Impacto sobre la salud mental y la calidad de vida en trabajadores de oficina
Impacto sobre la salud mental y la calidad de vida en trabajadores de oficina
Dado el creciente número de personas que por sus condiciones son diagnosticadas con dolor de espalda bajo (DEB) y las implicaciones financieras de manejo de esta condición de incapacidad, el DEB ha sido reconocido como un problema mayor de salud pública. Dentro de los trabajadores de oficina el problema es mayor. En el presente estudio reflejamos el impacto que el trabajador de oficinas afectadas de dolor lumbar tiene en niveles de salud mental y calidad de vida respecto a sus homónimos sanos. La medida fue realizada con EQ-5D. Se encontraron diferencias en todas las variables, tanto en hombres como en mujeres.
Contenido
Dado el creciente número de personas que por sus condiciones son diagnosticadas con dolor de espalda bajo (DEB) y las implicaciones financieras de manejo de esta condición de incapacidad, el DEB ha sido reconocido como un problema mayor de salud pública (Hlobil, et al., 2005). La tasa de prevalencia puntual del DEB ha sido estimada como 14.8% en un estudio llevado a cabo en la población española general (Mendiola, 2002).
En un 80% de los episodios de DEB es imposible saber la causa original. Este tipo de DEB se denomina dolor de espalda bajo inespecífico (DEBI) (de Jager & Ahern, 2004; European guidelines for the management of low back pain,” 2002). Los pacientes afectados por DEBI consumen una enorme cantidad de recursos de atención sanitaria a través de consultas, exámenes y prescripciones, y también recursos sociales, mayoritariamente procedentes de las bajas laborales (Gonzalez Viejo & Condon Huerta, 2000). Se ha estimado que existe una probabilidad de persentismo del 44.8% de al menos 1 episodio de DEB en 6 meses, resultados similares a los encontrados en población holandesa (Picavet, Schouten, & Smit, 1999), en el mismo estudio, ha sido reportada una media de 21.9 días/ episodio de baja laboral en España (Gonzalez Viejo & Condon Huerta, 2000). Por otro lado, la mayoría de los costes imputables al DEBI son causados por la pequeña proporción de pacientes que desarrollan síntomas crónicos (Gonzalez Viejo & Condon Huerta, 2000; Salvans & Gonzalez-Viejo, 2008).
Lo que más afecta a la duración a la vuelta al trabajo y a la incapacidad laboral, es el miedo y la auto-percepción de incapacidad laboral (Fritz & George, 2002; Fritz, George, & Delitto, 2001). Fomentar una vuelta temprana a la actividad normal y favorecer el apoyo en el puesto de trabajo ha resultado ser beneficioso en términos de costes y de efectividad (Loisel, et al., 2002) y de reducción de tiempos de baja laboral por miedo relacionado con el dolor de espalda (Godges, Anger, Zimmerman, & Delitto, 2008).
Aunque la introducción de guías de práctica clínica en el tratamiento del dolor lumbar inespecífico ha incorporado aspectos sobre diagnóstico, eficacia farmacológica y no farmacológica y otras modalidades en el manejo de pacientes con DEB, puede ser necesario estudiar otras modalidades de estrategias multidisciplinares de tratamiento (físico, psicológico y social/laboral) que se aplique a pacientes con DEBI subagudo en un correcto tiempo para evitar la cronicidad de la enfermedad, así como reducir el impacto individual social y económico que este problema supone actualmente (Rodriguez-Blanco, et al., 2010).
A parte del impacto socioeconómico, el DEB presenta un importante impacto en el desarrollo de las actividades de la vida diaria y en la Calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) (Kovacs, et al., 2006). También presenta un impacto familiar y social, aunque a veces este se desconoce, que puede generar depresión y ansiedad (Mendiola, 2002). En una revisión realizada por Karjalainen et al. considera el ejercicio físico como parte fundamental de intervenciones multidisciplinares mostrando ser efectivo en las medidas principales de pacientes edad adulta trabajadores afectados por DEBI (Karjalainen, et al., 2001). Pero, atendiendo a las últimas revisiones realizadas en el tema, hacen falta más estudios para valorar la inclusión del ejercicio físico para la prevención secundaria del dolor de espalda y mejor entendimiento de los mecanismos relacionados con la actividad física y la vuelta al trabajo (Schaafsma, et al., 2010).
Hasta nuestro conocimiento no existe ningún estudio que reporte valores de caracterización socioeconómica, de CVRS de población española trabajadora afectada por DEBI subagudo en comparación con homónimos no afectados por DEBI lo que puede ser interesante para prescribir programas de intervención multidisciplinares efectivas esta población. El objetivo de este estudio fue evaluar el impacto de CVRS en pacientes trabajadores de oficina que sufren de DEBI subagudo en relación a aquellos trabajadores que no sufren de DEBI. Nosotros hipotetizamos lo siguiente:
Método
Se usó un diseño trasversal donde fueron comparados trabajadores de oficina con DEBI subagudo o recurrente con trabajadores de oficina sin DEBI. Para la investigación, el DEBI fue considerado como dolor de espalda lumbar sin causa original que tuvieron un episodio de dolor lumbar con o sin dolor en la pierna referido que ocurre de repente después de un periodo de al menos 6 meses sin dicho dolor (Rodriguez-Blanco, et al., 2010) y obtuvieron una puntuación mayor de 12 en el cuestionario de incapacidad física Roland Morris (RM) (Beurskens, de Vet, & Koke, 1996). Aquellos que no refirieron ningún dolor lumbar bajo (en ninguna de sus formas) y obtuvieron una puntuación menor o igual que 12 en el RM fueron considerados sujetos sanos (Beurskens, et al., 1996). Los criterios de inclusión para los sujetos en ambos grupos fueron: trabajadores de oficina que pasaran más de 6 horas frente al ordenador y que no hacían ejercicio regularmente (menos de 2 sesiones de 30 minutos por semana). Los pacientes con DEBI fueron reclutados desde el Servicio de Medicina Preventiva de la Universidad de Extremadura (SMPUEx) por correo electrónico masivo, carteles, boletines internos de la universidad y asesoramiento específico en la consulta. Después de que la invitación fue realizada, 150 pacientes respondieron con interés y 118 fueron incluidos en el estudio tras comprobar que cumplían con los requisitos de inclusión y firmaron el informe de consentimiento informado de participación en el estudio. Los sujetos sanos fueron reclutados desde las oficinas de la Consejería Universidad de Extremadura. Los sujetos fueron informados y reclutados por parte de un asesor técnico que explicó el protocolo y procedió a la inclusión de los pacientes que cumplían los requisitos de inclusión en el estudio y firmaron el informe de consentimiento informado de participación en el estudio. De los 100 pacientes que mostraron interés, 72 fueron incluidos en el estudio. El estudio fue desarrollado y realizado exclusivamente en la Universidad de Extremadura, España. Se cumplieron los principios de la declaración de Helsinki y sus revisiones posteriores para estudios en humanos (“Declaration of Helsinki. Ethical principles for medical research involving human subjects,” 2009). El estudio fue aprobado por el comité de Bioética y Bioseguridad de la Universidad de Extremadura.
Medidas
Se evaluaron las características socio-demográficas que incluían: edad, nivel educativo, hábitos de fumar, sexo y nivel de actividad física. Además se evaluaron las características socio-económicas que incluían: Episodios de DEBI en los últimos 6 y 9 meses, Bajas laborales por DEBI en los últimos 6 y 9 meses, número de consultas médicas por DEBI en los últimos 6 y 9 meses y los medicamentos actuales. En una sola sesión de evaluación en el lugar de trabajo, cada participante realizó unas pruebas de fitness relacionado con el dolor de espalda. Antes de eso, todos los participantes rellenaron los cuestionarios correspondientes a la línea base. Se realizaron las medidas posteriores en el lugar de trabajo tras la conclusión del programa. Los cuestionarios fueron administrados por un entrevistador entrenado, mientras que las pruebas de aptitud física fueron administradas por un testador experimentado de aptitud física (Gusi, Prieto, Madruga, Garcia, & Gonzalez-Guerrero, 2009).
Calidad de Vida Relacionada con la Salud: Para evaluar la Calidad de Vida Relacionada con la Salud (CVRS), se usó el EuroQol 5 dimensiones de tres niveles (EQ-5D-3L) (“EuroQol–a new facility for the measurement of health-related quality of life. The EuroQol Group,” 1990; Kovacs, et al., 2006). El EQ-5D tiene 5 dimensiones puntuadas de 1 (el mejor estado de salud posible) a 3 (el peor estado de salud posible). Las 5 dimensiones que componen el EQ-5D-3L son las siguientes: Movilidad, Cuidado personal, Actividades cotidianas, Dolor/malestar y Ansiedad/Depresión. Además se acompaña de una escala visual analógica cuyos valores van de 0 (el peor estado de salud posible) a 100 (el mejor estado de salud posible).Tabla 2. Caracterización e impacto en CVRS de Trabajadores de oficina que sufren dolor lumbar sub agudo inespecífico (n = 190).
Análisis de los datos
La estadística descriptiva fue presentada como media y DE para las variables continuas y en términos de frecuencia y porcentajes para las variables categóricas. La normalidad de los datos fue testada inicialmente usando el test de Kolgomorov-Smirnov con corrección de Lillifors. Los resultados de dicha prueba sugirieron el uso de un análisis no paramétrico. Las diferencias entre grupos fueron analizadas mediante el test U de Mann-Whitney para las variables continuas y se usó el test de x2 para las variables categóricas. Para estandarizar las puntuaciones, la diferencia entre las puntuaciones en bruto de los sujetos con DEBI y la puntuación media del grupo de referencia fue calculada. Estas diferencias fueron entonces divididas por la DE del grupo control. Estas puntuaciones estándares (z-scores) expresan la distancia individual desde el grupo de referencia en términos de distribución (tamaño del efecto). Así, cualquier puntuación igual a la media del grupo de referencia será equivalente a un tamaño del efecto igual a 0. Los valores positivos o negativos indican un individuo que cae por encima o por debajo de la media respectivamente. Para todos los test, el nivel de significación se fijó en p < .05. Todos los análisis fueron realizados con el paquete estadístico SPSS versión 15.0. (SPSS, Inc., Chicago, IL).
Resultados
Características socio-demográficas y socio-económicas. En la tabla 1 se muestran las características socio-demográficas y socio-económicas de los participantes en el estudio en función del sexo.Un total de 190 personas con una edad comprendida entre 27 y 64 años fueron incluidas en el estudio. De estos, 72 fueron sujetos sanos (sin dolor de espalda) y 118 fueron diagnosticados con dolor de espalda sub agudo no específico. La tabla 1 revela que los sujetos diagnosticados con dolor de espalda bajo sub agudo consumen más recursos sanitarios; en hombres afectados por DEBI respecto a hombres sanos, existen diferencias estadísticamente significativas en número de bajas laborales por DEBI (p<.01), en el número de visitas al médico de Atención Primaria a causa del DEBI (p<.01) y también existen diferencias estadísticamente significativas en el número de episodios de DEBI (p<.001). En mujeres afectadas por DEBI respecto a mujeres sanas, existen diferencias estadísticamente significativas en número de bajas laborales por DEBI (p<.001), en el número de visitas al médico de Atención Primaria a causa del DEBI (p<.01) y también existen diferencias estadísticamente significativas en el número de episodios de DEBI (p<.001).
Tabla 1. Características de los participantes en el estudio (n=190)
Calidad de vida relacionada con la salud. En la tabla 3 se pueden observar los resultados obtenidos por componente y en global de la salud relacionada con la calidad de vida diferenciado por sexo. En hombres, hubo diferencias estadísticamente significativas entre trabajadores de oficina no afectados por DEBI y aquellos que si lo estaban en cada uno de los componentes de la salud (Movilidad, Cuidado personal, Actividades de la vida diaria, Dolor o malestar y Ansiedad/depresión en términos de si padecían problemas relacionados con cada uno de estos componentes) (p<.001) así como diferencias estadísticamente significativas en la valoración global del estado de salud, tanto en VAS (p<.001) como en el índice de utilidad de EQ-5D-3L (p<.001). En mujeres sucede algo similar. Hubo diferencias estadísticamente significativas tanto a nivel global en VAS (p<.001) y utilidad de EQ-5D-3L (p<.01) como por componente (p<.001), excepto para el dolor que no hubo diferencias estadísticamente significativas.
Tabla 2.
Discusión
Los principales hallazgos de este estudio muestran que los trabajadores de oficina que padecen dolor lumbar no específico (tanto hombres como mujeres) presentan un perfil peor de Calidad de Vida relacionada con la Salud comparado con aquellos trabajadores de oficina que no padecen tal afección.
Aunque a nivel global tanto hombres como mujeres trabajadores de oficina diagnosticados con dolor lumbar no específico reportaron peores valores de CVRS comparado con aquellos sin dicha afección, analizando la existencia de problemas en cada dimensión, no se reportaron diferencias en la dimensión dolor/malestar entre mujeres trabajadoras de oficina afectadas por dolor lumbar no específico comparando con aquellas mujeres que no padecían tal afección. Esto puede ser debido, al menos en parte, a que las mujeres pasan por ciclos menstruales a veces irregulares por hábitos de vida no saludables, lo que puede provocar dolor y malestar (Nohara, Momoeda, Kubota, & Nakabayashi, 2010). En nuestro estudio no podemos asegurar esto, pues no fue controlado el ciclo menstrual, pero sí controlamos que no eran físicamente activos y la mayoría eran fumadoras (determinantes de hábitos de vida no saludables).
Limitaciones.Este estudio presenta algunas limitaciones. Primero, nosotros no usamos estrategias poblacionales para la determinación del tamaño muestral, lo que puede limitar la generación de los resultados obtenidos como valores normativos. A pesar de esto, las características socio demográficas y los perfiles globales de Calidad de Vida relacionada con la Salud e incapacidad funcional relacionado con el dolor lumbar, fueron consistentes con las reportas en un estudio poblacional llevado a cabo con datos procedentes del SNS español (Kovacs, et al., 2006). Por otro lado, aunque el instrumento usado para valorar la CVRS de los pacientes de nuestro estudio es aceptado para la población en general (Campbell, et al., 2006; Kovacs, et al., 2006), algunos autores estiman que este instrumento infravalora la CVRS en pacientes con afección lumbar, desaconsejando su uso (Zamora, Kovacs, Abraira, Fernandez, & Lazaro, 2007). Además este instrumento es limitado para diferenciar dos conceptos: ansiedad y depresión. Ambos conceptos son incluidos en un único ítem, aunque hasta nuestro conocimiento no existen instrumento específico para la evaluación de la CVRS en dolor de espalda. En el mismo caso se encuentra el ítem dolor/malestar. Respecto a las bajas laborales por DEBI, no se contabilizó el número de días por baja laboral, lo que hace difícil un análisis económico con nuestros datos. Pese a esto, se ha reportado en estudios con población española afectada por DEBI que de media, una baja laboral por tal afección duraba 21,9 días (Gonzalez Viejo & Condon Huerta, 2000). Tal como comentamos más arriba, en las mujeres, no se tuvo en cuenta el momento de la menstruación, que puedo influir en la percepción de malestar. Tampoco se evaluó la capacidad aeróbica, determinada como importante en la predicción del dolor de espalda bajo (Duque, Parra, & Duvallet, 2009). Por último, no se tuvieron en cuenta factores de tipo psicosociales, determinados como importantes en la determinación del grado de dolor de espalda (Bell & Burnett, 2009; Hashemi, Webster, Clancy, & Volinn, 1997)
Perspectivas de futuro. Los trabajadores de oficina soportan una importante carga laboral frente al ordenador con una actividad muy importante para el funcionamiento de muchas instituciones. Por las características del trabajo, estos trabajadores además consumen una alta cantidad de recursos sociales y económicos por el impacto de las bajas laborales por problemas de dolor lumbar (Gonzalez Viejo & Condon Huerta, 2000). Son necesarias futuras investigaciones focalizadas en la detección y el entendimiento de los factores de riesgo de padecer dolor lumbar inespecífico en esta población mediante estudios poblacionales específicos e intervenciones de prevención de los mismos. Estas intervenciones han de ir en la línea de la mejora de los perfiles de la CVRS, o al menos a evitar el empeoramiento de los mismos, y la mejora del nivel de fitness mediante programas dirigidos adecuadamente. Una intervención de este tipo podría ser el trabajo diario en el mismo puesto laboral con ejercicios sencillos durante pocos minutos (Gundewall, Liljeqvist, & Hansson, 1993; Kellett, Kellett, & Nordholm, 1991). Aunque la introducción de guías de práctica clínica en el tratamiento del dolor lumbar inespecífico ha incorporado aspectos sobre diagnóstico, eficacia farmacológica y no farmacológica y otras modalidades en el manejo de pacientes con DEB, puede ser necesario estudiar otras modalidades de estrategias multidisciplinares de tratamiento (físico, psicológico y social/laboral) que se aplique a pacientes con DEBI subagudo en un correcto tiempo para evitar la cronicidad de la enfermedad, así como reducir el impacto individual social y económico que este problema supone actualmente (Rodriguez-Blanco, et al., 2010).
Implicaciones prácticas y conclusiones. Hasta nuestro conocimiento, no existen valores normativos relativos al fitness y la CVRS en trabajadores españoles de oficina afectados por DEBI. Aunque no podemos generalizar los resultados, el presente estudio provee de nuevo conocimiento que puede ayudar a los clínicos y profesionales de la actividad física o la rehabilitación a diseñar programas adecuados de ejercicio físico atendiendo a la afección específica de personas con dolor de espalda baja sub agudo no específico en población trabajadora de oficina. Es conveniente que se realicen actividades en grupos homónimos dirigidos por profesionales, por ejemplo en el trabajo, para minimizar en la medida de lo posible los signos negativos relacionados con los componentes que afectan a la calidad de vida relacionada con la salud que aparecen en las personas afectadas por DEBI (Kovacs, et al., 2006).