La actividad física en personas mayores en la última década. Propuesta de ejercicios físicos saludables.
RESUMEN
Objetivo.
Pretendemos llevar a cabo un análisis de la literatura de la última década referente a la actividad física en personas mayores y proponer una batería de ejercicios para que puedan ser utilizados a favor de la mejora de su salud.
Material y Métodos.
8 estudios desde el año 2000 al presente año fueron analizados. Se observaron los parámetros influyentes en cada estudio, el tipo de actividad y los resultados más relevantes al respecto.
Resultados.
Una vez analizada la literatura, observamos qué ejercicios son los de mayor beneficio para la salud en personas adultas. Por eso, la creación de una batería de ejercicios de índole saludable dirigido a personas mayores, donde los resultados sean beneficiosos para la salud.
Conclusión.
Como conclusión principal, obtener mejoras en la salud de las personas mayores que lleven a cabo los ejercicios propuestos en este trabajo y que se tome conciencia de la importancia de implantar planes de ejercicios para personas mayores.
INTRODUCCIÓN.
Se reconoce que la práctica de actividad física es beneficiosa para mantener el cuerpo sano, y se relaciona directamente con el bienestar y la salud. Estas relaciones no pasan desapercibidas si nos detenemos en el caso de las personas mayores. Existe toda una teoría, teoría de la actividad o de los roles, la cual sostiene que cuanto más activos se mantengan los ancianos, más satisfactoriamente envejecerán (Papalia y Wendoks, 1997). También, el fenómeno deportivo es tal (entendiendo fenómeno deportivo por toda aquella práctica físico-deportivo-recreativa) que desemboca en la generación de un contexto que emana actividad física. Así, Sáez (1997) nos indica que la persona ha de ser productiva, útil en el servicio material en el contexto donde se encuentre. De lo contrario, la desgracia, el descontento, la sensación de inutilidad se centrará en él.
Al referirnos a personas mayores, no podemos hacerlo sin detenernos en lo que Oña (2002) defiende como modelo de Estilo de Vida, el cual entiende el envejecimiento como interactivo, diferenciador y ligado al estilo de vida elegido por la persona. Se propone una intervención integral que contemple el ejercicio físico y la educación en hábitos de autonomía para permitir así mantener la funcionalidad motora del mayor y su autonomía. Es por eso que se entiende envejecimiento como proceso eminentemente biológico y genético, pero que queda supeditado a un proceso de actividad física contínuo.
En las sociedad actual se observa un auge de los valores de búsqueda de calidad de vida y de salud, utilizando entre otras vías la actividad física y una tendencia de crecimiento de los grupos sociales de personas mayores (Oña, 2002; Martínez del Castillo, 1998; Alexandris et al., 2003). Es tanto así que García Ferrando en su último estudio de hábitos deportivos (2001) incluyó en la muestra a las personas con edades hasta 74 años Asimismo, el informe de las personas mayores en España (IMSERSO, 2000) constataba que hacía algún deporte el 7% (promedio de todas las personas mayores de 65 años).
El ejercicio físico es beneficioso tanto para aspectos fisiológicos como psicológicos y sociales. Para Castillo (2007), la práctica de ejercicio tiene efectos beneficiosos en la mayoría, si no en todas, las funciones orgánicas contribuyendo a mantener su funcionalidad e incluso a mejorarla. También contribuyen a la mejora del autoconcepto, mejora del autoestima, mejora de la imagen corporal y de la socialización (Ruiz et al., 2007; Matsudo, Matsudo & Barros, 2000). Por último, en la tabla 1 se observa un resumen de los beneficios de la actividad física.
Tabla 1. Efectos beneficiosos de la práctica habitual de ejercicio físico. Fuente: Castillo, M. J., Ortega, F. B. & Ruiz, J. (2005). La Mejora de la Condición Física como Terapia Antienvejecimiento. Medicina Clínica, 124, 146-155.
MATERIAL Y MÉTODO
A continuación se detalla el proceso de análisis de la bibliografía tenida en cuenta, sus parámetros, tipo de actividad en cada estudio y los resultados más representativos de los mismos. Con ello, intentaremos proponer una serie de ejercicios que sirvan a las personas mayores como herramientas para mejorar su salud al mismo tiempo que dicha bibliografía apoyará la propuesta.
Batería de ejercicios
Antes de centrarnos puramente en los ejercicios, vamos a definir algunos parámetros a tener en cuenta. El primero, es la edad y el bagaje motor de la persona en cuestión. Como hemos observad en la literatura, ha habido mejoras a través de los ejercicios en la población adulta observada de diferente edad. Además, el bagaje motor presentado por la persona es indicativo del tipo de intensidad de cada ejercicio. Por otro lado, si la persona presenta algún tipo de patología. Ello será determinante para el ejercicio a llevar a cabo. Además, tener en cuenta que siempre hay que ir a favor del trabajo cognitivo. Tenemos que fomentar este tipo de trabajo con las personas mayores pues es de su propia condición la pérdida progresiva de la misma.
Por supuesto, los parámetros intrínsecos de la sesión de actividad física, como el tiempo, número de sesiones por semana, intensidad y volumen dependerá del grupo en cuestión y, necesariamente, serán aspectos a ser considerados por el profesional de actividad física que se encargue. Pero lo que sí es aconsejable es aumentar el número de sesiones a unas 4 o 5 por semana, y nunca inferior a 30 minutos por día.
Por último, la progresión, tanto vertical (en la sesión) como horizontal (a lo largo del tiempo), será determinante para evitar lesiones y aumentar la motivación y para conseguir adherencia a la práctica física.
DISCUSIÓN
En este estudio se ha pretendido presentar una batería de grupo de ejercicios de elaboración propia para que las personas mayores tengan una idea clara de cuales son las últimas tendencias positivas en pro de su salud en función de lo que los resultados de los estudios de los últimos años. Se abre así la veda para continuar investigando en este sentido, y comprobar los beneficios obtenidos en nuestros grupos de trabajo Siguiendo con la cuestión, consideramos que nos hemos encontrado con ciertos límites al llevar a cabo la investigación ya que existe gran cantidad de documentos publicados en la red referidos a las personas mayores pero que carecen de carácter científico y poco son de índole nutritiva para tal efecto. Por último, destacar que aún habiendo tratado los necesarios grupos de ejercicios para obtener mejoras saludables, se podrían haber aumentado el número de los mismos para trabajar con las personas mayores. Ello queda abierto para posibles investigaciones futuras que tengan como objetivo el pretendido con este documento.
CONCLUSIONES
- Utilizar los grupos de ejercicios propuestos en virtud de la salud de las personas mayores, teniendo en cuenta el marco teórico comentado y los parámetros analizados.
- Bogar por una actividad física saludable en la niñez, pues parece existir cierta relación entre la educación física en edad escolar y la práctica en la vejez (del Castillo, 2006).
- Reglar el puesto del profesional de educación física en los programas de tal cometido, sobre todo en las residencias españolas donde organizan actividades físico-deportivas (Pérez, 2005).
BIBLIOGRAFÍA
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