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21 Sep 2006

Instrumentos para la evaluación de parámetros tácticos en el tenis. Una aplicación a jugadores en formación.

Dentro del paradigma experto-novel, existen investigaciones que establecen la diferencia entre destrezas técnicas y destrezas cognitivas, siendo estas las variables que determinan la pericia deportiva (Thomas y Thomas, 1994; Del Villar et al., 2003; Del Villar e Iglesias, 2004).

Autor(es): Luis García González, Juan Pedro Fuentes García, Alberto Moreno Domínguez, Damián Iglesias Gallego, M. Perla Moreno Arroyo
Entidades(es): Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura. Facultad de Formación del Profesorado. Universidad de Extremadura.
Congreso: IV Congreso Mundial de Ciencia y Deportes de Raqueta
Madrid-21-23 de Septiembre de 2006
ISBN: 84-611-2727-7
Palabras claves: Parámetros tácticos, Jugadores en Formación, Instrumentos

Resumen instrumentos para la evaluación de parámetros tácticos en el tenis

Dentro del paradigma experto-novel, existen investigaciones que establecen la diferencia entre destrezas técnicas y destrezas cognitivas, siendo estas las variables que determinan la pericia deportiva (Thomas y Thomas, 1994; Del Villar et al., 2003; Del Villar e Iglesias, 2004). Igualmente, Janelle y Hillman (2003) estiman que dentro del rendimiento experto podemos encontrar cuatro dominios fundamentales: fisiológico, técnico, cognitivo y emocional. Dentro del dominio cognitivo establecen un subdominio cognitivo/táctico (conocimiento táctico) y otro subdominio perceptivo/decisional. Podemos entender a raíz de lo anterior como las variables técnicas no son las únicas que influyen de forma significativa, sino que también las destrezas cognitivas, determinantes de la acción táctica, como son el conocimiento y la toma de decisiones, también van a influir en el rendimiento. En relación a este respecto, especialmente en deportes de habilidades abiertas, como es el tenis, las destrezas cognitivas se desvelan como factores fundamentales para el rendimiento debido al constante cambio al que el entorno deportivo está sometido y del que el jugador forma parte, creándose una gran incertidumbre a la hora de seleccionar una posible acción de juego. En los deportes de habilidades cerradas, como puede ser la gimnasia deportiva, este entorno es menos cambiante y las destrezas cognitivas pueden estar previamente preestablecidas a la hora de realizar la ejecución. Thomas, French y Humphries (1986) definieron el dominio deportivo como un sistema complejo de producción de conocimiento sobre la situación presente y sucesos pasados, combinados con la habilidad del jugador para desarrollar las destrezas técnicas requeridas. La evaluación de las diferentes destrezas cognitivas facilitará una mejor intervención en busca de la mejora de dichas variables que, combinadas con una buena y adecuada ejecución técnica, proporcionarán una influencia determinante en el rendimiento deportivo.

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Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº2.

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1. Introducción

Dentro del paradigma experto-novel, existen investigaciones que establecen la diferencia entre destrezas técnicas y destrezas cognitivas, siendo estas las variables que determinan la pericia deportiva (Thomas y Thomas, 1994; Del Villar et al., 2003; Del Villar e Iglesias, 2004). Igualmente, Janelle y Hillman (2003) estiman que dentro del rendimiento experto podemos encontrar cuatro dominios fundamentales: fisiológico, técnico, cognitivo y emocional. Dentro del dominio cognitivo establecen un subdominio cognitivo/táctico (conocimiento táctico) y otro subdominio perceptivo/decisional. Podemos entender a raíz de lo anterior como las variables técnicas no son las únicas que influyen de forma significativa, sino que también las destrezas cognitivas, determinantes de la acción táctica, como son el conocimiento y la toma de decisiones, también van a influir en el rendimiento. En relación a este respecto, especialmente en deportes de habilidades abiertas, como es el tenis, las destrezas cognitivas se desvelan como factores fundamentales para el rendimiento debido al constante cambio al que el entorno deportivo está sometido y del que el jugador forma parte, creándose una gran incertidumbre a la hora de seleccionar una posible acción de juego. En los deportes de habilidades cerradas, como puede ser la gimnasia deportiva, este entorno es menos cambiante y las destrezas cognitivas pueden estar previamente preestablecidas a la hora de realizar la ejecución. Thomas, French y Humphries (1986) definieron el dominio deportivo como un sistema complejo de producción de conocimiento sobre la situación presente y sucesos pasados, combinados con la habilidad del jugador para desarrollar las destrezas técnicas requeridas. La evaluación de las diferentes destrezas cognitivas facilitará una mejor intervención en busca de la mejora de dichas variables que, combinadas con una buena y adecuada ejecución técnica, proporcionarán una influencia determinante en el rendimiento deportivo.

2. La importancia de la evaluación de las destrezas cognitivas en tenis

En un primer momento, Anderson estructuró el conocimiento en declarativo y procedimental, partiendo de la teoría que desarrolló (1982, 1983 y 1987). Este modelo del control activo del pensamiento (ACT) es una de las teorías que establecen la importancia del conocimiento y cómo éste está basado en una serie de producciones responsables de realizar acciones apropiadas bajo condiciones específicas. La distribución del modelo en tres tipos diferentes de memoria (declarativa, de procedimiento y de trabajo) determina la importancia que pueden llegar a tener el conocimiento declarativo y procedimental en el rendimiento deportivo. En el contexto deportivo, el paradigma deportivo formulado inicialmente por Thomas et al. (1986), y desarrollado posteriormente por McPherson y Thomas (1989), establece que el conocimiento deportivo tiene características específicas y propias del deporte, como resultado de la interacción entre el proceso de selección de respuesta y la ejecución de respuesta. El conocimiento específico de la acción deportiva fue estructurado por diferentes autores en declarativo, procedimental y estratégico, principalmente (Chi, 1978; Thomas y Thomas, 1994). El conocimiento deportivo, entendido como la conciencia del procedimiento de selección de la respuesta, es objeto de estudio de diversos investigadores (Iglesias, 2003; McPherson y Thomas, 1989; McPherson, 1999, 2000; Moreno et al., 2005a, 2005b, 2005c). Por otro lado, el proceso de toma de decisiones es considerado como el proceso de selección de la respuesta. Este proceso, de acuerdo con Del Villar e Iglesias (2004), es identificado como acción táctica deportiva. En este proceso de selección de la respuesta (toma de decisiones), podemos diferenciar un componente cognitivo o de conciencia de selección de la respuesta y un componente conductual o de actuación de selección de la respuesta (Del Villar e Iglesias, 2004). Ambos componentes son determinantes a la hora de evaluar este proceso. El proceso de toma de decisiones puede ser evaluado a través del nivel de precisión y la velocidad (Janelle y Hillman, 2003). La precisión, entendida como la realización de una acción de forma apropiada o inapropiada (French y Thomas, 1987; Iglesias, 2003; Oslin, Mitchell y Griffin, 1998) en un momento determinado y entendida como conocimiento, probablemente dependa de la instrucción y de la práctica (Iglesias, 2003). Por otra parte, la velocidad debería incrementarse con la experiencia, pero la práctica no es garantía de tomar decisiones rápidas (Thomas, 1994; Thomas y Thomas, 1994). Existe una creencia tradicional en la que las decisiones (selección de la respuesta) están basadas en conceptos (conocimiento declarativo) y que cuantos más conceptos posea el sujeto, más procedimientos elaborados podrá desarrollar y, por tanto, le permitirá tomar decisiones más acertadas (Iglesias, 2003). En líneas sucesivas, plantearemos diferentes instrumentos que pueden utilizarse para la evaluación y medición de la acción táctica en tenis.

3. Medición del conociemiento

En este apartado vamos a determinar diferentes instrumentos utilizados para medir el conocimiento general del juego en tenis, aislado de la acción deportiva. Para medir el conocimiento sobre los procedimientos de selección de la respuesta, podemos diferenciar:

3.1. Cuestionarios de conocimiento declarativo y procedimental. A través de los cuestionarios, especialmente en investigación social, se mide de forma objetiva y cuantificada el pensamiento humano. En investigaciones sobre conocimiento en el deporte, podemos plantear como pioneros a McGee y Farrow (1987), que con su trabajo, elaboraron varios cuestionarios de conocimiento en diferentes deportes: bádminton, baloncesto, bolos, hockey sobre hierba, golf, gimnasia, voleibol, softball, natación y tenis. En nuestros últimos estudios en tenis, han sido desarrollados dos cuestionarios diferentes (uno para la medición del conocimiento declarativo y otro para la medición del conocimiento procedimental). Se tratan de dos cuestionarios tipo test, con 25 preguntas cada uno y con una sola respuesta válida, con los que pretendemos evaluar el conocimiento general que posee el jugador sobre el tenis.

3.2. Instrumentos de verbalización del conocimiento. A través de estos instrumentos pretendemos rastrear el pensamiento del sujeto e indagar en los procesos cognitivos utilizados para la selección de la respuesta. Para ello, utilizamos el análisis de contenido de las verbalizaciones (en tenis, McPherson, 1999). Podemos distinguir:

4.1.2. Entrevistas diferidas (tras la competición): con la intención de hacer reflexionar al jugador sobre una o varias acciones referidas al partido disputado. De este modo, el investigador intenta centrar la reflexión y verbalización en los momentos más significativos del partido. Moreno et al., 2005a, 2005b, 2005c), utilizaron este instrumento en estudios sobre voleibol.

4.1.2. Autoinformes: de igual manera, mediante el registro del deportista sobre su propia actuación, podemos facilitar la reflexión sobre una acción determinada. Iglesias (2003) utilizó este instrumento en sus investigaciones sobre conocimiento y toma de decisiones en las acciones de bote, pase y lanzamiento en jóvenes jugadores de baloncesto.

4. Evaluación del proceso de toma de decisiones

La toma de decisiones se identifica como el proceso de selección de respuestas (Del Villar e Iglesias, 2004). Como indicamos en líneas anteriores, podemos distinguir dos componentes: un componente cognitivo y otro conductual.

4.1. Evaluación del conocimiento en la acción. Igualmente, a través de la verbalización del conocimiento de los jugadores, podemos acceder tanto al nivel de conocimiento como a la relación existente entre los nódulos de conocimiento. Esta evaluación nos garantiza obtener resultados sobre el conocimiento en la acción (conciencia de la selección de la respuesta) de los jugadores.

4.1.2. Entrevista inmediata tras la acción. McPherson y Thomas (1989) establecen un protocolo de entrevistas (en la acción) para evaluar el componente cognitivo de la toma de decisiones (ver también McPherson y French, 1991; McPherson, 1994, 1999, 2000). En el entrenamiento, podemos plantear situaciones de juego real, mediante las cuales podemos introducirnos en la pista para acceder al conocimiento del jugador a través de entrevistas a cada uno de los jugadores. De esta forma podemos obtener información acerca de la decisión tomada y ejecutada en ese mismo momento. En trabajos precedentes (Garcia et al., 2005) se han realizado entrevistas inmediatas tras la acción sobre el juego en general, si bien se pueden plantear otro tipo de estudios en los que nos centremos en acciones concretas que suceden durante el juego como puede ser: juego desde el fondo de la pista, situaciones de servicio y resto, situación de subida a la red, etc.

4.1.3. Entrevista diferida. A través del recuerdo estimulado al jugador, podemos presentar el visionado de diferentes situaciones o jugadas concretas ocurridas durante el partido y seleccionadas por el investigador, de forma que consigamos que el jugador reflexione acerca de sus acciones tácticas seleccionas en relación con la acción técnica concreta. Tras el visionado de las decisiones adoptadas, el jugador responde. Iglesias y Del Villar (2003) llevaron a cabo un programa de intervención en baloncesto, utilizando este instrumento para evaluar este componente (como actividad formativa). Igualmente, en voleibol, se ha desarrollamo un programa de intervención para la mejora del proceso de toma de decisiones en las colocadoras de la selección nacional femenina (ver Moreno et al., 2005a) y actualmente se esta desarrollando un estudio que pretende el diseño de un programa formativo que analice el bloqueo y remate en voleibol en etapas de formación para mejorar la capacidad reflexiva de los jugadores junto con la toma de decisiones durante el juego. En relación con el tenis, igualmente nos encontramos en el proceso de diseño de un programa formativo específico basado en esta metodología para la mejora de la capacidad decisional de los jugadores, utilizando la entrevista diferida acompañada del visionado de video, realizando una supervisión reflexiva con los propios jugadores.

4.2. Evaluación del componente conductual. Mediante la observación sistemática de la toma de decisiones podemos obtener resultados que determinen si una decisión fue llevada a cabo de manera apropiada o inapropiada. Existen diferentes instrumentos que han sido elaborados por los investigadores para medir este componente: en baloncesto, French y Thomas (1987); en bádminton, Blomquist et al. (2001); en hockey, Turner y Martinek (1992); en tenis, Nielsen y McPherson (2001). En lo referente al instrumento de observación específico para el tenis (Nielsen y McPherson, 2001) separan las acciones de servicio del resto de golpeos. Dentro de cada una de las acciones se evalúan tres variables: control, decisión y ejecución. Las variables control y decisión son dicotómicas, de forma que el valor 0 es para el control insuficiente y la decisión inadecuada, mientras que el valor 1 es para aquellas acciones con un control suficiente o una decisión adecuada. La variable ejecución presenta cuatro valores: 0 para errores no forzados, 1 para errores forzados, 2 para ejecuciones válidas pero que no fuerzan al oponente, y por último el valor 3 para aquellas ejecuciones válidas y que fuerzan al oponente.

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