La iniciación deportiva en el currículum de la educación física formal
Resumen
La iniciación deportiva es un concepto complejo, por lo que este texto comienza delimitando su manifestación en el contexto de la Educación Física en la educación formal. La iniciación deportiva en este ámbito está supeditada al contexto psicopedagógico que determinan las leyes del Sistema Educativo español y/o autonómico. El constructivismo, la concepción procesual del currículum así como los principios y finalidades orientados a la educación en valores tales como la participación ciudadana pacífica, la creatividad, el sentido crítico y la tolerancia, perfilan una iniciación deportiva centrada en la operatividad motriz como un aspecto más, pero no el único. La iniciación deportiva debe contener aspectos tales como el desarrollo en valores, la capacidad de procesamiento y gestión de información y la conciencia crítica.
LA INICIACIÓN DEPORTIVA EN EL CURRÍCULUM DE LA ENSEÑANZA FORMAL
“El deporte sólo es educativo cuando el profesor, el entrenador, o el propio deportista lo utiliza como objetivo y medio de educación, cuanto lo integra con método y orden en un programa coherente, cuando la actividad práctica y la reflexión de lo que se está realizando lo convierten en una acción optimizante” Blázquez (1995).
DELIMITACIÓN DEL ANÁLISIS
La iniciación deportiva es un concepto complejo porque posee múltiples manifestaciones en diferentes contextos, con diferentes fines y diferentes modelosmetodologías. Por ello, al reflexionar sobre la iniciación deportiva se puede optar por una de estas opciones: – Realizar una exposición unitaria e integral del fenómeno. – Analizar una manifestación específica de la iniciación deportiva. En esta intervención optamos por la segunda opción, conscientes de la imposibilidad del conocimiento humano de abordar los fenómenos en su complejidad nos limitamos a “desconfudir lo naturalmente confundido” y con un bisturí trazar los límites de la iniciación deportiva de la que hablamos sin entrar en el resto del complejo conceptual. La primera opción de reflexión –“Realizar una exposición unitaria e integral del fenómeno”– podría ejemplificarse en un prisma triangular. Las múltiples caras serían las diferentes manifestaciones de la iniciación deportiva en función de variables tales como el contexto, la finalidad, el tipo de deporte, la metodología, etc. El teórico realizaría su observación desde el vértice superior del prisma, en la confluencia de las variables. Intentaría sintetizar las características que engloba la iniciación deportiva hasta articular una necesaria relación entre las mismas. Labor evidentemente ardua y, nos atrevemos a decir que imposible, ya que cualquier teorización requiere de la selección de unos criterios de análisis, que terminarán por colocar un filtro –educativo, recreativo, rendimiento, etc.–: Como señalan Díaz y Martínez (2003): “Aunque a primera vista el concepto “iniciación deportiva” pueda parecer que posee un significado claro y preciso que remite al aprendizaje de los aspectos técnicos, tácticos y reglamentarios de una o varias modalidades deportivas, en realidad es una expresión bastante más compleja cuyo sentido rebasa ampliamente el mero aprendizaje de tales aspectos. En primer lugar, dicha expresión lleva implícita la existencia de un aprendizaje, y muchos estudios y análisis han puesto de manifiesto que los procesos de enseñanza y aprendizaje no son neutros, sino que se sustentan en unos principios ideológicos sobre el hombre y la sociedad, los cuales determinan la elección de unos u otros objetivos educativos, orientan la enseñanza, y, de manera explícita o latente, favorecen la transmisión de unos determinados valores y actitudes”. Los análisis unitarios tienden a caer en una visión estricta de la iniciación deportiva, en la que la misma está enfocada al fin de la “operatividad motriz” en la situación real de juego y competición (Sánchez Bañuelos, 1992:181). Intentos de este tipo responden a una racionalidad o concepción curricular técnica o academicista de la Educación Física (Devís y Molina, 2001; Vázquez, 2000; Hernández, 2004; López; Monjas y Pérez, 2003). Es decir, conciben la misma con la finalidad de alcanzar patrones motores de excelencia, en múltiples ocasiones modelos ideales de habilidad y destreza deportiva. El objeto a aprender –en éste caso el deporte– “está ya elaborado de antemano, y el único objetivo de la enseñanza es mostrárselo al alumno y éste asimilarlo lo más fielmente posible” (Vázquez, 2000: 192) La segunda opción de reflexión –“Analizar una manifestación específica de la iniciación deportiva”– concibe a la iniciación deportiva como un fenómeno multidimensional de características tan dispares1 que es necesario analizarlas tras haber acotado el contexto donde se enmarcan. De este modo evitaremos generalizaciones intransferibles, dogmatismos hegemónicos y modelos unidimensionales en la práctica deportiva. Analizar una manifestación específica de la iniciación deportiva requiere discriminarla y caracterizarla de forma explícita. Nuestro bisturí no disecciona la realidad de la iniciación deportiva de forma arbitraria, sino que seguimos un criterio inequívoco de selección: el contexto educativo donde se produce. Autores como Sebastián Feu Molina (2002) establecen el contexto institucional como una de las variables a tener en consideración en la iniciación deportiva y señala entre las instituciones: – “Consejerías de Educación, centros educativos y AMPAS: Las actividades en los centros educativos fuera del horario lectivo, a través de las actividades complementarias o extraescolares. – Consejo Superior de Deportes, como entidad que legisla el deporte y organiza competiciones y eventos deportivos para todo el estado. Entidad ubicada en el seno del Ministerio de Educación. – Direcciones Generales de Deportes de las Comunidades Autónomas, como entidades que legislan el deporte autonómico y organizan competiciones y eventos deportivos – Las Federaciones Deportivas como entidades que organizan gran parte del deporte base y las competiciones federadas en el ámbito estatal o autonómico. – Los Ayuntamientos como entidades encargadas de promocionar el deporte en el ámbito local, a través de sus concejalías, delegaciones o patronatos de deportes donde se asientan las Escuelas Deportivas Municipales,… – Los clubes y asociaciones deportivos y recreativos privados con o sin ánimo de lucro que ofertan actividades físico-deportivas como medio para conseguir sus objetivos.” (Feu, 2002)
Fig. 1. Instituciones educativas y de la actividad física y deportiva que influyen en el proceso de formación del niño (Tomado de Feu, 2002).
EL SISTEMA EDUCATIVO ACTUAL. IMPLICACIONES PARA LA INICIACIÓN DEPORTIVA.
“Lo que necesitamos es una comprensión de la educación como proceso en el que se ayuda y guía a los niños hacia una participación activa y creativa en su cultura” (Edwards y Mercer, 1988 citado por Coll y Solé, 1989) Hasta el momento no se ha presentado una definición de iniciación deportiva. No ha sido algo casual, sino motivado por la creencia manifiesta en que su significado viene determinada por el contexto en el que se realice. Una vez caracterizado el contexto estaremos en condiciones de señalar una definición de la iniciación deportiva en la Educación Física formal. La enseñanza formal nos remite inmediatamente a un contexto normativo estatal que condiciona los procesos de enseñanza-aprendizaje que se desenvuelven en la Institución Escolar, y por tanto matiza la iniciación deportiva. Esta determinación legislativa tiene el inconveniente de su temporalidad. En esta tesitura nos encontramos actualmente navegando entre tres leyes de educación: la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), la Ley de Calidad de la Educación (LOCE) y la Ley Orgánica de la Educación (LOE). Sería estupendo poder realizar ya todo el análisis con respecto a la LOE pero aún no está vigente, ni están desarrollados los Decretos de Enseñanzas que determinan los currículums. No obstante, nos permitiremos referenciar ya los principios y finalidades del Sistema Educativo y los objetivos de cada etapa educativa presentes en el Proyecto de Ley Orgánica de Educación (LOE). Para el análisis de los currículums del área de Educación Física nos ceñiremos a la legislación vigente en Galicia a día de hoy4: Para la contextualización analizaremos las implicaciones que éstos elementos del sistema educativo tienen para iniciación deportiva: 1. El marco psicopedagógico. 2. Los principios, finalidades y del sistema educativo (LOE) 3. Los objetivos generales de la etapa de Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato.(LOE) 1. El marco psicopedagógico. El actual sistema educativo tiene como marco psicopedagógico de referencia al constructivismo. De forma muy sintética podemos afirmar que el constructivismo concibe la enseñanza-aprendizaje como construcción de esquemas de conocimientos y acción por los estudiantes ayudados por el profesor. Esta concepción sustituye al paradigma de enseñanza-aprendizaje basado en la transmisiónrecepción de los conocimientos ya elaborados (Furió, 1990: 73). La conducta no se aprende por observación y/o repetición, sino por construcción en función de los constructos personales de la persona; los cuales son cognitivos, emocionales y morales (Barrón, 301). Asociado al constructivismo se encuentran los principios del aprendizaje significativo, de la totalidad y de la motivación. En lo que atañe a la Educación Física, se acentúa por lo tanto la necesidad de incorporar modelos de iniciación deportiva de índole cognitiva “Una orientación de la enseñanza y del aprendizaje deportivo que lleve a los aprendices a tomar conciencia de los problemas de la práctica deportiva e identificar las demandas de las nuevas situaciones, a ser capaces de activar sus recursos y conocimientos más apropiados para la acción, a comprender el significado y sentido de sus acciones y de lo que sucede en su contexto, y a reflexionar sobre los resultados de tales acciones aprendiendo de ellas” (Velázquez, 2004: 181). Esto supone trabajar mediante estrategias participativas con métodos de enseñanza de búsqueda, pedagogía de la situación, a través de tareas semidefinidas y no definidas, donde el procedimiento motor –el patrón motor– a seguir no viene explicitado en la tarea, sino que al alumno-a se le presentan unas metas que ha de alcanzar mediante la resolución de las situaciones planteadas o unos estímulos ante los que descubrir, explorar y crear. La aspiración es que los alumnos-as “aprendan a aprender”. Es decir, la enseñanza-aprendizaje basada en la capacidad de procesamiento, gestión y compresión de la información por uno mismo. No basta pues con reproducir una técnica motriz, sino que lo importante es la gestión de información que ese alumno/a aprende a realizar, su capacidad para adecuar su motricidad a diferentes estímulos y la transferencia-beneficios que puede hacer de esa habilidad a su vida social y cultural. Los contenidos se conciben como un instrumento para mejorar al individuo y poder intervenir en la sociedad. “Cuando el aprendizaje de los contenidos tiene lugar de forma significativa, lo que se posibilita es la autonomía del alumno para afrontar nuevas situaciones, para identificar problemas, para sugerir soluciones interesantes” (Coll y Solé, 1989: 18) El Deporte es un medio para alcanzar el desarrollo personal. Esta concepción procesual no significa que la búsqueda del logro motor no sea un objetivo en sí mismo y la ejecución de habilidades motrices un contenido procedimental relevante. Significa que el contenido del deporte debe integrar otras dimensiones presentes en él mismo: la satisfacción personal, la relación social, el razonamiento comprensivo, la dimensión ética, su significado cultural. La concepción procesual incorpora los procedimientos, conceptos y valores que están presentes en el fenómeno del deporte. Como subraya Velázquez, para que el deporte sea educativo no es suficiente realizar procesos de enseñanza-aprendizaje de competencia motriz planificados bajo una concepción constructivista, sino que son necesarios planteamientos que de forma integrada “alumbren las vías para conseguir de forma paralela el desarrollo moral de los aprendices, la adquisición de valores y actitudes, mayores grados de autonomía personal…” (Velázquez, 2004: 183). El error que se comete en la concepción técnica de la iniciación deportiva es parcializar el fenómeno del deporte a sus aspectos de eficacia motriz, sin contemplar el resto de dimensiones de la práctica deportiva –morales, sociales, económicas, culturales, políticas…–. Consideramos muy acertada la propuesta que realiza Velázquez (2001, 2004) para una educación deportiva en cuatro dimensiones: educación como practicante, educación como espectador, educación como consumidor y educación como ciudadano. 2. Los principios, las finalidades y los objetivos generales en la LOE. La inspiración del sistema educativo español que se desprende de los principios del Artículo 1. de la LOE, no deja lugar a dudas sobre los principios de tolerancia, respeto, individualización, no violencia y coeducación que deben sustentar la iniciación deportiva en el contexto formal. A continuación recogemos cuatro principios de la LOE que son reveladores: – “La transmisión y puesta en práctica de valores que favorezcan la libertad personal, la responsabilidad, la ciudadanía democrática, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, el respeto y la justicia, así como que ayuden a superar cualquier tipo de discriminación” – “La flexibilidad para adecuar la educación a la diversidad de aptitudes, intereses, expectativas y necesidades del alumnado, así como a los cambios que experimentan el alumnado y la sociedad” – “La educación para la prevención de conflictos y para la resolución pacífica de los mismos, así como la no violencia en todos los ámbitos de la vida personal, familiar y social”. – “El desarrollo de la igualdad de derechos y oportunidades y el fomento de la igualdad efectiva entre y hombres y mujeres”. El artículo 2 del proyecto de Ley Orgánica de Educación (2005) explicita los fines de todo el sistema educativo español, y de nuevo los valores que condimentan las intencionalidades del sistema educativo son la búsqueda de la autonomía, la libertad personal, el esfuerzo, la responsabilidad, la tolerancia, la creatividad. Destacamos entre los fines de la LOE: – “a) El pleno desarrollo de la personalidad y de las capacidades de los alumnos. – d) La educación en el mérito y en el esfuerzo personal – f) El desarrollo de la capacidad de los alumnos para regular su propio aprendizaje, confiar en sus aptitudes y conocimientos, así como para desarrollar la creatividad, la iniciativa personal y el espíritu emprendedor. – h) La adquisición de hábitos intelectuales y técnicas de trabajo, de conocimientos científicos, técnicos, humanísticos, históricos y artísticos, así como el desarrollo – de hábitos saludables, el ejercicio físico y el deporte. – k) La preparación para el ejercicio de la ciudadanía y para la participación activa en la vida económica, social y cultural, con actitud crítica y responsable y con capacidad de adaptación a las situaciones cambiantes de la sociedad del conocimiento.” (Proyecto de Ley Orgánica de Educación, 2005) La iniciación deportiva para adecuarse a estos fines debe ser un proceso en el que cada alumno/a desarrolla sus potencialidades sin necesidad de que el éxito de la enseñanza sea la adquisición de un modelo motriz único, que ha sido considerado previamente como ideal. Se busca potenciar las estrategias de la persona para que de forma autónoma construya su propio aprendizaje, encuentre su propio estado óptimo, sin necesidad de emular a patrones estándar. 3. Los objetivos generales de la etapa de enseñanza primaria, secundaria y bachillerato en la LOE. – Educación Primaria. El capítulo II del proyecto de la LOE habla de la Educación Primaria. En la explicitación de los objetivos además de aquellos referidos a la adquisición de habilidades de resolución pacífica de conflictos, al respeto a la diversidad, a la no discriminación por razones de sexo, hay un objetivo muy vinculado a la Educación Física que de nuevo caracteriza a ésta y al deporte como medios para el desarrollo personal: “k) Valorar la higiene y la salud, aceptar el propio cuerpo y el de los otros, respetar las diferencias y utilizar la educación física y el deporte como medios para favorecer el desarrollo personal y social.” (Proyecto de Ley Orgánica de Educación, 2005) – Educación Secundaria. En el Capítulo III de nuevo se explicitan objetivos para la Educación Secundaria relativos al desarrollo de valores fundamentales como la cooperación, la tolerancia, la no discriminación y el sentido crítico. El objetivo más vinculado con la Educación Física, incorpora, siguiendo la distinción de Velázquez, no sólo la educación como practicante, sino como consumidor y ciudadano (Velázquez, 2004) “k) Conocer y aceptar el funcionamiento del propio cuerpo y el de los otros, respetar las diferencias, afianzar los hábitos de cuidado y salud corporales e incorporar la educación física y la práctica del deporte para favorecer el desarrollo personal y social. Valorar críticamente los hábitos sociales relacionados con la salud, el consumo, el cuidado de los seres vivos y el medio ambiente, contribuyendo a su conservación y mejora.” (Proyecto de Ley Orgánica de Educación, 2005) – Bachillerato. Los objetivos expuestos en el capítulo IV insisten en la consolidación de la conciencia crítica de los jóvenes además de la búsqueda efectiva de la igualdad efectiva entre sexos y/o personas con discapacidad. En esta etapa la madurez del alumnado debe trabajarse a través de su implicación en el análisis crítico de los fenómenos, incluido el deporte. Ya no sólo deben ser capaces de entender y respetar la igualdad, sino que ellos mismos deben fomentarla, actuando en consecuencia. El objetivo más relacionado con la educación física determina que los jóvenes deben ser capaces de utilizar, es decir de participar en el deporte mediante una práctica que sea ya constructiva, crítica y responsable. De nuevo los parámetros de eficiencia motriz son inexistente en los objetivos generales: “m) Utilizar la educación física y el deporte para favorecer el desarrollo personal y social.” (Proyecto de Ley Orgánica de Educación, 2005) Desde ésta óptica, parece claro que una orientación de la iniciación deportiva centrada exclusivamente en la especialización deportiva, en la búsqueda del rendimiento motor, no tiene mucha cabida en la Educación Física formal.
DEFINICIÓN DEL DEPORTE EN EL CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN FÍSICA FORMAL
Tras este breve análisis del marco psicopedagógico, de los principios, finalidades y objetivos generales de la enseñanza formal, estamos en disposición de presentar como definición de iniciación deportiva en el contexto de la Educación Formal la apuntada por Contreras, Torre y Velázquez: “A la vista de lo expuesto, y en términos generales, puede decirse que el significado, sentido y finalidad de la iniciación deportiva en el currículo de Educación Física gira en torno a un proceso de socialización del alumnado en una cultura del deporte como práctica lúdica, recreativa, abierta e integradora, susceptible de ser incorporada a los hábitos cotidianos como forma placentera y saludable de disfrutar el tiempo de ocio y de relacionarse socialmente. De manera paralela, la iniciación deportiva se orienta también en un sentido educativo que favorezca el desarrollo de los diferentes tipos de capacidades de los alumnos y las alumnas, desde la propia especifidad que posee la práctica deportiva como campo de conocimiento y como forma de actividad social en la que convergen, se manifiestan y se transmiten valores y actitudes” (Contreras, Torre y Velázquez, 2001: 80). Obsérvese que en ésta definición de la iniciación deportiva no está presente una concepción concepción curricular tecnológica o conductual5.
LA INICIACIÓN DEPORTIVA EN LOS OBJETIVOS, CONTENIDOS Y CRITERIOS DE EVALUACIÓN DE LA EDUCACIÓN FÍSICA
Como ya anticipamos los decretos de enseñanza que están funcionando actualmente en Galicia son los correspondientes al desarrollo de la LOGSE. Dado la extensión que implica un análisis exhaustivo nos limitaremos a hacer un breve comentario de los objetivos, contenidos y criterios de evaluación directamente vinculados con la iniciación deportiva en la Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato. Un análisis exhaustivo de la iniciación deportiva en la Educación Primaria lo podemos encontrar en el capítulo 3 de la obra de Contreras, Torre y Velázquez (2004: 68-94) La revisión de las tres etapas educativas permite visualizar una evidente progresión de las actividades deportivas. Mientras que en primaria el deporte se constituye exclusivamente con un carácter procesual, es decir se utiliza como medio de desarrollo de las capacidades personales, incluidas las motrices6, –El objetivo es “Conocer y valorar la diversidad de actividades físicas deportivas y los contornos en los que se desenvuelve, participando en su conservación y mejora”–, en las posteriores etapas la operatividad motriz en el deporte se convierte también en un objetivo7 –sobre todo en cuarto de la E.S.O. y en Bachillerato que se hace referencia al perfeccionamiento de las habilidades deportivas8–. Las actividades deportivas en el DCB de primaria apenas son significativas, ya que de los cinco bloques de contenidos –El cuerpo: imagen y perfección; El cuerpo: habilidades y destrezas; El cuerpo: expresión y comunicación; Salud corporal; Los juegos–, las actividades deportivas aparecen incluidas en el bloque de Los juegos. Su desarrollo se especifica en los procedimientos en forma de habilidades básicas de iniciación deportiva en situaciones de juego (desplazamientos en cambios de dirección, adaptación y manejo de balones, lanzamientos y recepción de balones, marcaje, desmarque y bloqueo). Este contenido tecnológico como ya hemos comentado, resulta aparentemente paradójico con la coherencia a las finalidades de la etapa e incluso al objetivo general del área, a todas luces de filosofía procesual. Con respecto a los criterios de evaluación de esta etapa sólo aparece un criterio específico de la iniciación deportiva, el cual, se centra en los aspectos de esfuerzo y cooperación. Todo lo contrario ocurre en el DCB de la ESO, en el cual, el deporte es un contenido fundamental. Existen tres grandes bloques de contenidos: Condición física; Habilidades específicas y Ritmo y expresión. El bloque de Habilidades específicas se divide a su vez en Juegos y deportes –en segundo ciclo en vez de Juegos y deportes se denominan Habilidades deportivas– y en Habilidades específicas en el Medio Natural. Los contenidos en los cuatro cursos de la E.S.O. se relacionan con los aspectos técnicos-tácticos, reglamentarios y estrategias de ataque-defensa, es decir, aspectos básicos y específicos de los deportes. Esta especificidad en la técnica deportiva reflejada en los contenidos es argumentada en la introducción del D.C.B. al referirse al “dominio” de los deportes, es decir que, el alumnado debe mostrar soltura en los fundamentos básicos de las actividades deportivas. Con respecto a la última etapa y de la misma forma que en el D.C.B. de Secundaria, el deporte es tratado, además de un medio como un objetivo en sí mismo. La diferencia en el caso del D.C.B. de Bachillerato es la aparición del término “perfeccionamiento”, haciendo referencia a la mejora que se debe conseguir sobre el “dominio” de los fundamentos básicos del deporte trabajado durante la etapa anterior.
LA DISCREPANCIA ENTRE EL MARCO PSICOPEDAGÓGICO Y LOS DECRETOS CURRICULARES DE LA EDUCACIÓN FÍSICA EN MATERIA DE INICIACIÓN DEPORTIVA: A MODO DE CONCLUSION
Como ya veíamos en los primeros epígrafes, el pilar teórico desde el que se fundamenta la educación formal es el constructivismo, es decir que, el proceso de enseñanza-aprendizaje se vincule con lo que guarda “significado” con el discente. De esta manera, los contenidos de la educación física formal, incluidos por supuesto los que hacen referencia a la iniciación deportiva, tienen que estar relacionados con el término de “aprender a aprender”. La actividad deportiva debe ser un medio que posibilite el desarrollo de las capacidades personales de cada individuo, no sólo como practicante, sino como ciudadano, consumidor y espectador (Velázquez, 2004) desde la pluralidad de dimensiones que posee el fenómeno deportivo. Sin embargo, analizados los D.C.B.s de las etapas educativas nos encontramos en ocasiones con un deporte al servicio de la reproducción mimética de esterotipos, ya que, se le exige al alumnado el “dominio” y el “perfeccionamiento” de las habilidades deportivas. Por lo tanto, el docente también debe trabajar la concepción técnica del deporte y conciliarla con la procesual. La operatividad motriz como vehículo de desarrollo personal. Sin duda un reto difícil de abordar en tan pocas horas de docencia. Cabe cuestionarse si la concepción curricular presente en los Decretos de Enseñanza del área de Educación Física en Galicia es totalmente coherentes al marco psicopedagógico y los principios y finalidades del Sistema Educativo.
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