inferencial. Los resultados muestran la existencia de una concepción estereotipada del cuerpo femenino, así como diferencias significativas entre sexos en la estereotipia de género.
Introducción
Desde el punto de vista histórico el cuerpo ha sido considerado de forma diferente a lo largo de las distintas épocas. En los orígenes el cuerpo era considerado como un instrumento utilitario que permitía sobrevivir y por tanto los factores de fuerza y resistencia al cansancio o a la climatología eran decisivos. Posteriormente, y en culturas más evolucionadas como la griega, el cuerpo era considerado como soporte del alma, valorado en toda su extensión y cultivado a la par que la mente. En los Juegos Olímpicos, los hombres en exclusividad podían demostrar su fuerza, resistencia y valor, mientras que las mujeres permanecían excluidas. En la Edad Media, la influencia de la iglesia católica relega el cuerpo al ostracismo, considerándolo como algo que hay que ignorar, tratando de apartar de la mente toda relación con él. Estas diferencias sociales entre los sexos han permanecido hasta la actualidad. Esta tradición de años ha gestado una ética corporal por la cual la mujer asume como obligación ser bella y gozosa para el varón, sin que a éste le alcance la obligación de la correspondencia Como afirma Durán (1987) a pesar de que los cuerpos nacen dados de forma natural y biológica el proceso social les hace diferentes unos de otros, los construye y los socializa.
La estereotipia de género ha estado siempre presente en el desarrollo del deporte en general y del Olímpico en particular. Se entiende por estereotipia de género la generalización que hacemos sobre una persona por el hecho de ser hombre o mujer. Williams y Best (1990) distinguen entre estereotipos de género de rol y de rasgo. De rol son aquellos que incluyen creencias sobre tareas, funciones y actividades asignados a hombres y mujeres. Estereotipos de rasgo son aquellos referidos a características psicológicas o rasgos de conducta que se atribuyen a hombres o a mujeres. Estos autores identifican como estereotipos de rasgo asociados a lo masculino; atlético, agresivo, fuerte, dominante. En nuestro caso esta clasificación resulta útil para fundamentar los estereotipos de género con relación al cuerpo femenino en el atletismo. Es el dominio de esta estereotipia en el atletismo, y el deporte en general, la que conduce a que las mujeres se les otorguen más facilidad para participar en eventos deportivos considerados más adecuados para la biología femenina y “menos amenazadores” para su feminidad.
De ahí que se hayan utilizado repetidamente argumentos basados en las nociones tradicionales de habilidad femenina para limitar el acceso de las mujeres a un determinado número de eventos olímpicos. Y que las mujeres hayan sido sistemáticamente eliminadas de la competición olímpica en el pasado, en carreras de larga distancia y de aquellos otros deportes que tienen como base la fuerza, requieren contacto físico y son potencialmente peligrosos.
En el Atletismo tenemos ejemplos de ello. Así, la polémica prueba de los 800 metros ,después de las Olimpiadas de 1928, retrasó tremendamente el desarrollo de las carreras de distancia para mujeres, que no fue establecida como evento olímpico hasta 1960.Otros eventos de distancias más largas se instauraron mucho más tarde. A pesar de las repetidas peticiones por conseguir la prueba de 3000 metros en el programa, el Comité Olímpico Internacional (COI) rechazó incluirla en las Olimpiadas de Moscú porque el Comité dijo que era “un poco dura para las mujeres” y podría afectar adversamente su metabolismo. No obstante existe evidencia científica de que las mujeres pueden ser mejores que los hombres en pruebas de resistencia. A este dato se une el hecho de que las mujeres habían logrado resultados excepcionales en carreras de larga distancia fuera de las Olimpiadas. Finalmente El COI incluye la prueba de los 3000 metros junto con el maratón por primera vez en las Olimpiadas de 1984.
Otra aportación científica que entronca con nuestra investigación es el trabajo de Rodríguez y González (1987) sobre Teorías Implícitas acerca de la mujer. Estos autores identifican cinco grandes bloques de razones o explicaciones que las personas utilizan para mantener el estereotipo tradicional acerca de las diferencias sociales entre hombres y mujeres o para oponerse a ellos e intentar su superación. Estos bloques fueron etiquetados como tradicional, biológico, psicológico, progresista y liberal. Es precisamente la argumentación biologicista la que está más presente en la justificación de los estereotipos de género en el deporte.
En síntesis, los estereotipos generan una percepción de género interiorizada que orienta y guía tanto la representación de la realidad como las acciones, pensamientos y comportamientos de los sujetos (Jiménez, 2005).De ahí el interés que tiene el estudio de los estereotipos de género en cuanto al cuerpo femenino en el mundo deportivo y del atletismo, ya que las autoridades deportivas y de los profesionales del mundo del deporte frecuentemente toman estas concepciones estereotipas como referentes en la toma de decisiones.
Una cuestión que se deriva de lo anterior es si es posible el cambio de los estereotipos de género. Investigaciones sobre el tema (Eagly y Steffen ,1984) muestran que cuando existe información discrepante con los estereotipos, el impacto de éstos se ve fuertemente disminuido. Es decir, la información y el conocimiento permiten eliminar la base implícita de los estereotipos. Estos resultados resultan interesantes desde el punto de vista formativo, ya que la formación universitaria de futuros profesionales del mundo de la actividad física y del deporte es un espacio muy propicio donde poder obtener información rigurosa y precisa que posibilite confrontar los estereotipos de género heredados, y así actuar como palanca de cambio para la igualdad y equidad en el mundo del deporte.
Por ello el objetivo de este estudio es conocer si existe una concepción estereotipada del cuerpo femenino en el atletismo en los jóvenes universitarios que cursan la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y Deporte. Estos serán los que, a lo largo del S. XXI formarán parte del universo de gestores y gestoras, directores y directoras del deporte y los entrenadores y entrenadoras del atletismo y de la actividad física en general. Este conocimiento puede actuar a modo de diagnóstico inicial, sirviendo de base para plantear propuestas formativas en las disciplinas académicas universitarias.
Concretamente en esta investigación nos planteamos la contrastación de dos hipótesis de investigación que articulan este trabajo:
1.-Los jóvenes licenciados y licenciadas asumen concepciones estereotipadas de género con relación al cuerpo de la mujer en el atletismo.
2.-Existen diferencias significativas entre hombres y mujeres en los estereotipos de género respecto al cuerpo de la mujer en el atletismo.
Método
Esta investigación se ha llevado a cabo mediante un cuestionario elaborado “ad hoc”. Su realización pretende recoger datos que nos permitan dar respuesta a la hipótesis 1. Para ello, hemos identificado como dimensiones, aspectos del cuerpo que son concepciones estereotipadas de este en el deporte del atletismo. Estas dimensiones se establecen en seis grupos de ítems que hacen referencia a la forma física ( ítems 3,4 y 5) e incluyen aspectos referidos a la práctica atlética, la robustez física del cuerpo y la apreciación de las características físicas femeninas en el atletismo, la apariencia física (items1,2 y 7), relacionados con el canon de belleza y estereotipos de atractivo físico y atletismo, cuerpo femenino y pruebas atléticas( ítems 8,9,10 y 11)estos ítems se refieren a la apreciación del cuerpo de la mujer en las diferentes pruebas atléticas y su imagen estereotipada por esta prueba/s, representación pública del cuerpo femenino (ítems 6)que se ocupa de la apreciación del cuerpo de la mujer como elemento de representación sexual en el deporte, cuerpo femenino y rendimiento atlético (ítems 12), donde se establece una correlación de la visión que se tiene del cuerpo de la mujer en el atletismo, con su rendimiento atlético, y por último, fragilidad física ( ítems 1 y 13),en los cuales se expresan estereotipos corporales físicos de debilidad y capacidad.
Para obtener la validez y fiabilidad de la escala del cuestionario diseñado se utilizaron diferentes técnicas estadística. Concretamente la estructura factorial de la escala la obtuvimos aplicando la técnica del análisis factorial de componentes principales. Esta técnica nos permite conocer la dimensionalidad de la escala. La consistencia interna la hallamos mediante el Alfa de Cronbach.
Para validar el cuestionario se realizó un estudio piloto con una muestra de 60 estudiantes. La validez de contenidos se llevó a cabo mediante el juicio de expertos. El análisis factorial aplicado a los datos obtenidos con el cuestionario identifica 2 factores: factor 1: Apariencia física de la mujer y factor 2: Fragilidad Física.
El factor I. representa las creencias y valores de estereotipos de género que los estudiantes de CAFD poseen en torno al componente físico del cuerpo de la mujer y su relación con las diferentes vertientes del atletismo (entrenamiento, competición y práctica en general). En este factor se han agrupado un total de 11 items o cuestiones (2,3,4,5,6,7,8,9,10,11 y 12), que presentan saturaciones positivas y relevantes con el factor I.
El factor II. Expresa a su vez, las creencias y valores de estereotipos de género que los estudiantes de CAFD poseen en torno a la imagen de mujer atleta “ideal” presentándose a través de los cánones corporales físicos establecidos de debilidad y su relación con la capacidad de este. En este factor se han agrupado en torno a 2 cuestiones (1 y 13).
Los datos se recogen mediante un cuestionario on-line.
La población objeto de estudio la componen los estudiantes que cursan el último año de la Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en los tres centros universitarios públicos que actualmente existen en Andalucía (Pablo de Olavide, Hispalense y Universidad de Granada), y que ofrecen Licenciatura en Ciencias de la actividad física y el Deporte. Todas y todos han recibido, en algún momento de la Licenciatura, formación académica reglada en atletismo. Los datos se recogen durante el periodo académico 2009-2010. El total de la población es de n=424 alumnos matriculados. Se trabaja con una muestra de n=360 (alumnos que responden al cuestionario de forma voluntaria).
En cuanto al tratamiento estadístico se aplica estadística descriptiva e inferencial mediante pruebas no paramétricas (prueba U de Mann-Whitney).
Resultados
La presentación de resultados la hacemos tomando como referencia las dos hipótesis planteadas.
- Concepciones estereotipadas de género con relación al cuerpo de la mujer en el atletismo. La presentación de resultados sobre las concepciones estereotipadas de género con relación al cuerpo de la mujer en el atletismo, la realizaremos en base a las dimensiones representadas por agrupaciones de ítems recogidos en los dos factores identificados.
1.- Estereotipos sobre la forma física (ítems 3, 4 y 5).La gráfica que a continuación se expone, representa los porcentajes de respuestas, donde, 1 especifica (nada de acuerdo) y 5 (totalmente de acuerdo). Los tres ítems aquí representados nos muestran 3 niveles diferentes de creencias en torno al cuerpo de la mujer atleta Este rango se desplaza desde una visión marcada en el que el cuerpo con características femeninas puede conseguir el éxito deportivo, pasando por el principio de que, sin embargo el entrenamiento las masculiniza, provocando así un fuerte estereotipo, y, finalmente, un tercer nivel de creencias donde las mujeres “pierden su identidad femenina por la practica atlética con alto nivel competitivo .
El gráfico 1 nos ofrece, por tanto, una panorámica general del comportamiento de respuestas en torno a estos tres ítems. A través de él observamos que se obtienen patrones de respuesta diferenciados. Obsérvese, por ejemplo, el patrón de respuesta entre el ítem 4 y 5. Un estudio de los resultados de la mediana en cada uno de los ítems precisa las apreciaciones visuales que nos ofrece el gráfico.
Gráfico 1. Porcentajes de respuesta sobre los ítems 3,4 y 5.Forma física.
La mediana obtenida en el ítems nº3 “El entrenamiento de las mujeres en el atletismo masculiniza sus rasgos físicos “, es de 3,0. Este dato estadístico indica que el 50% de la muestra ha contestado “De acuerdo”, “Bastante de Acuerdo” y “Totalmente de Acuerdo”. Por tanto concluimos que la muestra expresa estereotipia de género en cuanto a la relación directa entre los efectos del entrenamiento atlético en el cuerpo de la mujer, y su “efecto masculinizante”. Esta connotación envuelve el estereotipo contiguo en torno a que “el deporte masculiniza a la mujer” y por tanto esta deja de ser “un ser femenino”.
En el ítems 4 “en el atletismo solo tienen éxito aquellas mujeres que han perdido las características físicas femeninas” la mediana tiene un valor de 1, lo cual nos indica que el 50% de los datos está situado en la respuesta “nada de acuerdo”, y el 50% restante por encima. Por tanto podemos concluir que en este ítem no se manifiesta estereotipa de género.
En el ítem 5 “¿Crees que esta mujer ha perdido las características de la identidad que se caracteriza como femenina? (Fotografía de María Mutola, plusmarquista mundial de 800m) la mediana tiene un valor de 4, lo cual nos indica que el 50% de los datos está situado por debajo de la respuesta “bastante de acuerdo”, y el 50% restante por encima. Ello indica claramente una fuerte estereotipia en este ítem.
A la luz de tales resultados, podemos afirmar que la muestra analizada está muy estereotipada en cuanto a la visión del cuerpo de la mujer atleta cuando esta no responde a las características femeninas socialmente establecidas, provocando ello la identificación o creencia de la pérdida de identidad femenina de las atletas de alto rendimiento de este aspecto físico.
2. Estereotipos sobre la apariencia física, (ítems 2 y 7). El gráfico 2 nos ofrece una síntesis de las respuestas en ítems relacionados con la forma física. En él, de nuevo, volvemos a encontrar dos grupos de respuestas asentadas en el binomio estereotipia débil/versus fuerte estereotipia. Por un lado, los estudiantes no ven mujeres frágiles ni objetivos de que el cuerpo femenino deba ser de un desarrollo armónico, aspecto que se torna con subjetividad y relativización cuando le sumamos el significado de los resultados del ítem 7, donde fuertes estereotipos sexistas aparecen cuando muestran la existencia de disminución del atractivo físico de la mujer atleta debido a su musculatura.
Gráfico 2. Porcentajes de respuesta sobre los ítems 2 y 7.Apariencia física
La Mediana, 2, obtenida en el ítems 2 “El cuerpo ideal de la mujer atleta debería tener un desarrollo armónico y no excesivo de su musculatura”, nos indica que el 50% de la muestra ha contestado; “Nada de acuerdo” y “Algo de acuerdo”. Esto indica que la muestra analizada nos presenta una imagen de la mujer atleta poco estereotipada, debido a que menos de la mitad de la muestra analizada (34% aprox.) ha contestado a la pregunta; “De acuerdo”, “Bastante de acuerdo” y “Totalmente de acuerdo”. En este sentido, cabe señalar la baja estereotipia que se enmarca en tal afirmación, ello denota cierta ruptura con los “prescritos cánones de belleza” de la mujer y por ende la deportista en torno a su cuerpo. Este resultado puede ser interpretado por el efecto de la formación universitaria, ya que los ha confrontado a conocimientos que rompen con los de la estereotipia. Aunque en posteriores ítems exista un enfrentamiento con tales creencias.
En el ítem 7, “El desarrollo de la musculatura de la mujer atleta la hace menos atractiva físicamente”, la mediana tiene un valor de 3, lo cual nos indica que el 50% de los datos está situado por debajo de la media, y el 50% restante por encima. Ello indica que la muestra analizada mantiene una fuerte estereotipia, declinando sus creencias hacia aspectos ligados al canon de belleza femenino establecido históricamente para las mujeres, concluyendo con la premisa de que la musculatura “excesiva” de la mujer atleta la hace menos atractiva físicamente. Dentro del 50% de opiniones por encima de la mediana, el 19.53% de la muestra analizada, está “bastante de acuerdo” con esta afirmación, y el 17.46% de la muestra analizada está “totalmente de acuerdo”, lo cual confirma la conclusión obtenida anteriormente.
3.- Estereotipo sobre el cuerpo femenino y pruebas atléticas: (ítems 8, 9,10 y 11). Estableciendo un análisis comparativo visual de los diferentes ítems que engloban las valoraciones de la visión del cuerpo de la mujer atleta y su participación en las distintas pruebas atléticas, encontramos en el gráfico 3 las diferencias en cuanto a los grados de estereotipos sexistas. En este cabe destacar que el máximo exponente de fuerte estereotipia de género corresponde al ítem relacionado con el cuerpo de las mujeres lanzadoras y en su extremo opuesto el cuerpo de la mujer atleta y las pruebas o carreras de fondo, así como cuerpo y mujeres velocistas. En un grado de estereotipia intermedia o activa se situaría la valoración sobre las comparativas entre pruebas diversas, como el salto de altura, y las mujeres lanzadoras.
Gráfico 3. Porcentajes de respuesta sobre los ítems 8,9,10 y 11.Cuerpo femenino. y pruebas atléticas
Con la formulación del ítem 8 hemos cifrado como objetivo, conocer si existe estereotipo en relación a la musculación del cuerpo de las mujeres lanzadoras y su “masculinidad”. Los datos extraídos de este análisis arrojan una mediana con un valor de 3, lo cual indica que el 50% de los datos está situado por debajo de la respuesta “de acuerdo”, y el 50% restante por encima. Esto aporta una información totalmente ligada a los estereotipos establecidos entorno al atletismo femenino, en el que se piensa siempre en, primero, un sujeto de excesivo peso y, por tanto, considerado poco atractivo, y por otro, en una atleta que, al estar preparada para el lanzamiento de un artefacto pesado, desarrollando así grandes masas musculares, parecen estar destinadas a perder su componente femenino, sus características, sus rasgos femeninos impuestos por la cultura y la sociedad en la que se habita. En este caso los estudiantes de CAFD se manifiestan claramente como una población bastante estereotipada en cuanto a las características femeninas del cuerpo de la mujer lanzadora en el atletismo.
Dentro del 50% de opiniones por encima de la mediana, el 26.87% de la población está “de acuerdo”, el 26.57% de la población está “bastante de acuerdo” y el 11.04% de la población está “totalmente de acuerdo”.
Ante la pregunta nº 9, el objetivo propuesto en nuestra investigación ha sido, conocer si existe estereotipo en relación a la musculación del cuerpo de las mujeres velocistas y su “masculinidad”. La mediana de este análisis tiene un valor de 2, lo cual nos indica que el 50% de los datos está situado en la respuesta “algo de acuerdo”, y el 50% restante por encima. De forma global, podemos afirmar que la población muestra una estereotipa activa en cuanto a las características femeninas del cuerpo de la mujer velocista en el atletismo.Dentro del 50% de opiniones por encima de la mediana, el 31.23% de la población, está “algo de acuerdo”, el 18.92% de la población está “de acuerdo”, el 14.71% de la población está “bastante de acuerdo” y el 5.11% de la población está “totalmente de acuerdo”. Los porcentajes de respuesta aportan una información valiosa a este estudio, ya que, se continúa perpetuando una creencia estereotipada del cuerpo de la mujer velocista, el desarrollo muscular en la mujer no esta admitido ni contemplado.
En el cómputo de análisis de pruebas atléticas encontramos el Ítems 10, en el que hemos realizado un acercamiento al conocimiento de estereotipos de género en relación a la musculación del cuerpo de las mujeres corredoras de fondo y su “masculinidad”.
La mediana de este análisis es 2, lo que nos indica al observar los valores de los datos que más el 50% (aproximadamente un 70%) de los datos está por debajo de la respuesta “algo de acuerdo”.De forma global, podemos afirmar que la población no está muy estereotipada en cuanto a las características femeninas del cuerpo de las atletas corredoras de fondo.Dentro del 50% de opiniones por encima de la mediana, el 34.23% de la población, está “algo de acuerdo”, el 16.37% de la población está “de acuerdo”, el 12.50% de la población está “bastante de acuerdo” y el 3.27% de la población está “totalmente de acuerdo”.
Y, como último el Item 11 obtiene una mediana de 3, lo que nos indica que existe una fuerte estereotipia de género en torno al prototipo de mujer en función de la prueba que realizan, quedando patente, como anteriormente se ha extraído (ítem 8), que el cuerpo de las mujeres que practican lanzamientos quedan excluidas del “canon femenino”.Dentro del 50% de opiniones por encima de la mediana, el 17.56% de la población está “de acuerdo”, el 18.15% de la población está “bastante de acuerdo” y el 16.96% de la población está “totalmente de acuerdo”.
4.- Estereotipo sobre la representación pública del cuerpo femenino: (ítems 6). Esta cuestión responde a las expectativas de búsqueda sobre las creencias que los estudiantes de CAFD tienen acerca de la representación sexual de imágenes de mujeres en el atletismo, versus deportiva. En este caso el objetivo se marca como meta conocer si la muestra analizada presenta una imagen estereotipada en relación a la afirmación de que “la representación sexual de mujeres en el atletismo es mayor que su representación deportiva”.
Tras el análisis de los datos estadísticos, podemos apreciar que la mediana tiene un valor de 2, lo cual nos indica que el 50% de los datos está situado por debajo de la respuesta “algo de acuerdo”, y el 50% restante por encima. De forma global, podemos afirmar que la muestra analizada está muy estereotipada, o más bien, que el peso del estereotipo es fuerte, ya que no existe una apreciación real en cuanto a que todavía la mujer atleta tiene que hacerse visible a través de aspectos ligados puramente al cuerpo o a su anatomía para ser presentada en los medios y no por sus logros deportivos. Cabe destacar que dentro del 50% de opiniones por encima de la mediana, tan sólo el 7.74% de la muestra analizada está “bastante de acuerdo” y el 3.87% de la muestra analizada está “totalmente de acuerdo” con dicha afirmación.
5.- Estereotipo sobre cuerpo femenino y rendimiento atlético: (ítems 12).La mediana extraída sobre el ítems 12 “En comparación al tamaño, la musculatura de las mujeres atletas es igual de fuerte que el de los hombres atletas”, nos muestra un resultado de 2,00, este dato estadístico indica que el 50% de la muestra ha contestado por debajo de la respuesta “bastante de acuerdo”. De forma global, podemos afirmar que la población muy estereotipada en cuanto a la composición corporal y musculatura de la mujer en el atletismo. Dentro del 50% de opiniones que describen el carácter estereotipado de sus creencias, el 35,1 % no está nada de acuerdo, junto con un 23,8 % que está algo de acuerdo. Solo el 8,6 y 4,4 están bastante de acuerdo o muy de acuerdo. Por tanto, en relación a la posibilidad biológica de que la mujer pueda tener el mismo resultante de fuerza que el hombre, siempre en proporción al tamaño de su musculatura, los alumnos y alumnas se muestran totalmente enmarcados en creencias que podemos identificar como estereotipos de mujer mas “débil”, menos “capaz”, deportivamente hablando y bajo parámetros de rendimiento.
6. Estereotipos sobre la fragilidad física del cuerpo femenino (Items1 y 13). Los elementos citados acerca de la fragilidad física y el cuerpo de la mujer atleta, se enmarcan a continuación en el gráfico 4, donde, podemos encontrar cierta linealidad de respuestas en torno a una estereotipia débil de género.
Gráfico 4. Porcentajes de respuesta sobre los ítems. 1 y 13. Fragilidad Física.
En relación al ítem 1 enunciado bajo la formulación “¿Crees que las mujeres tienen más fragilidad física que los hombres ante las diferentes disciplinas atléticas?”, se obtiene una Mediana de 2,00. Este dato, nos indica que el 50% de la muestra ha contestado; “Nada de acuerdo” y “Algo de acuerdo”.
Siguiendo estos resultados, podemos decir que la muestra analizada nos revela una imagen de la mujer atleta poco estereotipada, debido a que menos de la mitad de la muestra analizada (38% aprox.) ha contestado; “De acuerdo”, “Bastante de acuerdo” y “Totalmente de acuerdo” en relación a la idea de que el cuerpo de la mujer sea más frágil que el del hombre a la hora de realizar actividades atléticas. Sin embargo, las apreciaciones realizadas bajo la respuesta “algo de acuerdo”, engloba un total del 31,45%, expresando una visión en torno a sus creencias y valores del estereotipo citado, no ausente en su totalidad como cabria de esperar.
El siguiente ítems analizado incluido en el factor 2 “Fragilidad Física”, (13) , es el que aborda las creencias y valores en torno a si la composición de la masa muscular y adiposa del cuerpo de la mujer la hace menos apta para el atletismo que el hombre. El resultado estadístico obtenido nos muestra que la mediana contiene un valor de 2,00, lo que nos indica nuevamente que más el 50% (exactamente 71,43%) de los datos está por debajo de la respuesta “algo de acuerdo”.
Los datos reflejan de forma sustancial que los alumnos y alumnas que cursan los estudios de CAFD poseen unas creencias y valores no estereotipados hacia la composición corporal de la mujer atleta y su aptitud en el desempeño de las pruebas atléticas, tal vez resultado de la confrontación del conocimiento científico adquirido en sus estudios universitarios.
- Resultados sobre diferencias entre sexos sobre la concepción estereotipada del cuerpo de la mujer en el atletismo.
Con el fin de conocer las diferencias que puedan existir entre hombres y mujeres en cuanto a la percepción de estereotipos de género con respecto al cuerpo de la mujer atleta, se ha establecido un análisis de contraste de hipótesis (también denominado test de hipótesis o prueba de significación) mediante una prueba no paramétricas.
Hipótesis 2: Existen diferencias significativas entre hombres y mujeres en cuanto a la concepción estereotipada del cuerpo de la mujer en el atletismo.
Los resultados obtenidos que se contemplan en la tabla 1 nos ofrecen una visión acerca de las diferencias significativas entre alumnas y alumnos de CAFD sobre la creencia estereotipada del cuerpo de la mujer en el atletismo.
Tabla 1. Contraste entre sexos en las respuestas sobre “Estereotipos de género sobre el cuerpo de la mujer en el atletismo”
Los datos extraídos de la tabla nos indican que se rechaza la hipótesis nula y se confirma la hipótesis alternativa, con un nivel de significación óptimo (p < 0.05) en los ítems 1, 7,8,9,10,11 y 13, por tanto, podemos afirmar que existen diferencias significativas entre las respuestas de hombres y mujeres en cuanto a la concepción estereotipada de estos enunciados.
Los ítems donde se detectan diferencias entre sexos son los referidos a los rasgos tradicionalmente asignadas a la mujer a lo largo de la historia, “la mujer muestra más fragilidad física que el hombre ante las diferentes disciplinas atléticas (p < 0.05), el desarrollo de la musculatura de la mujer atleta la hace menos atractiva físicamente (p < 0.05)”. Pero también se encuentran diferencias entre sexos en ítems que hacen referencia a la visión del cuerpo de la mujer en determinadas pruebas atléticas: “los cuerpos de las mujeres lanzadoras son demasiado “masculinos” (p < 0.05) las velocistas tienen exceso de musculatura para ser mujeres (p < 0.05), Las pruebas de medio fondo hacen que las mujeres tengan cuerpos excesivamente delgados y poco femeninos (p <.001), o ¿Crees que las mujeres que practican salto de altura, son más femeninas que las que realizan lanzamiento de disco? (p < 0.05).
Y por último el ítem 13, que hace referencia a un estereotipo de carácter biológico, “La composición de la masa muscular y adiposa del cuerpo de la mujer la hace menos apta para el atletismo que el hombre “ obtiene también diferencias significativas entre sexos (p < 0.05).
En cuanto a los ítems 2, 4, 6 y 12, los resultados obtenidos nos indican que se acepta la hipótesis nula (p>0.05), por tanto, afirmamos que no existen diferencias significativas entre las respuestas de hombres y mujeres en cuanto a la visión estereotipada de estas afirmaciones.
Representamos mediante el gráfico 5, las medias de hombres y mujeres en cuanto a su posicionamiento en los ítems del cuestionario. Como el gráfico indica, en todos los casos las chicas presentan una media inferior a la de los chicos, lo que indica que las chicas poseen una concepción menos estereotipada del cuerpo de la mujer en el atletismo que los chicos ante las mismas cuestiones presentadas. También se aprecia aspectos en los que el estereotipo es más débil y otros en que es más marcado o intenso. Así el ítem “cuerpo lanzadora”, las mujeres obtienen una media de 2.62, y los hombres 3.14. En cuanto al ítem “cuerpo y musculatura” las mujeres sacan una media de 2.21 y los hombres 3,15. Los estereotipos más débiles los encontramos en los ítems ; “cuerpo corredora de fondo” (mujeres 1.78, hombres 2.33) y “composición del cuerpo y aptitud” (mujeres 1.73, hombres 2.18) los cuales presentan una imagen menos estereotipada pero con un aumento en el estereotipo por parte de los hombres con respecto a las mujeres.
Gráfico 5.Diferencias significativas entre sexos en la escala “Estereotipos de género sobre el cuerpo de la mujer en el atletismo”. Medias.
Si analizamos con detalle el gráfico 5, debemos decir que, al observar dos de estos datos “cuerpo lanzadora” (mujeres 2.62, hombres 3.14) y “feminidad y prueba” (mujeres 2.35, hombres 2.9) podemos decir que hay un aumento en su concepción estereotipada. Como contraste, nos encontramos con dos datos contrapuestos a estos; “cuerpo corredora de fondo” (mujeres 1.78, hombres 2.33) y “composición del cuerpo y aptitud” (mujeres 1.73, hombres 2.18) los cuales presentan una imagen menos estereotipada pero con un aumento en el estereotipo por parte de los hombres con respecto a las mujeres.
Discusión
Para empezar a entender las actitudes y creencias estereotipadas que exhiben nuestros futuros profesionales del mundo de la actividad física y el Deporte (CAFD) hacia la visión del cuerpo de la mujer atleta, es necesario profundizar en como estas son vistas por los sujetos de nuestra investigación.
Los sujetos entrevistados parecen superar los argumentos sexistas que muestran a las mujeres atletas bajo una supuesta fragilidad física, e incluso advierten y admiten el hecho de que su musculatura atlética no permita perder su “atractivo”. Sin embargo cuando se profundiza sobre este elemento, el binomio musculatura-mujer atleta, empiezan a aparecer estructuras subyacentes de fuertes estereotipos de género. Esto es, la mujer atleta se debe mover entre el modelo masculino del deporte que desarrolla como sujeto que compite en el mismo, pero sin perder la norma estética y las características femeninas socialmente reconocidas.
En cuanto a los resultados aportados por los ítems de forma Física, nos muestran un modelo de sujeto que, de un lado establece una relación directa entre el rendimiento y el éxito deportivo, correlacionándolo en todo momento con la visión de un cuerpo femenino, pudiendo conservar las características socialmente establecidas como femeninas. Si este dato, lo analizáramos de forma aislada (item 4), aportaría una conclusión no estereotipada de género con respecto al cuerpo de la mujer que practica atletismo, pero por el contrario, si retomamos los resultados del ítem 3, observamos que las creencias entorno al entrenamiento y sus efectos en el cuerpo de la deportista, establecen creencias y valores estereotipados en torno al género. Una atleta no podría conseguir resultados sin entrenamiento, por lo tanto, si este masculiniza a las mujeres, estas, las que consigan éxitos deportivos, estarían a su vez masculinizadas. Siempre hablando bajo el prisma del razonamiento establecido por la muestra estudiada.
Pero sin embargo, esta deportista, para conseguir el máximo rendimiento debe entrenar su cuerpo y desarrollar el componente fuerza, y, por ende su musculatura. Si establecemos un paralelismo entre los datos aportados por los ítems (8,9 y 11) y los admitidos en la pregunta nº4, en la que se afirmaba que en el atletismo solo tienen éxito aquellas mujeres que han perdido las características físicas femeninas, los alumnos y alumnas de CAFD en Andalucía, vuelven a presentar una contradicción, o mejor dicho, una conservación real de estereotipos sexistas hacia la mujer que compite en pruebas de velocidad, ya que para triunfar en la carrera, y por tanto en el atletismo según sus aportaciones, deben perder sus características femeninas, ya que poseen un exceso de musculatura y por tanto, ya no se reconocen como canon “femenino”.
Por otro lado, y dando respuesta al conocimiento acerca de las creencias sobre otros modelos de feminidad de las mujeres atletas, como el caso de María Mutola (plusmarquista mundial de 800m), donde se les pregunta si ésta mujer ha perdido las “características de la identidad femenina”, estos presentan una clara estereotipia sexista hacia este modelo de mujer. La expectativa de la feminidad a menudo no se identifica con mujeres de gran desarrollo muscular, que han de levantar pesas, sudar, ser agresivas, etc. La razón principal de esto es que la sociedad espera que las mujeres sean “damas”, y estas acepciones presentan características que se definen como ser masculino. Por ello, cuando las mujeres “cruzan la línea” y muestran los llamados “Rasgos varoniles”, su identidad de género, orientación sexual, valores, roles sociales y hasta su identidad femenina son a menudo cuestionados (Griffin, 1998, Markula 2009). Estigmas negativos son frecuentemente asociados a las mujeres atléticas, y por consiguiente, se utilizan como un mecanismo para controlar y limitar la participación de la mujer en la deportes.
Toda esta “aceptación” de la visión de los cuerpos femeninos pone en duda la consabida relación entre cuerpo de mujer y género femenino dominante, enfrentándonos con el argumento del “control social”, donde las mujeres deportistas solo pueden transgredir las fronteras del género, si en cierta forma después lo codifican o corrigen, es decir, si después demuestran de manera explícita que adoptan la feminidad socialmente establecidas. En la actualidad, las mujeres que practican deportes de forma sistemática y seria, especialmente deportes dominados por valores masculinos, cuestionan la “natural” relación de adecuación entre cuerpo masculino y deporte, la cual, por definición, excluye el cuerpo de las mujeres. Consecuentemente, estas mujeres deportistas confirman la tesis de que las barreras de acceso a la práctica de estos deportes se deben principalmente al estereotipo social del género femenino, y no a las limitaciones físicas del cuerpo femenino y su rendimiento.
La explicación a la contradicción encontrada en el caso de que los alumnos y alumnas de CAFD vean positivamente, por un lado el hecho de que las mujeres atletas “consideradas femeninas” socialmente hablando triunfen en el mundo de la alta competición, pero no cuando estas no presentan un modelo estético “admitido por la sociedad vigente”. Estas ideas se ponen de manifiesto en los estudios de Tiano (2006) donde exponen que a menudo se presenta un estereotipo de imagen que superponen alrededor de las atletas donde son constantemente alentadas a ser sexys, delgadas pero con fuerza suficiente para participar en sus modalidades con eficacia, y Lessa (2007), donde el modelo hegemónico del cuerpo de la deportista representa la visión sexuada de la sociedad, polarizando este entre lo masculino y lo femenino.
En cuanto a las creencias de los estudiantes en torno a la biología del cuerpo de la mujer atleta y su apariencia física, volvemos a encontrar respuestas en las que, las apreciaciones de estos se tornan vagamente estereotipadas, ya que perciben al cuerpo de la mujer como “apta” biológicamente hablando, para poder desempeñar las diferentes pruebas atléticas, pero cuando se cuestiona la posibilidad de que la mujer pueda tener ciertos elementos anatómicos y/o biológicos iguales o proporcionalmente semejantes al de los hombres atletas, se posicionan con elevados valores y creencias estereotipadas.
El pensamiento y creencias de los sujetos estudiados que poseen en torno a la representación sexual de imágenes de las mujeres atletas frente a una visión puramente deportiva, plantea la no existencia de tal presentación de estos modelos ante los medios de comunicación. Tal creencia viene a contradecir argumentos como los de Suárez (2006) y Vázquez (2001), cuyos trabajos recogen que el marcado carácter comercial que va tomando el deporte a partir de los años noventa y la progresiva liberalización de la mujer en las culturas occidentales, hacen que la publicidad fije su atención en la imagen de la mujer deportista como reclamo de numerosos productos y estrategias de venta; con ello, empieza a producirse la erotización del cuerpo de la mujer deportista sometiéndose de nuevo a la dictadura de la estética. Consecuentemente, no resulta extraño ver como las deportistas profesionales se conviertan en objeto de atención de los medios más por su condición de mujer que por sus cualidades profesionales.
En su reconocimiento social como deportista profesional coexisten dos miradas sobre el cuerpo de la mujer atleta. Por un lado, encontramos el modelo masculino: fuerte, libre, competente, capaz de codearse con los hombres y alcanzarlos en el espacio mismo de la virilidad. Este modelo es rechazado socialmente, incluso por los propios hombres. La otra mirada sobre la mujer deportista actual, consiste en verla, a pesar de todo y ante todo, como una mujer femenina. Un ejemplo de esta segunda visión de la deportista es el tratamiento que le da la fundamentalmente los medios de comunicación (como hemos podido revelar anteriormente), y que se ajusta perfectamente al estereotipo clásico. Sin duda alguna, es en la prensa deportiva, donde el discurso sobre el cuerpo de la mujer deportista se muestra más revelador y más característico del imaginario erótico masculino.
Sin embargo todos estos análisis sobre creencias ante la visión del cuerpo de la mujer en el atletismo se diferencian claramente cuando estudiamos los datos aportados por ellos y ellas. Sobre tales datos se arrojan ciertos elementos de discusión como el hecho de que son ellas las que aporta un menor coeficiente de estereotipia de género sobre los cuerpos femeninos atléticos, pero siempre en los mismos aspectos en los que ellos también aportan un bajo resultante. Solo cuando hablamos de desarrollo muscular y atractivo, son las chicas las que se muestran con niveles mas bajos de estereotipos sexistas. De cualquier forma, las creencias de ellos y ellas se extreman en las mismas cuestiones, dejando al descubierto, la formación y educación enmarcados en la esencia de la construcción social y cultural de su entorno. Como afirma Rodríguez et al, (2005), es necesario realizar estrategias para la promoción del deporte en las mujeres en base a un cambio de mentalidad de la propia mujer, ya que estudios como los de Scraton, (1995 y 2006) indican que en las clases de educación física en nuestro país, los alumnos y las alumnas siguen manteniendo estereotipos de género en el comportamiento motriz, las alumnas siguen implicándose menos y tienen un autoconcepto más bajo. De todo ello se concluye la necesidad de implementar la presentación de modelos positivos, sobre todo en los medios de comunicación, y especialmente en la televisión, ya que el impacto que las figuras masculinas tienen en los niños y jóvenes debería ser aprovechado igualmente en el caso de las figuras femeninas. Indudablemente todas esas mujeres que destacan en el siempre difícil y complicado camino a la élite del deporte deben ser imagen y punto de referencia para la mujer en la sociedad actual.
Finalmente, todo esto viene a mostrar como los sujetos encuestados, con una formación tanto genérica en deporte como específica en atletismo poseen valores y creencias fuertemente asentadas en estereotipos de género. Pero los datos también nos permiten esbozar la posibilidad de cambios a través de la información y el conocimiento.
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