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14 Jun 2012

Relación entre la presión plantar en estático y la lateralidad del niño de 6 y 7 años.

El objetivo de este trabajo es estudiar las presiones plantares en estático de niños de seis y siete años y comprobar la relación existente, si la hay, entre las presiones ejercidas en cada miembro inferior con respecto a la lateralidad del niño.

Autor(es): Mª Carmen Mayolas Pi
Entidades(es):
Congreso: II Congreso Internacional de Ciencias del Deporte
Pontevedra 2008
ISBN:9788461235186
Palabras claves: Presiones plantares, lateralidad, miembro inferior, bipedestación estática

RESUMEN COMUNICACIÓN/PÓSTER

El objetivo de este trabajo es estudiar las presiones plantares en estático de niños de seis y siete años y comprobar la relación existente, si la hay, entre las presiones ejercidas en cada miembro inferior con respecto a la lateralidad del niño. Muchos son los estudios que consideran que en el apoyo bipodal la carga se transmite a lo largo de cada extremidad inferior en un 50% a cada miembro, pero son pocos los que relacionan las presiones plantares a la lateralidad del individuo, y los estudios realizados hasta ahora no son concluyentes. En este estudio hemos valorado un total de 46 niños de entre seis y siete años. Para las presiones plantares hemos utilizado el PDM 240 que es un sistema de registro por plantillas, y para la valoración de la lateralidad hemos realizado cuatro pruebas de miembro inferior: puntería, escalón, salto de zancada y equilibrio. Según nuestros resultados un total de 82% de los niños evaluados diestros, frente a un 14% de zurdos de miembro inferior. En cuanto a las presiones plantares en bípedestación son pocos los niños estudiados que distribuyan la carga equitativamente entre los dos miembros inferiores: tan solo un 4%. Relacionando la lateralidad y las presiones plantares, un 57% de los diestros tienen valores de presión mayores en el miembro izquierdo frente a un 43% que lo tienen en el derecho; del total de zurdos un 57% presionan más con la derecha, un 29% presionan más con la izquierda y un 14% tienen los valores de presión equilibrados entre los dos miembros. Así pues, según nuestro estudio los niños diestros tienen cierta tendencia a presionar más con el miembro izquierdo y los niños zurdos con el derecho.

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Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº8.

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INTRODUCCIÓN

El objetivo de este trabajo es estudiar las presiones plantares en estático de niños de seis y siete años y comprobar la relación existente, si la hay, entre las presiones ejercidas en cada miembro inferior con respecto a la lateralidad del niño. Muchos son los estudios que consideran que en el apoyo bipodal la carga se transmite a lo largo de cada extremidad inferior en un 50% a cada miembro (Comín Comín,1999). Se ha estudiado mucho la distribución de las cargas durante la marcha, y en algunas ocasiones, escasas, se ha relacionado esta distribución con la lateralidad del individuo, pero menos son los trabajos que estudian las presiones plantares en estático, no habiendo encontrado ninguno que la relacionase con la lateralidad del individuo. Sin embargo, la influencia de la lateralidad del miembro inferior en la marcha ha sido considerada por algunos autores (Hesse y otroes 1997; Cottalorda y otros 1999), pero los estudios realizados hasta ahora están llenos de contradicciones (Sadeghi y otros, 2000). Los que defienden la teoría de que la marcha de las personas no es simétrica relacionan las diferencias funcionales halladas con la contribución que cada miembro da a las tareas de propulsión y equilibrio durante la marcha.

Una de las explicaciones que se dan a las estas diferencias funcionales en la marcha es la lateralidad del miembro inferior, pero hay autores que no aceptan esta hipótesis, Comentario [CM1]: Enviar certificación fechada y sellada de que el artículo que se adjunta no ha sido publicado y no está siendo examinado porn ninguna otraa revista o publicación. Se enviarán un original y tres copias en DIN a4 a doble espacio (Times N R), máxima 16 hojas, numeradas. Se debe adjuntar un soporte electrónico como disquete. como el caso de Gundersen y otros, 1989, que estudiando la simetría durante la marcha, encontraron diferencias significativas entre las extremidades, pero analizando individualmente cada sujeto, no hallaron relación entre las variaciones de la marcha y la lateralidad. Anatómicamente es el astrágalo el que se encarga de distribuir la fuerza hacia los puntos de apoyo, en forma de dos triángulos; uno posterior o de apoyo que va del calcáneo hasta la cabeza de los metatarsianos, y otro anterior o de propulsión que está constituido por los metatarsianos y los dedos. Respecto a la distribución de la carga en el pie en estático, según Morton, es en un 50% entre el antepié y el retropié, pero autores posteriores (Viladot, 1979; Padovani, 1995) hablan de una carga mayor en el talón. Lavigne y Noviel (1994), observan una mayor presión en el retropié, entre 1 a 3 Kg/cm2 . A nivel de mediopié, estos mismos autores describen valores entre 0’1 y 0’3 Kg/cm2, con un máximo de 0’5 Kg/cm2. Con respecto a la presión de los dedos, existen contradicciones, mientras unos hablan de un apoyo mayor en el dedo gordo: Lavigne y Noviel (detallan una presión de entre 0’5 y 1 Kg/cm2 para el dedo gordo en comparación con la presión de los otros dedos entre 0’1 y 0’5 Kg/cm2) y Hugnes (habla de un 97% de apoyo del dedo gordo), Rozema y otros no diferencian entre el dedo gordo y los demás (dando a todos un valor similar entre 14 y +- 7 Kpa).

MATERIAL Y MÉTODO

Sujetos Los estudiados son niños y niñas de edades comprendidas entre los 6 y 7 años (22 niños de seis y 24 de siete) de un centro escolar sito en Zaragoza. Los evaluados en las pruebas de lateralidad han sido 50 alumnos/as, pero de éstos solamente 46 tienen correcta la toma de datos de presiones plantares. Medición de las presiones plantares Se ha utilizado para este estudio de presiones plantares el sistema de registro PDM 240, que es un sistema de registro por plantillas. El equipo PDM 240 es un equipo portátil basado en sensores piezorresistivos, que permiten la adquisición, el análisis y el registro de presiones bajo la superficie plantar, tanto en estática como en dinámica. Este sistema fue desarrollado conjuntamente por el Departamento de Ingeniería Electrónica e Informática de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad de Zaragoza y el Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital “Miguel Servet” de Zaragoza. El sistema se compone de: módulo de adquisición, módulo emisor, módulo receptor, microcontrolador, acondicionamiento de la señal, software y hardware.

a) Módulo de adquisición Está formado por unas plantillas que se colocan dentro del calzado. Cada una tiene seis sensores sensibles a la presión, construidos con tecnología piezorresistiva, distribuidos según el número de calzado, tienen dos sensores en el antepié, dos en el mediopié y dos en el retropié, uno interno y el otro externo en cada caso.

b) Módulo emisor Las presiones recogidas por las plantillas son transmitidas por cables que se fijan a la extremidad inferior por cintas elásticas. Estos cables llegan a un pequeño módulo de 85gr que puede sujetarse en el cinturón o colocarse en un bolsillo y desde el cual se transmite la información en tiempo real, por radiofrecuencia, hasta el receptor conectado con el ordenador, lo que permite una gran libertad de movimientos sin restricciones de espacio. Este módulo tiene una potencia de transmisión de 2mW, lo que corresponde a un alcance del sistema de 25 metros en ambiente cerrado y de hasta 60 metros en campo abierto.

c) Módulo receptor Su objetivo es recibir los datos enviados por radio desde el emisor y almacenarlos en el ordenador. Está conectado a un ordenador PC compatible a través del puerto de la impresora. Su alimentación es por batería de 1,5 vatios o por alimentador externo.

d) Microcontrolador Se encarga de convertir o decodificar las señales recibidas (que corresponden a ambos pies) y combinarlas, transformándolas a una señal con formato RS 232 que es transmitida a un puerto paralelo.

e) Acondicionamiento de señal Para acondicionar la señal es necesario aplicar un circuito de linealización, dado que el sensor tiene un comportamiento logarítmico de la curva de presión – resistencia y, por tanto, no distribuye linealmente el rango de utilización. Así, el circuito de acondicionamiento, permite obtener un comportamiento aceptablemente lineal de la señal del sensor.

f) Software La visualización y el procesado de la información se realiza en un ordenador personal en el que queda registrada toda la información en formato digital. Posteriormente, el mismo software que ha registrado la información permite su visualización y su posterior estudio. Todo el software está desarrollado bajo el entorno de Windows. La información puede visualizarse en forma de ondas, que se presentan en la pantalla mediante un eje horizontal de tiempos y un eje vertical de presiones, una onda por cada sensor, así como un histograma de presiones. La adquisición del registro es en tiempo real y puede visualizarse en un tiempo determinado cada valor del sensor en gr/cm2. Existen controles para la reproducción de registro, parada, avance etc. Y también es posible realizar una representación estática y dinámica, y construir una animación de vídeo en formato Windows. Las cargas pueden verse en 2D y 3D, dado que han codificado las presiones en una escala de colores a intervalos, teniendo en cada color asociada una presión en gr/cm2. También es posible observar el centro de presiones y hallarlo para un tiempo determinado, tanto en estática como en dinámica, y obtener la distribución de los promedios de las presiones y sus valores máximos en cada uno de los puntos, indicando el momento exacto en el que se han cometido. La información capturada puede ser exportada a diversos formatos para que pueda ser leída por cualquier software que incorpore importación de datos, así mismo, puede volcarse a una impresora siendo éste un elemento ideal como medio de aportación de información para el diagnóstico comparado.

g) Hardware Dado que el sistema captura 12 canales de información en tiempo real y que toda la información tiene que ser procesada mediante cálculos matemáticos antes de ser representada en pantalla, es recomendable usar un PC compatible con un procesador Pentium 75 o superior. Los requerimientos de memoria son de 8 Mb, aunque trabajando con Windows son preferibles 16 Mb. El único limite en el tiempo de registro es la capacidad del disco duro del ordenador PC al que esté conectado. Metodología A cada uno de los niños se le hizo un test de lateralidad de miembro inferior y se les hizo un análisis sobre sus presiones plantares. El test de lateralidad consta de cuatro pruebas que se han tomado de test de autores de prestigio (Harris, Lerbert, Zazzo, Zuckrilgl): equilibrio sobre un pie, subir y bajar un escalón, salto horizontal en zancada y chute con puntería. Cada una de las pruebas se valora de 0 a 1 puntos (0 zurdería total, 1 dextralidad total, 0’5 ambidiestría) y para el coeficiente de lateralidad de miembro inferior (en adelante CLMI) se han ponderado las cuatro pruebas por igual. Resumiendo, las pruebas son las siguientes:

Prueba 1: Equilibrio sobre un pie en el suelo y en el banco. El niño deberá aguantar 10s en equilibrio sobre un pie (no se le indica cuál), teniendo cinco intentos para lograrlo, primero con un pie, el escogido libremente por el niño, y después con el otro. Una vez terminado se le indica que lo repita, pero esta vez encima de un banco sueco. Se anota D o I según el pie de apoyo que utilice el niño y se anota el número de intentos.

Prueba 2: Escalón. Pediremos al niño que suba y baje un escalón de unos 20 cm de altura rápidamente y de forma alternativa. Se anotará el pie que utiliza primero para subir (D o I) después de varios intentos; se anotará = (ambidiestro) si utiliza indistintamente ambos pies.

Prueba 3: Salto horizontal. El niño saltará con zancada una distancia de 40cm que se irá ampliando para aumentar la dificultad (varios saltos). Utilizaremos para la prueba un aro de psicomotricidad, una cuerda y un metro. El niño estará con los dos pies en el aro, y tendrá la cuerda delante de él. Se anotará la pierna que lanza primero en varios intentos (D o I). Si usa alternativamente ambas piernas se anotará ambidiestría (=).

Prueba 4: Puntería con el pie. Se usará un aro de psicomotricidad de 50cm de diámetro y un balón de plástico de tamaño de balonmano o similar. Colocaremos una línea de lanzamiento en el suelo a cuatro metros del aro. Pediremos al niño que chute el balón para hacer puntería al aro, o bien metiéndolo dentro o bien dando al aro. Anotaremos los aciertos de cinco intentos y la pierna escogida libremente. Después le pediremos que lo haga con la otra pierna. Una vez finalizado el trabajo de lateralidad, se registraron las presiones plantares. Esto se realizó en el mismo centro escolar, en una superficie lisa y libre de obstáculos, con un ordenador portátil y el sistema de plantillas PDM240. A cada niño se le valoró la presión plantar en posición de equilibrio estático: el niño debía mantener la posición de equilibrio de bípeda estación con la mirada fija hacia adelante y los brazos relajados en prolongación del cuerpo durante diez segundos (que contaba en alto el observador para que el niño no tuviese que hablar y ello poder influir en las mediciones). Con el registro de presiones plantares se obtuvieron los siguientes datos:

a. Presión máxima en cada uno de los doce sensores (seis en el miembro derecho y seis en el izquierdo), situados en el antepié externo, antepié interno, mediopié externo, mediopié interno, retropié externo y retropié interno de cada miembro.

b. Presión promedio en cada uno de los doce puntos citados. Este sistema de plantillas da los valores en g/cm2, siendo rectificados los valores máximos y promedios dividiéndolos por el peso.

c. Presión porcentual que se ha realizado en varios casos:

– En cada uno de los doce puntos con respecto al total de ambos miembros.

– Valores en antepié, mediopié y retropié sumando parte externa e interno, según el total de ambos miembros.

– Valor total de presión en cada miembro (sumando antepié, mediopié y retropié en un único valor) según el total de ambos pies. Se ha utilizado este dato para poder comparar el miembro derecho con el izquierdo.

– Finalmente, se ha obtenido el valor porcentual de la presión ejercida en el antepié, mediopié y retropié, según la presión total en cada miembro, para observar así la diferencia entre estas tres partes del pie. Para relacionar los CL de miembro inferior con las presiones plantares, hemos considerado: a. En relación a la lateralidad, un niño es diestro si su coeficiente de lateralidad es mayor a 0’55, zurdo si es menor de 0’45 y ambidiestro si está entre ambos datos.

b. En relación a la presión plantar, hemos analizado el valor porcentual de la suma de presiones en cada miembro: si en el miembro derecho es mayor de 51%, el niño presiona más con la derecha y si es el izquierdo, viceversa. En el caso que la suma de presiones fuese un valor entre el 49% y 51% del total, hemos considerado que la diferencia es tan pequeña (diferencia <1%) que no podemos hablar de una mayor presión sino que hablamos de igualdad de presión. Una vez realizada la toma de datos, éstos se han insertado en hojas Excel para mayor comodidad. Para el análisis estadístico se ha utilizado el sistema SPSS, que puede importar los datos de Excel y trabajar con las variables necesarias. Con este sistema estadístico se han conseguido los siguientes datos:

a. Parámetros de máximos, mínimos, medias y desviaciones estándar con el comando descriptivos.

b. Análisis de los valores con el test Kolmogorov-Smirnov para ver si son paramétricos o no paramétricos (paramétricos si la significación es superior al 0’05 y viceversa)

c. Análisis estadístico de los valores: Para los no paramétricos la prueba de U de Mann-Whitney; Para los paramétricos prueba de muestras independientes, prueba T para la igualdad de medias.

RESULTADOS

Los resultados de las pruebas de lateralidad realizadas en el miembro inferior dan un total de 82% de los niños evaluados diestros, frente a un 14% de zurdos. Analizando estos datos según la edad se observa que el porcentaje de diestros no varía apenas entre los seis y los siete años, sin embargo, disminuye el de zurdos (del 18’2% al 10’7%) a costa de un aumento de los ambidiestros (tabla 1). Observamos que el valor medio del coeficiente de lateralidad de miembro inferior aumenta a los siete años, de 0’68 a 0’72 (tabla 2), siendo más diestros a los siete años. La prueba con mayor índice de dextralidad es la del escalón y la de menor la del salto y la de equilibrio (tabla 2). La presión plantar en estático es ejercida fundamentalmente en el retropié, el cual tiene una media de presión del 84% (tabla 3). Observamos como en el retropié del miembro derecho hay mayor presión que en el retropié del izquierdo a favor al antepié de dicho miembro. Los valores de las medias y las desviaciones típicas de las presiones plantares tanto máximos como promedios (dados en g/cm2/Kg) de los seis puntos estudiados (antepié externo, antepié interno, mediopié externo, mediopié interno, retropié externo y retropié interno) están en la tabla 4. De nuevo vemos que es en el retropié donde se dan los mayores valores de presión. Si valoramos la diferencia existente entre los valores de presión porcentual entre el miembro derecho y el izquierdo en ambas edades, observamos cómo existe una diferencia significativa en la presión ejercida en el antepié, siendo ésta mayor en el antepié izquierdo con respecto al derecho en ambas edades (p<0’01).

También existe una mayor presión en el retropié del miembro izquierdo con respecto al derecho, pero no son valores significativos (gráfica 1). Nosotros, para poder comparar con qué pie el sujeto presiona más, hemos comparado la suma de las presiones ejercidas en los seis sensores de cada pie, rectificando los valores según el peso del niño y haciendo la distribución según el total de presión ejercida en ambos miembros. Cuando las diferencias de presión son iguales o menores del 1% hemos considerado que el niño tiene una igualdad de presión en ambos pies, lo que nos anuncia un reparto equitativo de la carga en estático. Los valores porcentuales de los niños evaluados, en total y según edad, que tienen mayor presión plantar en un miembro inferior u otro (derecho, izquierdo) o que presionan prácticamente igual con ambos (diferencia <1%) los podemos encontrar en la tabla 5. Así, vemos que los diestros tienden a hacer más presión con el miembro izquierdo y los zurdos a hacer más presión con el derecho. Los ambidiestros de nuestro estudio, tienden a hacer mayor presión con el miembro izquierdo o a tener las cargas equilibradas. En la tabla 6 están distribuidos los niños según su lateralidad y su presión plantar con respecto al total de casos, y el la tabla 7 es la misma distribución pero con respecto al total de niños de cada tipo de lateralidad: diestra, zurda o ambidiestra.

DISCUSIÓN

Los resultados de las pruebas de lateralidad realizadas en el miembro inferior dan un total de 82% de los niños evaluados diestros, frente a un 14% de zurdos. Analizando estos datos según la edad se observa que el porcentaje de diestros no varía apenas entre los seis y los siete años, sin embargo, disminuye el de zurdos (del 18’2% al 10’7%) a costa de un aumento de los ambidiestros (de ningún niño de seis años al 7’1% a los siete) (tabla 1). Esto coincide con lo expresado por A.J. Harris (1961), que expuso que “el predominio del pie, tal como ha venido calculándose con la ayuda de los tests, no nos ofrece ningún cambio significativo con la edad”; en sus resultados hay un predominio relativamente equilibrado con la edad, y confirma que los porcentajes son más parecidos a los de la mano que a los del ojo. Los resultados de Harris fueron que a los siete – ocho años había un 74’5% de diestros de miembro inferior, muy próximo a nuestros resultados, de los cuales un 58’2% eran derechos francos y un 16’3% derechos débiles. Por otro lado, Hildreth (1945) obtiene un porcentaje menor de lateralizaciones diestras, entre el 62% y el 73%.

En cambio, no todos los autores hablan de un mantenimiento del porcentaje de diestros: Lerbert y Galifret-Granjon afirman la existencia de un proceso de dextralización con la edad. Según los valores porcentuales de distribución de la presión plantar en estático, la carga se realiza fundamentalmente en el retropié con el 84% del total, siendo pequeña la carga en el antepié (un 13%) y muy baja en el mediopié (3%) (tabla 3), es decir, en conjunto tienden a desplazar la carga hacia atrás más de lo habitual en el adulto (Comín, 1999; Viladot, 1984). Se observa una mayor presión en el retropié, tanto en los valores promedios como en los máximos (tabla 4). Aunque en algunos estudios, como el de Morton, se describe que la carga se distribuye de una forma homogénea, la mayoría demuestran que se transmite mayor carga al retropié. Rozema y otros (1996) hallaron que la presión del retropié podría ser hasta tres veces mayor en el retropié que en el antepié, sin embargo, Comín (1999) observó en su estudio una distribución de carga de cerca del 60% en el retropié y del 40% en el antepié, y otro estudio, Domingo (1997), describe una distribución del 54% en la zona posterior y del 46% en la anterior. En todos los casos la presión en la zona plantar se aleja de la hallada por nosotros en los dos grupos de edad. Esta tendencia a una mayor presión en el retropié es muy importante a los seis años, pero a los siete años va disminuyendo.

Analizando las presiones en las tres zonas estudiadas, antepié, mediopié y retropié, vemos que en las dos primeras se carga más en la parte externa y en la última en la interna (tabla 4). Podemos observar que el antepié asume mayor carga a los siete años que a los seis (gráfica 1), de hecho, vemos un aumento significativo de la presión en el antepié de los niños de siete años. Sin embargo no hay diferencias significativas en el resto de las zonas estudiadas, sólo una mayor presión media en la zona exterior del retropié a los siete años, que hablando de bipedestación estática no es de tener muy en cuenta pues estos valores medios corresponden a picos de presión que se producen en los desequilibrios que se realizan en esta posición, y mucho más en los niños, ya que la distribución de cargas varía constantemente en bípeda estación pues no existe el reposo absoluto y hay un balanceo normal del cuerpo o dynamic standing (Viladot, 1979). Comparando los valores de presión en los dos miembros vemos que hay tendencia a mayor presión en el antepié del miembro izquierdo (tabla 3). Esto puede ser debido a la tendencia de valgo de talón con mayor presión en su zona interna, para mantener el equilibrio se carga más, como hemos visto, en la zona externa del antepié. La mayoría de los sujetos son diestros y, por tanto, con mayor control del lado derecho, por lo que puede ser que en el lado izquierdo, con menor control, necesiten cargar más esa zona para mantener el equilibrio. Para poder comparar con qué pie el sujeto presiona más, recordamos que hemos comparado la suma de las presiones ejercidas en los seis sensores de cada pie. Cuando las diferencias de presión son iguales o menores del 1% hemos considerado que el niño tiene una igualdad de presión en ambos pies, lo que nos anuncia un reparto equitativo de la carga en estático, y una marcha simétrica, en dinámico. El porcentaje del total de niños que tienen una presión equilibrada en ambos miembros es tan sólo del 4% en estático (tabla 5). Esto es importante tenerlo en cuenta ya que hay estudios en los que se da por asumido una distribución homogénea de la carga en situación de equilibrio y otros en los que se analiza un solo miembro dando por sentada la simetría del equilibrio. En estático, hemos hallado una presión mayor en el pie izquierdo, en el 52% de los niños, frente al 43% que la tienen en el derecho. Por edades, llama la atención a los seis años la igualdad en la proporción de la carga de los niños, pero a los siete hay un porcentaje mayor que presionan más con la izquierda (un 54% frente a un 38%).

Si relacionamos el miembro inferior dominante (según las pruebas realizadas) con el pie de mayor presión plantar, el caso que más se da es el de diestros que presionan más con el miembro izquierdo, un 45’7% (tabla 6). Observamos que, curiosamente, los diestros de miembro inferior en su mayoría presionan más con la izquierda (tabla 7). En nuestro estudio, considerando la lateralidad del miembro inferior, los diestros tienen una tendencia a presionar más con su miembro no dominante, así como los zurdos que la tienen a presionar con el derecho. Pocos son los estudios que relacionan las diferencias en la marcha con la lateralidad, pero incluso menos los que la relacionan con la lateralidad del miembro inferior. Algunos de los que defienden la teoría de que la marcha de las personas no es simétrica relacionan las diferencias funcionales halladas con la contribución que cada miembro da a las tareas de propulsión y equilibrio durante la marcha. Una de las explicaciones que se dan a la disparidad en la marcha es la diferencia de funciones de los miembros inferiores. Peters (1988) marca la desigualdad entre los roles de los miembros inferiores, llamando a uno pie dominante, que es el que usa el individuo para manipular un objeto, conducirlo o para saltar, y pie no dominante que es el que estabiliza la acción que ejecuta el dominante. La teoría de Peters habla de un análisis neurofisiológico, y sin embargo Reiss afirma que la lateralidad humana se determina con aspectos multigenéticos y multifactoriales y no sólo neurológicos. En nuestro estudio destaca que los niños diestros de miembro inferior tengan una mayor presión plantar en el miembro izquierdo, en línea con la teoría de Previc, 2000, acerca de que, en contextos bilaterales, si un miembro es soporte mientras que el otro ejecuta una acción, en general en las acciones diestras, será la parte contralateral del cuerpo, la que ejecute una extensión para realizar el soporte postural.

CONCLUSIONES

• Un 82% de los niños evaluados son diestros de miembro inferior.

• La presión en el antepié y en el retropié aumenta en las edades estudiadas.

• En estas edades hay una tendencia a desviar la carga hacia el retropié más que en las edades adultas. En estática dicha zona soporta el 84% de la presión del pie. Esta tendencia disminuye con la edad, es decir, es menor a los siete que a los seis años.

• En bípedestación son pocos los niños estudiados que distribuyan la carga equitativamente entre los dos miembros inferiores: un 4%.

• En estático y en dinámico se carga más en el miembro inferior izquierdo que en el derecho a nivel del antepié, siendo significativa la diferencia en la zona externa. • En general, los niños diestros de miembro inferior tienden a presionar globalmente más con el pie izquierdo: en estático el 57% de los niños y durante la marcha el 70%. Los niños zurdos, los menos en nuestra evaluación, tienden ligeramente a cargar más en el miembro derecho, tanto en bipedestación como durante la marcha.

TABLAS Y GRÁFICOS

Tabla 1 al 7. Relación entre la presión plantar en estático y la lateralidad del niño de 6 y 7 años.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 8

 

Gráfico 1. Relación entre la presión plantar en estático y la lateralidad del niño de 6 y 7 años.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 8

Referencias

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