Motivación y tendencia al engaño en deportistas de 9 a 17 años.
Motivación y tendencia al engaño en deportistas de 9 a 17 años.
Resumen:
Según muchos y repetidos estudios, los valores positivos, es decir, las cualidades personales deseables para todos, pueden conseguirse mediante la práctica de los deportes orientados correctamente (Cruz et. Al, 1996; Ruiz y Cabrera, 2004). Se pretende conocer cómo la motivación influye en la tendencia al engaño en jóvenes deportistas federados. En el estudio han participado 207 sujetos, 64,7% hombres y 35,3% mujeres. Éstos cumplimentaron: el “Cuestionario de Disposición al engaño en el deporte (CDED): su aplicación a jóvenes deportistas” de Ponseti, Palou, Borrás, Vidal, Cantallops, Ortega, Boixadós, Sousa, García-Calvo y García-Mas (2012) y la versión española del “Task and Ego Orientation in Sport Questionnaire” (TEOSQ) de Duda (1989) y Duda y Nicholls (1992). Los hombres tienen una mayor orientación al ego que las mujeres (t=2.453 p=0.015) no encontrándose diferencias significativas en la orientación hacia la tarea. Por su parte, se obtiene que los sujetos que practican deportes individuales presentan una mayor orientación al ego que los que practican deportes colectivos (t=2.549 p=0.012), no siendo significativa la diferencia en orientación hacia la tarea. Los sujetos que puntúan alto en tendencia al engaño son los que menos días entrenan (t=2.597 p=0.011) mientras que, los menos astutos son los que más días entrenan (t=4.347 p=0.000). Los deportistas que puntúan alto en tendencia al engaño se diferencian significativamente (t=3.429 p=0.001) de los que puntúan bajo y, a la vez, presentan una motivación orientada hacia el ego; no encontrándose diferencias significativas en la variable astucia. No podemos establecer diferencias cuando están orientados hacia la tarea.
La motivación ha sido una de las variables psicológicas más estudiadas en el ámbito de la actividad física y el deporte, debido a la gran importancia que parece tener en el compromiso y la adherencia a la práctica, convirtiéndose en una piedra angular del comportamiento y en una clave que determina el inicio y la continuación con la práctica de actividad física, así como la reducción del abandono deportivo (González-Cutre, 2009).
La Teoría de las Metas de Logro (AGR; Ames, 1992; Dweck, 1999; Nicholis, 1989) defiende que la forma en la que las personas juzgan su competencia y definen el éxito de sus logros influye en sus patrones motivacionales en el curso de una actividad determinada. Los dos constructos centrales de la AGR son las orientaciones disposicionales de metas y el clima motivacional percibido. Existen, al menos, dos dimensiones disposicionales denominadas implicación en la tarea e implicación en el ego (Nicholls, 1989).
Cuando las personas están implicadas en la tarea se entiende que están centradas en adquirir maestría a través del esfuerzo, por otra parte, las personas implicadas en el ego, centran su interés en demostrar que son mejores que los demás, o igual que ellos pero realizando menor esfuerzo. Mientras que, en los orientados a la tarea, la percepción de habilidad es autorreferenciada, en los orientados al ego es normativa, de ahí que estos últimos utilicen estándares de comparación social para hacer juicios de habilidad y de resultado (López-Walle, Balaguer, Castillo y Tristán, 2011).
En su conjunto, las investigaciones han demostrado que los deportistas presentan patrones motivacionales más adaptativos cuando perciben que los entrenadores crean un clima de implicación en la tarea (Duda y Balaguer, 2007; Duda y Whitehead, 1998; Ntoumanis y Biddle, 1999). Este clima motivacional implicado en la tarea (clima – maestría), tiende a asociarse con respuestas motivacionales adaptativas tales como la motivación autodeterminada (Cox y Williams, 2008; Standage, Duda y Ntoumanis, 2003a y 2003 b). Por el contrario, se ha encontrado que la percepción de un clima motivacional de implicación en el ego (clima – resultado), lleva a consecuencias motivacionales poco adaptativas (Petherick y Weigand, 2002).
El deporte ha sido considerado como un instrumento y un medio adecuado para conseguir y transmitir, mediante su práctica, valores de desarrollo personal y social: superación, integración, respeto a las personas y a sus diferentes capacidades, tolerancia, cooperación, fairplay, cumplimiento de normas, etc. A la vez, el deporte es una situación en la que se llevan a cabo comportamientos antisociales, tales como el doping, el juego sucio, la agresión (instrumental o no), las trampas y los engaños. Según muchos y repetidos estudios, los valores positivos, es decir, las cualidades personales deseables para todos, pueden conseguirse mediante la práctica de los deportes orientados correctamente (Cruz et. Al, 1996; Ruiz y Cabrera, 2004). En ese sentido, podemos entender un valor como “una creencia duradera de que un determinado modo de conducta o un estado último de existencia que es personal y socialmente preferible a otro modo de conducta o estado final de la existencia” (Rockeach, 1973, p.5).
En general, puede decirse que los valores no han sido una variable a la que se le haya prestado la atención científica que han podido recibir las actitudes, la motivación o las estrategias de afrontamiento (Torregrosa y Lee, 2000), aunque cada vez son más los investigadores que centran su estudio en el papel que juegan los valores en la promoción del fairplay y la deportividad (Cruz, Boixadós, Valiente y Torregrosa, 2001).
De forma holista, se establecen cinco dimensiones o componentes de la deportividad que son: divertirse, jugar limpio, comprometerse, respetar las reglas y ganar (Iturbide y Elousa, 2012). Según un estudio realizado por Iturbide y Elousa (2012), la dimensión de la deportividad que menor evaluación recibe por parte de los deportistas es la referida a la victoria en la competición, coincidiendo con el resultado de los trabajos sobre la evaluación del juego limpio en deportistas de Boixadós y Cruz (1995) y Cruz, Boixadós, Torregrosa y Mimbrero (1996).
Con este trabajo se pretende establecer una relación entre orientación motivacional y tendencia al engaño, de tal forma, que pueda establecerse si una motivación orientada hacia la tarea u orientada hacia el ego correlaciona positiva o negativamente con la tendencia al engaño.
Método
Participantes
En el estudio han participado un total de 207 jóvenes deportistas federados de entre 9 y 17 años. El 67,4% de los participantes eran hombres y el 32,6% de los mismos mujeres, con una edad media de 11.53 ± 2.006 y de 13.01 ± 2.078 respectivamente (ver tabla 1). El número de participantes en función del deporte practicado es el siguiente: 3 en tiro con arco, 31 en natación, 3 en yudo, 1 en padel, 7 en atletismo, 14 en esgrima, 24 en balonmano, 22 en baloncesto, 64 en fútbol, 10 en vóley, 1 en karate, 26 en piragüismo y 1 en moto.
Instrumentos
A los participantes se les presentó una entrevista ad hoc con la que se pretendía conocer variables sociodemográficas, tales como edad, sexo, número de hermanos, curso académico, así como otras variables relacionadas con la práctica deportiva y del ejercicio físico, tales como tipo de deporte, categoría, horas de entrenamiento al día y días de entrenamiento a la semana, entre otras. Además, se les pidió a los participantes que cumplimentaran otras pruebas validadas como: “Cuestionario de Disposición al engaño en el deporte (CDED): su aplicación a jóvenes deportistas” de Ponseti, Palou, Borrás, Vidal, Cantallops, Ortega, Boixadós, Sousa, García-Calvo y García-Mas (2012), con un Alfa de Cronbach total de 0.802 yque evalúa dos factores, tendencia al engaño y astucia, con un Alfa de Cronbach de 0.829 y 0.712 respectivamente; y “Cuestionario de orientación al ego y a la tarea en el deporte”(Task and Ego Orientation in Sport Questionnaire) (TEOSQ) de Duda (1989) y Duda y Nicholls (1992), que evalúa motivación hacia la tarea y motivación hacia el ego mostrando un Alfa de Cronbach de 0.683 para el factor tarea y de 0.790 para el factor ego. De forma general se ha considerado en las escalas utilizadas como puntuaciones bajas al percentil 25 y como puntuaciones altas al percentil 80.
Procedimiento
Se informó a diversos clubes deportivos federados de los objetivos de esta investigación así como del desarrollo de la misma y se les pidió su colaboración. Tras la aceptación del club, se informó a los padres del estudio en el que iban a participar sus hijos y se les entregó un consentimiento informado que debían de cumplimentar, si estaban de acuerdo con que sus hijos participasen en el estudio. Una vez el entrenador del equipo tuvo todos los consentimientos informados de todos los niños cuyos padres permitieron su participación, se acordó con el entrenador fecha para ir a pasar los cuestionarios. Unos minutos antes del entrenamiento (aproximadamente 15 minutos), se les administró los cuestionarios a todos los participantes, permaneciendo presente, al menos, un psicólogo para poder resolver todas las dudas que les fueran surgiendo.
Resultados
Utilizando la variable sexo como una variable comparativa y, a partir, de los datos obtenidos se establece que las mujeres tienen una edad (Md=11.56 Sd=2.006) superior a la de los hombres (Md=13.01 Sd=2.078) de forma significativa (t=5.020 p=0.000). En la misma línea, las mujeres tienden a estar más en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), mientras que los hombres tienden a estar más en Primaria (Chi2= 36.191 p=0.000). Del mismo modo, las mujeres tienden a pertenecer a categorías superiores como infantil y cadete mientras que los hombres pertenecen mayoritariamente a las categorías inferiores como benjamín y alevín (Chi2=33.674 p=0.000). Las mujeres (Md=124.726 Sd=43.508), de manera significativa, practican más horas al día que los hombres (t=2.717 p=0.007).No se han encontrado diferencias significativas en el resto de las variables de la entrevista ad hoc, salvo en la variable tiempo que llevas jugando, en la cual, las mujeres refieren llevar más tiempo jugando que los hombres (Md=46.205 Sd=28.612) aunque no de manera significativa.
Tabla 1.
Características Socio-deportivas de la muestra
Los hombres tienen una mayor orientación al ego que las mujeres (t=2.453 p=0.015), no encontrándose diferencias en la orientación hacia la tarea. No se han encontrado diferencias significativas ni en tendencia al engaño ni en comportamientos astutos (ver tabla 2).
Como complemento, se ha encontrado la existencia de una correlación positiva entre orientación al ego y tendencia al engaño (r=0.252 p=0.000); y negativa entre orientación al ego y astucia (r=-0.168 p=0.016). No se ha encontrado la existencia de una correlación ni entre orientación hacia la tarea y tendencia al engaño (r=-0.025 p=0.724) ni entre orientación hacia la tarea y astucia (r=0.023 p=0.741).
Tabla 2.
CDED y TEOSQ en función del sexo.
Tal y como se observa en la tabla 3 existe una mayor orientación hacia el ego en deportes individuales (Md=16.19 Sd=5.537) que en deportes colectivos (Md=14.66 Sd=5.570) de forma significativa (t=2.549 p=0.012). En la misma línea, se observa tanto una mayor tendencia al engaño (Md=6.016 Sd=3.823) como una mayor astucia (Md=8.495 Sd=3.571) en aquellos sujetos que practican deportes colectivos, con una significación de (t=5.980 p=0.000) y de (t=7.726 p=0.000) respectivamente.
Tabla 3.
CDED y TEOSQ en función del tipo de deporte.
Por otra parte, se comprueba que los que obtienen puntuaciones bajas en astucia (Md=3.75 Sd=1.274) son los que más días entrenan (t=4.347 p=0.000) frente a los que obtienen puntuaciones altas (Md=2.89 Sd=0.832). No se observan diferencias significativas en edad, duración de las sesiones y en el tiempo que dicen llevar jugando.
Los sujetos que se encuentran en el percentil 25 en engaño (Md=3.48 Sd=1.211) son los que más días entrenan (t=2.597 p=0.011) frente a los que se sitúan en el percentil 80 (Md=3.02 Sd=0.906). En las variables edad, duración de las sesiones y tiempo que llevan jugando, no se han encontrado diferencias significativas.
Utilizando la variable orientación hacia el ego como una variable comparativa, podemos establecer que en los sujetos con este tipo de motivación, son los que presentan una mayor puntuación en tendencia al engaño (Md=6.022 Sd=3.861) los que se diferencian significativamente (t=3.429 p=0.001) de los que puntúan bajo (Md=3.895 Sd=1.858) en esta misma variable. Sin embargo, no podemos establecer diferencias significativas (t=1.659 p=0.101) en relación a la orientación al ego en aquellos sujetos que obtienen puntuaciones bajas (Md=6.544 Sd=3.174) y los que obtienen puntuaciones altas (Md=7.783 Sd=4.184) en la variable astucia.
Comparando la variable orientación a la tarea y tendencia al engaño, obtenemos que no se establecen diferencias significativas (t=0.155 p=0.877) entre los que se sitúan en el percentil 25 (Md=5.250 Sd=2.974) y los que se encuentran en el percentil 80 (Md=5.150 Sd=3.888). Así mismo, los que se encuentran en el percentil 25 de la variable astucia (Md=6.821 Sd=2.992) no se diferencian significativamente (t=0.271 p=0.787) de los que se sitúan en el percentil 80 (Md=7.00 Sd=4.004) de la misma.
Discusión
Con este trabajo se ha pretendido establecer la relación existente entre motivación y tendencia al engaño en jóvenes de entre 9 y 17 años que practican deporte y que, actualmente, se encuentran federados; y cómo esa motivación orientada hacia el ego o hacia la tarea puede influir en la tendencia al engaño o a la astucia. Se ha constatado que aquellos jóvenes deportistas que presentan una motivación orientada hacia el ego son los que presentan una mayor tendencia al engaño y un mayor comportamiento astuto. En esa línea, los que practican un deporte individual también son los que presentan una mayor orientación al ego. Los jóvenes que practican deportes colectivos son los que tienden más al engaño y a la astucia. Se constata que los sujetos que menos días entrenan son los que más tienden a engañar frente a los astutos que son los que más días entrenan. De los datos se observa que una motivación orientada hacia la tarea no influye de manera significativa en relación a la tendencia al engaño y al comportamiento astuto, de ahí que una posible línea de investigación futura sea el hecho de averiguar si la promoción de una motivación orientada hacia la tarea correlaciona positivamente con el fair play.
Referencias
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