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6 May 2010

La Educación Física adaptada para el alumnado con deficiencias auditivas.

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Mediante la siguiente comunicación, intentaremos mejorar el grado de empatía tanto de los profesionales, del mundo del deporte y la docencia, como de los que no pertenecen a este ámbito frente a personas que padecen una deficiencia auditiva.

Autor(es): González Villamil, Emilio; Pena Saavedra, Alba y Zumalave Duro, Susana.
Entidades(es): Ciencias de la Educación (A Coruña).
Congreso: III Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y Educación Física
Pontevedra– 6-8 de Mayo de 2010
ISBN: 978-84-613-8448-8
Palabras claves: deficiencias auditivas, inclusión y educación física.

Resumen EF adaptada para el alumnado con deficiencias auditivas.

Mediante la siguiente comunicación, intentaremos mejorar el grado de empatía tanto de los profesionales, del mundo del deporte y la docencia, como de los que no pertenecen a este ámbito frente a personas que padecen una deficiencia auditiva. Aunque no seamos expertos ante personas que sufran una disminución auditiva podemos seguir una serie de pautas que permitirán romper esas barreras comunicativas entre oyentes y no oyentes. Esta ponencia facilita una serie de consejos y de propuestas educativas que podemos tener en cuenta para mejorar la inclusión del alumnado con deficiencia auditiva en las aulas. Sin embargo, las actividades que proponemos a desarrollar están enfocadas hacia el campo de la Educación Física en la Educación Primaria.

Introducción

Con la presente comunicación buscamos que el profesorado pueda adaptar sus propuestas educativas para un alumnado que precisa de Necesidades Educativas Especiales (NEE), en este caso, del tipo auditivo. Aunque este alumnado necesite de NEE no quiere decir que no puedan vivenciar experiencias similares a los que no precisan de estas necesidades. Nosotros como docentes debemos comprender lo que conlleva sufrir una deficiencia de tipo auditivo para adecuar nuestras clases a este alumnado.

Concepto

Desde el punto de vista educativo, el/la niño/a sordo/a es aquél cuyo déficit auditivo es lo suficientemente severo como para que no pueda beneficiarse completamente de los recursos que normalmente ofrece el aula ordinaria (Jonson y col). La discapacidad auditiva se puede definir como aquel trastorno sensorial caracterizado por la pérdida de la capacidad de percepción de las formas acústicas, producida ya sea por una alteración del órgano de la audición o bien de la vía auditiva. (Ríos, 2001). La deficiencia auditiva no ocasiona necesariamente retrasos en el desarrollo de las capacidades motrices, aunque algunos autores señalan que son frecuentes las dificultades en el equilibrio y coordinación general, aduciendo entre otras como posibles explicaciones para ello: defectos vestibulares, neurológicos, la privación del sonido como incentivo y guía del movimiento, la ausencia de relación verbal con el movimiento y la sobreprotección de los padres (Toro y Zarco, 1995).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define “sordo” como toda persona cuya agudeza auditiva le impide aprender su propia lengua, seguir con aprovechamiento las enseñanzas básicas y participar en las actividades normales de su edad. Su audición no es funcional para la vida cotidiana.

Clasificación

a. Grado de pérdida auditiva

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 13.

Según Mendoza (2003) > Pérdidas leves (20-40 dB): Aunque no tiene por qué haber alteraciones significativas en la adquisición y desarrollo del lenguaje, pueden existir algunas dislalias y dificultades en el aprendizaje. En estos casos, el niño puede oír, sin embargo, tendrá dificultades para comprender todo lo que oye, sobre todo en ambientes ruidosos, situaciones de grupo y dentro de aula. Si no es tratada antes del año en el niño/a se producirán: – Dificultades en el aprendizaje. – Leve retraso del lenguaje. – Leves problemas en el habla. – Falta de atención. >Pérdidas medias (41-70 dB): El lenguaje puede desarrollarse de forma espontánea, aunque presentará retrasos en su evolución. Existen, además, dificultades para la comprensión, ya que no se percibe la palabra hablada a intensidad “normal”. Son niños con un volumen de voz más elevado de lo normal y con retraso en el habla. No siempre responden a las órdenes que se les dan. En ocasiones, pasan por “muy desobedientes” o “rebeldes”, son dificultades para el acceso a la lectoescritura y, a menudo, con mal comportamiento.

Pérdidas severas (71-90 dB): Sólo se oye la voz a intensidades muy elevadas y el lenguaje oral no puede desarrollarse de manera espontánea. Suele detectarse en edades cada vez más tempranas y requiere el uso de prótesis auditivas, así como el apoyo logopédico para el desarrollo del lenguaje oral.

Pérdidas Profundas (91-110 dB): Debido a la ausencia total de estimulación auditiva, existen alteraciones importantes en el desarrollo global. Están afectadas las funciones de alerta y orientación, la estructuración espacio-temporal y el desarrollo social. Es imprescindible el uso de prótesis auditivas y el apoyo logopédico para que pueda desarrollarse el lenguaje oral.

Si la pérdida media, severa o profunda no es tratada antes del año en el niño/a se producirán: – Problemas con el habla. – Retraso del lenguaje. – Disfunción del aprendizaje. – Falta de atención.

Cofosis (+ 120 dB): Es poco frecuente y supone una pérdida total de la audición, con la ausencia de cualquier resto auditivo.

b. Momento de la pérdida

  • Sordera prelocutiva: la pérdida auditiva se presenta antes de que se haya desarrollado el lenguaje oral (antes de los dos años de edad, aproximadamente).
  • Sordera perilocutiva: la pérdida auditiva aparece entre los dos y los cuatro años, momento en que se está desarrollando el lenguaje oral.
  • Sordera postlocutiva: la pérdida auditiva aparece tras la adquisición del lenguaje, aproximadamente a partir de los cuatro años.

Orientaciones Metodológicas

PAUTAS DE COMUNICACIÓN Dependiendo del tipo de pérdida auditiva, los profesores y el resto de compañeros han de tener en cuenta unas estrategias básicas y muy sencillas a la hora de comunicarse con el alumnado con problemas de audición. Estas estrategias son las siguientes: Antes de la conversación:

  • No hablarle nunca sin que esté mirando.
  • Llamar su atención con un ligero toque o con una discreta seña antes de hablar.
  • Hablarle de frente, con la cara bien iluminada para facilitarle la labiolectura.
  • Situarse a su altura (si se trata de un niño/a, con mayor motivo)

Durante la conversación:

  • Mientras se habla, no se puede mantener nada en los labios (un juguete, un bolígrafo,…), ni en la boca (un caramelo, un chicle, comida,…). Evitar poner las manos delante de la boca.
  • Vocalizar bien, pero sin exagerar y sin gritar.

Hablar siempre con voz.

  • Hablar con naturalidad.

No hablar deprisa, ni demasiado despacio.

  • No hablar de modo rudimentario o en argot.

No comunicarse con palabras sueltas.

  • Si no entiende, repetir el mensaje.

Construir la frase de otra forma más sencilla, pero correcta, y con palabras de significado familiar.

  • Ayudar a la comunicación, bien con gestos naturales, que le sirvan de apoyo, bien con alguna palabra escrita.

En conversaciones en grupo es necesario respetar los turnos entre los interlocutores e indicar previamente quién va a intervenir.

Ubicación en el aula del alumnado con problemas auditivos

Con objeto de facilitar que estos alumnos reciban información dentro del aula, bien sea por vía auditiva, gracias a sus restos auditivos y al aprovechamiento de las prótesis auditivas que se le hayan adaptado (audífonos o implante coclear) o por vía visual (a través de la lectura labial o de cualquier otro sistema de apoyo), es fundamental que estén ubicados de manera correcta dentro del aula.

Este aspecto no entraña ninguna dificultad, ya que se trata simplemente de que el niño/a se sitúe en el lugar del aula en el que disponga de mayor acceso visual hacia el profesor, pudiendo ver, al mismo tiempo, otras fuentes de información que se precisen para el seguimiento de las clases.

Por este motivo, la segunda fila es la más aconsejable para los niños y niñas con pérdidas de audición ya que, a la vez que están situados próximos al profesor, no pierden el contacto visual con parte de sus compañeros.

Si la disposición de las mesas en el aula no es la tradicional de filas, sino que estan, por ejemplo, colocadas en forma de “U”, el profesor ubicará al alumno/a en la mesa más cercana al lugar donde él se sitúe, de forma que pueda verle la cara y utilizar sus estrategias de lectura labial, complementando así la información que sea capaz de recibir por vía auditiva.

Por otra parte, el profesor no debe situarse nunca de espaldas a la fuente de luz o a las ventanas. Si por alguna circunstancia al profesor tiene que darse la vuelta para escribir en el encerado, debe tener especial cuidado de no explicar la materia mientras está escribiendo. Una vez termine de escribir en el encerado, es el momento de darse la vuelta y comenzar la explicación, para que el alumno/a con pérdida auditiva pueda acceder a todo el contenido.

Además, debe encontrarse bien iluminado en todo momento (incluso, en el caso de producirse una proyección de diapositivas, video,…), con objeto de facilitar la lectura labial.

Educación Física

Ante todo tenemos que dejar claro que no existe diferencia física entre una persona oyente con una no oyente. Por lo tanto, las personas con deficiencias auditivas pueden practicar cualquier tipo de actividad física o deporte sin problemas. El único inconveniente sería modificar los estímulos auditivos por otros en los que intervenga la vista, el tacto,… por otro lado tener siempre presente que debido a su deficiencia puede que necesiten más tiempo para realizar distintas tareas, pero no quiere decir que no sean capaces de realizarlas. Muchas personas con deficiencias auditivas parece que no siguen una línea recta tanto en la marcha como en la carrera, pero se debe a que como carecen de información auditiva del medio que les rodea, están constantemente moviendo la cabeza hacia todos los lados para poder recibir la mayor información a través del sentido de la vista. Aunque también debemos comentar que presentan complicaciones de equilibrio estático como dinámico debido a su problema vestibular (Los canales semicirculares poseen un líquido llamado endolinfa, que se mueve cuando la cabeza realiza algún movimiento. Las terminales nerviosas informan al cerebro en qué dirección se está moviendo el cuerpo, logrando de este modo mantener el equilibrio). Algunas personas sordas presentan torpezas motrices, pero normalmente se deben a la falta de experiencias. A parte nociones espaciales (dentro, fuera,…), temporales (antes, después,…) o causales (porqué, para,…) son conceptos que les resulta complejo comprender y que al final les provoca frustración, ya que observan como el resto de la gente no sorda los comprenden con facilidad y a ellos/as les lleva más tiempo entender su significado, a veces estas cuestiones son el motivo de que la población sorda se aísle, y aquí es donde realmente el docente debe intervenir. Otro conflicto que tienen las personas con sordera es con el esquema corporal. Tardan más tiempo en comprender la noción de cuerpo (problemas de lateralidad y de la terminología habitual para nombrar cada una de sus partes). A parte de tener dificultades en el control de la postura y el control segmentario dado la evolución de su esquema corporal. Nuestro principal objetivo con el alumnado que presenta cualquier tipo de deficiencia será lograr su inclusión con el resto de estudiantes. Y utilizando la Educación Física para realizar ejercicios de cooperación que permitan sensibilizar y fomentar los lazos entre sordos y no sordos.

Modalidades deportivas En la actualidad, se piensa que el deporte no necesita adaptación a la condición física del sordo por cuanto su complexión es idéntica a la de las personas sin problemas auditivos; aunque sí se necesitan pequeñas adaptaciones como ayudas visuales a las indicaciones de los jueces en plena competición, pero los clubes normalizados aceptan al deportista sordo en casos muy concretos y puntuales y nunca suelen darles la oportunidad de practicarlo oficialmente. Cuando aparece el Real Decreto 1835/91, de 20 de diciembre, sobre Federaciones Deportivas Españolas y Registro de Asociaciones Deportivas, se reconoce la necesidad de crear una Federación de Deportes para sordos, como complemento de La Ley del Deporte 10/1990. En 1993, la Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes dio su aprobación y consiguiente inscripción en el Registro de Federación Deportiva, con el número 48, apareciendo así una legislación que regula el deporte para sordos de una manera oficial. Realizan los Juegos Mundiales de verano o invierno y las Olimpiadas silenciosas cada cuatro años. Al igual que en las demás discapacidades, la práctica de actividad física o deporte no solo les beneficia físicamente, sino que produce un fuerte cambio en la personalidad del sordo/a haciéndoles más tratables y eliminando una barrera que existe ante el entorno humano que les rodea, desapareciendo las cualidades de aislamiento y soledad que existen en su colectivo.

Las modalidades deportivas que entran a formar parte de esta Federación son (COE, 1994):

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 13.

Conclusión

  • Favorecer su desarrollo integro como personas a través de la Educación Física.
  • Luchar contra las discriminaciones, favoreciendo su integración en las aulas.
  • Demostrar que los sordos pueden practicar cualquier deporte o actividad física. Ya que en lo que se refiere a acondicionamiento físico no precisan de adaptaciones.

Propuestas para Sesiones de Educación Física Los interesados en conocer las actividades pueden solicitarlas enviando un email a los autores.

Bibliografía

  • Acosta, V. (2005): La sordera desde la universidad cultural y lingüística. Barcelona, Mosson Editorial.
  • Alegría, J. y Leibaert, J. (1987): Adquisición de la lectura en el niño sordo. Madrid: MEC
  • Alonso, P. (1989): Introducción a la comunicación bimodal. Madrid: CNREE.
  • Aragón, S. y Valdivieso, I. (2007): Deficiencia auditiva y deporte. EFDeportes.com, Revista Digital, Buenos Aires, Argentina, Año 12 – N° 110.
  • Blanco, A.; Bonany, T.: Carol, N. y Ríos, M. (2004): El juego y los alumnos con discapacidad. Barcelos, Editorial Paidotribo.
  • Calvo, J.C. (1999): La sordera. Un enfoque socio-familiar. Salamanca, Amarú ediciones.
  • Dumont, A. (1989): El logopeda y el niño sordo. Barcelona, Mosson Editorial.
  • Estevez, F y Rear, R. (1988): La experimentación de la integración escolar de sordos en los niveles de enseñanzas medias. Sevilla: Dirección general de Promoción Educativa y Renovación de Pedagógica de la Junta de Andalucía.
  • FIAPAS (Jáudenes et alt.) (2006): Dossier de Prevención y Atención Precoz de los problemas auditivos en edad escolar. Madrid, FIAPAS.
  • Herren, H. (2004): Estudio sobre la educaciónde los niños y adolescentes sordos. Barcelona, Paidós Ediciones.
  • Marchersi, A.(1987): El desarrollo cognitivo y lingüístico de los niños sordos. Madrid: Alianza Psicología.
  • Mendoza, N. (2003): Apuntes de deporte y actividad física adaptada. Facultad de Ciencias del Deporte. Toledo
  • Miraflores, E.; López, M. C. y Martín, A. (2003) : El esquema corporal en primaria .Madrid: CCS.
  • Ríos, M. (2001): Educación física para ANEE. Universidad de Barcelona. Barcelona.
  • Ríos, M. (2003): Manual de educación física adaptada al alumno con discapacidad. Barcelona: Paidotribo.
  • Toro, S. y Zarco, J.A. (1995): “Educación Física para niños y niñas con necesidades educativas especiales”. Málaga, Ediciones Aljibe.
  • Toro, S. y Zarco, J. (2002): Educación física para niños y niñas con necesidades educativas especiales. Barcelona: ALJIBE.
  • Zuchhi, D. (2001). Deporte y discapacidad. EFDeportes.com, Revista Digital, Bue nos Aires, Argentina, Año 7, Nº 43.

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