Influencia del tiempo efectivo de juego sobre la distancia recorrida por futbolistas de élite
RESUMEN COMUNICACIÓN/PÓSTER
El objetivo de esta investigación consistió en analizar la distancia recorrida en competición por futbolistas de elite. Los desplazamientos de 432 futbolistas que actuaron como jugadores de campo fueron recogidos durante los 31 partidos de la Eurocopa de Fútbol de 2008 utilizando un sistema computerizado de análisis del juego. Mediante la aplicación de un análisis de varianza (ANOVA) y una prueba t para muestras relacionadas, los resultados demuestran que los mediocampistas recorrieron una distancia significativamente mayor que los defensas y los delanteros. Además, la distancia total recorrida por los jugadores en la primera parte de los partidos fue significativamente mayor que en la segunda parte. Sin embargo, esta diferencia puede deberse a la variación en el tiempo efectivo de juego que existe entre la primera y segunda parte de los partidos. La media del tiempo real de juego durante la primera parte de los partidos fue significativamente mayor. Cuando se relaciona el tiempo efectivo de juego disputado en cada período de 15 minutos con la distancia total recorrida en ese mismo intervalo se constata como apenas existen diferencias significativas en la media de la distancia cubierta por los jugadores en la primera y la segunda parte
INTRODUCCIÓN.
El análisis del rendimiento en el fútbol es fundamental para alcanzar el éxito en la competición (Carling, Williams & Reilly, 2005). Para muchos entrenadores la información sobre el comportamiento de los jugadores en cada encuentro supone no sólo el punto de partida para la planificación del microciclo semanal de competición, sino también la fuente principal de información para diseñar la planificación anual de la temporada.
En las últimas dos décadas se ha desarrollado un interés creciente por el análisis del rendimiento en el fútbol (Ali & Farrally, 1991; Bangsbo, 1994; Bangsbo, Nørregaard, & Thorsø 1991; Ekblom, 1986; Rienzi, Drust, Reilly, Carter, & Martin, 2000). El análisis del rendimiento pretende recoger y examinar el comportamiento de los jugadores durante la competición (Hughes & Bartlett, 2002; Carling et al, 2005). La utilidad práctica del análisis del juego es que los indicadores del rendimiento seleccionados pueden permitir identificar las debilidades y fortalezas del propio equipo y del oponente y cuantificar los rendimientos positivos y negativos de jugadores y equipos. En este sentido, el análisis del rendimiento puede permitir la valoración de las demandas fisiológicas de cada deporte y el control del estado actual de cada jugador para rendir al máximo nivel en cada momento de la competición (Di Salvo, Baron, Tschan, Calderón, Bachl & Pigozzi, 2007). La comprensión de la carga fisiológica impuesta por la competición a los jugadores de elite de acuerdo con su posición (perfil de la actividad en el juego, distancia cubierta, intensidad, sistemas energéticos y musculatura implicada) es necesaria para desarrollar protocolos específicos de entrenamiento. Especialmente en el alto nivel, la forma más específica de entrenamiento es aquélla que demanda las mismas exigencias energéticas y biomecánicas que la competición. Por ello, el análisis del rendimiento puede ayudar a desarrollar programas de entrenamientos que reproduzcan las exigencias fisiológicas que impone la propia competición. Al igual que en otros deportes de equipo, las demandas fisiológicas del fútbol son de naturaleza intermitente (Balsom, Word, Olsson & Ekblom, 1999; Bangsbo & Michalsik, 2002; Bangsbo, Mohr & Krustrup 2006; Bloomfield, Polman & O’Donoghue, 2004; Bloomfield, Polman & O’Donoghue, 2007; Drust, Atkinson & Reilly, 2007; Mohr, Krustrup & Bangsbo, 2005; O’Donoghue et al., 2005; Rampinini, Coutts, Castagna, Sassi & Impellizzeri, 2007; Rampinini, Impellizzeri, Castagna, Coutts & Wisløff, 2008; Reilly, 2000; Rienzi, Drust, Reilly, Carter & Martin, 2000). Una de las limitaciones reconocidas en las investigaciones sobre el perfil condicional en el fútbol es que el número de sujetos analizados es muy pequeño (Di Salvo et al., 2007). El objetivo de esta investigación consiste en analizar la distancia recorrida en competición por futbolistas de elite tomando como referencia una muestra muy amplia de sujetos. Para ello se han analizado a 432 jugadores que se encontraban disputando la Eurocopa de Fútbol 2008 usando un sistema automático de recogida de datos. Además, bajo nuestro punto de vista, las investigaciones precedentes que han estudiado la distancia recorrida por los futbolistas en competición incurren en un error metodológico que quizás pueda modificar las conclusiones alcanzadas. En el análisis de la distancia recorrida por los jugadores en un partido suele tomarse en consideración el tiempo reglamentario de juego y no el tiempo efectivo de juego, aquel donde la pelota está en juego, que normalmente es muy inferior al primero. Creemos que la incorporación de este criterio metodológico puede aportar una visión más real de las demandas fisiológicas de la competición.
MÉTODO
Muestra
La muestra está compuesta por los 31 partidos disputados en la fase final de la Eurocopa de Fútbol de 2008 celebrada en Austria-Suiza. De estos encuentros, 24 corresponden a la primera fase, desarrollada bajo el formato de liguilla (cuatro grupos con cuatro selecciones nacionales en cada uno se enfrentan entre sí) y los 7 restantes pertenecientes a la segunda fase, disputada bajo el formato de eliminación directa o KO. El número total de jugadores observados fue de 432. Los jugadores de campo evaluados fueron agrupados en uno de los siguientes cinco grupos de posiciones de acuerdo con el área habitual donde cada futbolista desarrolla su actividad en el juego: defensa central (DC), defensa lateral (DL), mediocentro (M), interior (I) y delantero (D), resultando en el siguiente número de sujetos in los diferentes subgrupos: DC (n = 112); DL (n = 102); M(n = 111); I (n = 57) y D (n = 50).
Control de la calidad del dato Las fuentes de las que se han recogido los datos han sido la página oficial de la Euro 2008 (euro2008.uefa.com) y de la página de estadísticas sobre la competición que gestiona Castrol Limited (www.castrolindex.com), patrocinador oficial del campeonato. Los desplazamientos de los 20 jugadores de campo (los porteros fueron excluidos) de los dos equipos que se enfrentaban entre sí fueron recogidos durante el partido completo mediante el sistema automático TRACAB Image Tracking System™, desarrollado específicamente para el análisis del juego en fútbol, constituido por 16 cámaras situadas a pares, una sobre la otra, en ocho puntos diferentes de cada uno de los estadios en los que se ha disputado la competición. Este sistema captura la posición que ocupa sobre el terreno de juego cada uno de los jugadores con una frecuencia de muestreo de 25 veces por segundo. El resultado de este análisis es un conjunto de coordenadas (X, Y, Z), que permiten calcular las distancias de los desplazamientos en cada momento. El error de medida de este sistema es inferior a un decímetro (www.tracab.com/technology.asp). La única variable utilizada en este estudio que no ha sido medida con este sistema es el tiempo real de juego. Esta información ha sido obtenida por dos observadores mediante el visionado de las grabaciones de las retransmisiones televisivas. Ambos observadores son expertos en fútbol y recibieron el entrenamiento requerido para el registro de estos datos. Para el cálculo de la fiabilidad intra- e inter-observadores se utilizó el Coeficiente de Correlación Intraclase (Shrout & Fleiss, 1979), obteniéndose valores de 0.975 y 0.968 respectivamente.
Análisis estadístico Todos los análisis fueron realizados por medio del paquete estadístico SPSS para Windows®, versión 16.0 (SPSS Inc., Chicago, IL, USA). Los datos fueron analizados utilizando una análisis de varianza (ANOVA) de una vía para el análisis de la distancia total recorrida por los jugadores en función de su puesto específico, un ANOVA de medidas repetidas para examinar la distancia total cubierta por los jugadores en función del tiempo real de juego en períodos de 15 minutos y una prueba t para muestras relacionadas para examinar las diferencias en la distancia total recorrida por los jugadores en la primera y segunda parte de los partidos. En todos los casos de ANOVA se ha utilizado la corrección de Bonferroni para comparaciones múltiples a posteriori en los casos en los que se ha observado un efecto estadísticamente significativo de la variable. El nivel de significatividad se estableció en p<0.05.
RESULTADOS
Metros totales recorridos por partido – puesto específico La media de la distancia total (± s) recorrida durante un encuentro por los jugadores independientemente de su posición fue de 10199 ± 875 m, oscilando entre los 7645 y 12743 m. En la Tabla 1 se muestran los valores medios de la distancia total cubierta por cada puesto específico, así como las diferencias existentes entre los mismos de acuerdo con los resultados del ANOVA y del test de comparaciones múltiples de Bonferroni. El análisis de la actividad de los jugadores durante los partidos demuestra que los MC y los I recorrieron una distancia significativamente mayor (p<0.05) que los defensas y los delanteros. La distancia recorrida por los DC fue significativamente menor a la del resto de posiciones, mientras que los DL no demostraron diferencias con los D. La media de la distancia total recorrida osciló entre 10948 ± 662 m cubiertos por los MC y los 9303 ± 542 m de los DC.
Tabla 1. Diferencias en la distancia total (m) recorrida durante un partido completo dependiendo de la posición de los jugadores (media ± s).
Diferencias entre la primera y la segunda parte – tiempo efectivo de juego La distancia total recorrida por los jugadores en la primera parte de los partidos (5136 ± 468) fue significativamente mayor que en la segunda parte (5063 ± 461) (p<0.01). Sin embargo, esta diferencia puede deberse a la variación en el tiempo efectivo de juego que existe entre la primera y segunda parte de los partidos. En la Tabla 2, puede observarse como la media del tiempo real de juego durante la primera parte de los partidos fue significativamente mayor que en la segunda parte (27.4 ± 2.2 m vs. 26.9 ± 2.4 m) (p<0.05). Cuando se comparan los valores del ratio metros recorridos / tiempo real de juego, se aprecia como en la segunda parte la distancia recorrida por los jugadores es ligeramente superior, si bien esta diferencia no es estadísticamente significativa (188.39 m/min vs. 188.76 m/min). La media del tiempo efectivo de juego en cada partido fue de 54.4 ± 4 minutos.
Tabla 2. Tiempo efectivo de juego en la primera y segunda parte de los partidos de la competición.
Diferencias en la distancia recorrida cada 15 minutos – tiempo efectivo de juego Con el objetivo de comprobar la consistencia del hallazgo anterior hemos relacionado la distancia cubierta por los jugadores en cada período de 15 minutos de tiempo reglamentario con el tiempo real de juego que se disputa en cada uno de esos episodios. El análisis de los metros recorridos en fragmentos de 15 min, mediante la aplicación de un ANOVA para medidas repetidas, revela una distribución desigual de la distancia total cubierta por los jugadores a lo largo de un encuentro. La distancia cubierta por los futbolistas en T6 es significativamente mayor (p<0.05) que la distancia recorrida en el resto de períodos del partido. La distancia recorrida en T5 es significativamente menor a la recorrida en T1, T2 y T6 y supone el período donde menos metros recorren los jugadores. La media de la distancia total recorrida oscila entre los 1856 ± 216 metros que se cubre en el intervalo que va desde el minuto 76 al 90 del partido y los 1566 ± 175 entre los minutos 61 a 75. Comparando el tiempo efectivo de juego en los seis periodos de 15 min del partido podemos observar como en los últimos 15 min de cada parte (T3 y T6) se cuenta con un mayor tiempo real de juego. Por el contrario T5 es el período donde menos tiempo efectivo de juego existe. El tiempo efectivo de juego oscila entre los 8.2 ± 1.0 minutos que se disputan en el intervalo que va desde el minuto 60 al 75 del partido y los 10.0 ± (1.0) entre los minutos 76 a 90. Cuando se relaciona la distancia total recorrida en cada período de 15 minutos con el tiempo real de juego en ese mismo período, se constata como apenas existen diferencias en la media de la distancia cubierta por los jugadores. La media de m/min oscila entre los 188.3 ± 26.1 que se recorren en la intervalo que va desde el minuto 1 al 15 del partido y los 191.9 ± 25.1 entre los minutos 61 a 75. Únicamente los m/min cubiertos en T5 son significativamente mayores que los recorridos en T1.
Tabla 3. Distribución de los metros totales recorridos en periodos de 15 min.
La interacción entre el puesto específico de los jugadores, los metros totales recorridos en cada partido y la fase del campeonato permite constatar la existencia de una disminución significativa en los metros totales recorridos por los jugadores en las dos fases de la competición. En la Figura 1 puede observarse como los jugadores recorren menos distancia en la fase de eliminación directa de la competición en comparación con la fase de grupos y que esta relación se aprecia en todos los puestos específicos. La media de la distancia total recorrida en la fase de grupos fue de 9411 ± 459 para DC, 10170 ± 639 para DL, 11007 ± 630 para MC, 10822 ± 620 para I y 10080 ± 583 para los D y de 8913 ± 670, 10027 ± 476, 10741 ± 754, 10434 ± 649 y 9683 ± 455 para los mismos puestos específicos en la segunda fase.
Figura 1. Distancia recorrida por cada puesto específico en la fase de grupos (●) y eliminatoria (♦).
DISCUSIÓN
El objetivo del presente estudio consistió en cuantificar el perfil de la actividad competitiva de jugadores de elite de fútbol de acuerdo con su posición específica en el campo y determinar si existen diferencias en la distancia total recorrida entre la primera y segunda parte. Los resultados de esta investigación muestran que la media de la distancia total recorrida durante un encuentro por los jugadores, independientemente de su posición, fue de 10199 ± 875 m, oscilando entre los 7645 y 12743 m. Si bien existen notables discrepancias en los datos publicados (para un revisión véase a Ekblom, 1986) sobre la distancia cubierta por los jugadores en partidos de competición, estos resultados son similares a los propuestos en investigaciones recientes que han utilizado sofisticados sistemas tecnológicos de medición que demuestran que la distancia media cubierta por jugadores de elite se sitúa alrededor de los 11000 m (Bangsbo & Michalsik, 2002; Di Salvo et al., 2007; Barros et al. 2007). Cuando se compara la distancia total recorrida en función del puesto específico, se confirma que los mediocampistas (MC e I) cubrieron una distancia mayor que los defensas y los delanteros (p<0,05). La distancia recorrida por los DC fue significativamente menor (p<0,05) que la del resto de puestos específicos estudiados, en tanto que los DL no difirieron de los D. Los resultados de este trabajo confirman los hallazgos de las investigaciones precedentes que han estudiado la influencia de la posición de los jugadores en la distancia cubierta durante un partido (Bangsbo et al, 1991; Bangsbo, 1994; Ekblom, 1986; Mohr et al 1996; Rampini et al., 2004; Reilly, 1976; Tumilty, 1993; Di Salvo et al, 2007; Barros et al, 2007). Los estudios anteriormente citados muestran que la distancia cubierta durante un partido parece estar relacionada con la posición de los jugadores dentro del equipo. En estos estudios, los mediocampistas cubrieron una distancia significativamente superior por partido en comparación con los defensas o delanteros.
Diferencias entre la primera y la segunda parte – tiempo efectivo de juego Cuando se comparan los m/min recorridos por los jugadores en la primera y la segunda parte, el presente estudio no encontró diferencias significativas. Estos resultados son contrarios a los hallazgos de Bangsbo, Norregand & Torso (1991); Ekblom (1986), Mohr et al (1996); Reilly (1976); Rienzi et al (2000), Barros et al. (2007). Sin embargo, los resultados son similares a los propuestos por Di Salvo et al (2007) que estudiaron una muestra muy parecida a la de este trabajo y además emplearon un sistema tecnológico de recogida de los datos más avanzado que en el caso de las investigaciones anteriores y parecido al utilizado en este trabajo. Es posible que el menor tamaño de la muestra, el diferente nivel de los futbolistas observados y la diferencia en el soporte tecnológico de recogida de los datos puedan explicar las diferencias encontradas. Además, cuando se comparan los valores del ratio metros recorridos / tiempo real de juego, se aprecia como en la segunda parte la distancia recorrida por los jugadores es ligeramente superior en comparación con la primera parte, si bien esta diferencia no es estadísticamente significativa (188.39 m/min vs. 188.76 m/min). Es posible que la distancia total recorrida por los jugadores en la segunda parte sea ligeramente menor porque el tiempo real de juego también es inferior (27.4 ± .2 m vs. 26.9 ± 2.4 m) (p<0.5).
Diferencias en la distancia recorrida cada 15 minutos – tiempo efectivo de juego El tiempo efectivo de juego en un partido de fútbol no se corresponde exactamente con el tiempo reglamentario. La media del tiempo efectivo de juego en cada partido observado fue de 54.4 ± 4 minutos. No obstante, la distribución a lo largo del partido de ese tiempo efectivo de juego tampoco es constante. El tiempo efectivo de juego oscila entre los 8.2 ± 1.0 minutos que se disputan en el intervalo que va desde el minuto 60 al 75 del partido y los 10.0 ± (1.0) entre los minutos 76 a 90. Posiblemente la existencia de más o menos interrupciones en el juego y las prolongaciones que realiza el árbitro en los minutos finales de la primera y segunda parte pueden explicar este hecho. Así, se constata como en los últimos 15 minutos reglamentarios de cada parte (T3 y T6) se cuenta con un mayor tiempo efectivo de juego. Como consecuencia de este dato, la media de la distancia total recorrida por los jugadores a lo largo de un encuentro muestra una distribución desigual. La media de la distancia cubierta en T6 (75-90 minutos) es estadísticamente mayor que la alcanzada en el resto de períodos del partido y la media de la distancia recorrida en T3 (31 – 45 minutos) es estadísticamente mayor que la distancia cubierta en T2 y T4 y T5. Si no tomamos en consideración este hecho podemos realizar una inferencia errónea acerca de la actividad competitiva de los jugadores de fútbol. Cuando se relaciona la distancia total recorrida en cada periodo de 15 min con el tiempo real de juego en ese mismo intervalo se constata como apenas existen diferencias significativas en la media de la distancia cubierta por los jugadores. Estos resultados son similares a los propuestos por Di Salvo et al (2007). Mediante la utilización de un sistema tecnológico de recogida de los datos muy avanzado, los autores no encontraron un descenso significativo en la segunda parte tanto en la distancia total recorrida como en la distancia cubierta a alta intensidad. Quizás resulte necesario incorporar en este tipo de estudios algunas variables contextuales que potencialmente pueden afectar al rendimiento como la localización del partido, el nivel del oponente y el marcador (Bloomfield, Polman & O´Donoghue, 2004; Carling et al., 2005; Roffé, De la Vega, García-Mas & Llinás, 2007; Taylor, Mellalieu, James y& Shearer, 2008).
Metros totales recorridos por partido – puesto específico – fase de la competición tiempo efectivo de juego Los resultados de este estudio apuntan a que la distancia total recorrida por los jugadores puede estar influida por el formato de la competición. En la Figura 2 puede observarse como los jugadores recorren menos distancia en la fase de eliminación directa de la competición en comparación con la fase de grupos y que esta relación se aprecia en todos los puestos específicos. Quizás la posibilidad de que los equipos puedan caer eliminados en la segunda fase condicione la actividad competitiva de los jugadores que actúan muy influidos por el marcador existente en cada momento. Sin embargo, en la primera fase la presión de la competición es menor y los equipos pueden actuar menos limitados por el marcador (para una revisión de la importancia del formato de competición en el resultado de los equipos véase a Lago, 2007).
CONCLUSIONES
En esta investigación se ha analizado la distancia recorrida por 432 futbolistas de elite durante los 31 partidos de la Eurocopa de Fútbol de 2008. Los datos presentados fueron obtenidos mediante un sistema automático de control de los desplazamientos de los jugadores. Los resultados del análisis estadístico mostraron que: (i) los mediocampistas recorrieron una distancia significativamente mayor que los defensas y los delanteros. La distancia recorrida por los defensas centrales fue significativamente menor a la del resto de posiciones, mientras que los defensas laterales no demostraron diferencias con los delanteros. Estos resultados son similares a los aportados por investigaciones recientes; (ii) la distancia total recorrida por los jugadores en la primera parte de los partidos fue significativamente mayor que en la segunda parte. Sin embargo, esta diferencia puede deberse a la variación en el tiempo efectivo de juego que existe entre la primera y segunda parte de los partidos. La media del tiempo real de juego durante la primera parte de los partidos fue significativamente mayor que en la segunda parte. Cuando se comparan los valores del ratio metros recorridos / tiempo real de juego, se aprecia como en la segunda parte la distancia recorrida por los jugadores es ligeramente superior, si bien esta diferencia no es significativa; (iii) El tiempo efectivo de juego en un partido de fútbol no se corresponde exactamente con el tiempo reglamentario. La media del tiempo efectivo de juego en cada partido observado fue de 54,4 + 4 minutos. Cuando se relaciona la media del tiempo efectivo de juego disputado en cada período de 15 minutos con la media de la distancia total recorrida en ese mismo intervalo se constata como apenas existen diferencias en la distancia cubierta por los jugadores. Estos resultados son similares a los propuestos por investigaciones recientes que utilizaron sistemas de recogida de datos y muestras equivalentes; (iv) los jugadores recorren menos distancia en la fase de eliminación directa de la competición en comparación con la fase de grupos y que esta relación se aprecia en todos los puestos específicos.
REFERENCIAS
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