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21 Sep 2006

Desarrollo de un programa de entrenamiento cognitivo para la mejora de las variables tácticas en el tenis.

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El modelo tradicional de procesamiento de la información establece tres procesos secuenciales en el desarrollo de una acción motriz: percepción, toma de decisiones y ejecución del movimiento (Abernethy, 1996; Abernethy, Kippers, Mackinnon, Neal y Hanharan, 1997).

Autor(es): Luis García González, Juan Pedro Fuentes García, Alberto Moreno Domínguez, David Sanz Rivas y Fernando del Villar Álvarez
Entidades(es): Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura. Área de Docencia e Investigación. Real Federación Española de Tenis.
Congreso: IV Congreso Mundial de Ciencia y Deportes de Raqueta
Madrid-21-23 de Septiembre de 2006
ISBN: 84-611-2727-7
Palabras claves: Tácticas, tenis, programa de entrenamiento

Resumen entrenamiento cognitivo para la mejora de las variables tácticas en el tenis

El modelo tradicional de procesamiento de la información establece tres procesos secuenciales en el desarrollo de una acción motriz: percepción, toma de decisiones y ejecución del movimiento (Abernethy, 1996; Abernethy, Kippers, Mackinnon, Neal y Hanharan, 1997). Cuando adoptamos este modelo como referencia, el desarrollo de las destrezas motoras es enfatizado. Sin embargo, la ejecución del movimiento es solamente una parte del desarrollo, siendo importantes los procesos cognitivos de percepción y toma de decisiones en la actuación deportiva. Blomquist, Luhtanen y Laakso (2001) sugieren que, con fines de investigación, podemos dividir el rendimiento en juego en componentes cognitivos y de destreza. Los componentes cognitivos incluirían el conocimiento y la toma de decisiones, mientras que el componente de destreza se correspondería con la ejecución motora. Por tanto, la calidad de la toma de decisiones en una situación de juego es tan importante como la ejecución de las destrezas motoras, siendo ambas determinantes para el rendimiento deportivo (Thomas, 1994). Bajo el enfoque de la psicología cognitiva el proceso de toma de decisiones está mediatizado por el uso del conocimiento que posee almacenado cada sujeto. De este modo, se han establecido diferentes tipos de conocimientos y se ha discutido sobre como actúan y se interrelacionan durante la actuación deportiva.

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Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº2.

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1. Introducción

El modelo tradicional de procesamiento de la información establece tres procesos secuenciales en el desarrollo de una acción motriz: percepción, toma de decisiones y ejecución del movimiento (Abernethy, 1996; Abernethy, Kippers, Mackinnon, Neal y Hanharan, 1997). Cuando adoptamos este modelo como referencia, el desarrollo de las destrezas motoras es enfatizado. Sin embargo, la ejecución del movimiento es solamente una parte del desarrollo, siendo importantes los procesos cognitivos de percepción y toma de decisiones en la actuación deportiva. Blomquist, Luhtanen y Laakso (2001) sugieren que, con fines de investigación, podemos dividir el rendimiento en juego en componentes cognitivos y de destreza. Los componentes cognitivos incluirían el conocimiento y la toma de decisiones, mientras que el componente de destreza se correspondería con la ejecución motora. Por tanto, la calidad de la toma de decisiones en una situación de juego es tan importante como la ejecución de las destrezas motoras, siendo ambas determinantes para el rendimiento deportivo (Thomas, 1994). Bajo el enfoque de la psicología cognitiva el proceso de toma de decisiones está mediatizado por el uso del conocimiento que posee almacenado cada sujeto. De este modo, se han establecido diferentes tipos de conocimientos y se ha discutido sobre como actúan y se interrelacionan durante la actuación deportiva. Son varios los autores que sitúan el conocimiento como condición previa para el aprendizaje de habilidades motrices complejas, realizando investigaciones que tratan de describir de forma precisa cómo está estructurado este conocimiento en los sujetos y en qué medida pueden ejercer su influencia en el rendimiento deportivo (Anderson, 1976, 1982; Chi y Rees, 1983; Fischer, 1980). Thomas, French y Humphries (1986) definieron el dominio del deporte como un sistema complejo de producción de conocimiento sobre la situación concurrente y eventos pasados, combinados con la habilidad del jugador para desarrollar las destrezas técnicas requeridas. Varios autores han sugerido que una base de conocimiento declarativo es necesaria para el desarrollo de estructuras más complejas de conocimiento procedimental (Anderson, 1976, 1982; Chi y Rees, 1983). Dada la conexión entre el conocimiento procedimental y la toma de decisiones en el deporte, Thomas y Thomas (1994) señalan que el desarrollo de este tipo de conocimiento es importante e interesante, y que posee un gran potencial de optimización. Ahora bien, ¿Cómo se desarrolla el conocimiento procedimental? ¿Cómo influye la edad y el incremento de la pericia sobre el desarrollo del conocimiento procedimental? (para una revisión, French y McPherson, 1999). La literatura específica sugiere dos aproximaciones. Primero: una cantidad determinada de conocimiento declarativo es precursor del conocimiento procedimental dentro de un área específica (Anderson, 1982; Chi, 1981; Chi y Rees, 1983) como puede ser el deporte. El conocimiento declarativo está representado por una serie de condiciones que se relacionan con diferentes opciones de acción y posteriormente en acciones concretas (McPherson y Thomas, 1989). Segundo: teniendo en cuenta que el desarrollo del conocimiento procedimental necesita un espacio de tiempo y de práctica amplio, no han sido elaborados todavía instrumentos directos que nos permitan medir la influencia de los factores relacionados con el desarrollo de este tipo de conocimiento. Enseñar a los jugadores a tomar decisiones correctas en el juego es una tarea compleja (Turner y Martinek, 1995). Han sido diferentes los intentos por desarrollar un programa de instrucción que combine el aprendizaje de las destrezas técnicas con los aspectos de toma de decisiones en el juego, para de este modo poder formar sujetos competentes. Asimismo, en la enseñanza de los deportes ha habido un enfoque predominantemente técnico quedando relegada a un papel secundario la comprensión de la dinámica del juego (Bailey y Almond, 1983).Dentro de las distintos modelos de enseñanza, nos encontramos con numerosos estudios que proponen unos u otros modelos, si bien todos ellos obtenían conclusiones inconsistentes sobre cual es la mejor forma de enseñar un deporte (Iglesias, 2005). Dentro de estos modelos encontramos distintas orientaciones como pueden ser: programas de enseñanza deportiva (más centrados en los aspectos técnicos del juego), programas de simulación deportiva en el laboratorio (Granda y Alemany, 2003) o programas de supervisión reflexiva (para la mejora de la capacidad de análisis de la decisión) (Iglesias, 2005). El programa de entrenamiento que a continuación exponemos se enmarca dentro de esta última aproximación El objetivo principal de este trabajo es exponer la metodología para llevar a cabo un entrenamiento cognitivo que nos permita desarrollar y mejorar las distintas variables tácticas que aparecen en el tenis.

2. Método

La metodología del presente estudio se basa en el desarrollo de un protocolo de entrenamiento cognitivo, basado en la aplicación de un programa audiovisual orientado a la reflexión del jugador, persiguiendo el objetivo de optimizar los procesos cognitivos implicados en la toma de decisiones de los tenistas, empleando para tal fin el visionado de imágenes sobre el comportamiento técnico-táctico de dichos deportistas, tanto en situaciones de entrenamiento como de competición. Para el desarrollo de la investigación se necesitará diverso material tecnológico. Se requiere una cámara de vídeo digital y una cámara S-VHS para la grabación simultánea del comportamiento táctico y el rendimiento de los jugadores durante los partidos de competición. Para el análisis táctico y del rendimiento que realizarán observadores entrenados específicamente para ello, es necesario contar con dos magnetoscopios con sus correspondientes monitores. Posteriormente, se informatizarán los datos obtenidos, con el objetivo de realizar un montaje de vídeo individual con los errores tácticos cometidos que servirán como punto de referencia para el análisis entre el investigador y el jugador. El programa de entrenamiento consistirá en el visionado y posterior reflexión de las propias acciones técnico-tácticas desde el punto de vista de la toma de decisiones. Tras finalizar cada uno de los partidos de competición que van a ser analizados, se realizará un montaje de vídeo independiente para cada uno de los sujetos donde se almacenarán las imágenes que contengan errores tácticos, y posteriormente tendrá lugar el entrenamiento cognitivo con cada uno de los jugadores. Esta reunión individual con cada uno de los deportistas tendrá las siguientes características: – una duración aproximada de cuarenta y cinco a sesenta minutos. – esta duración estará aproximadamente determinada por el número de acciones técnico-tácticas que serían las siguientes: cuatro servicios con error en la toma de decisiones, dos saques correctos, diez golpeos de fondo con error en la toma de decisiones y cuatro golpeos de fondo correctos. Las veinte acciones técnico-tácticas que se seleccionarán después de cada partido formarán el contenido de la sesión de intervención sobre cada tenista. Para el análisis de las distintas acciones técnico-tácticas incorporadas a la sesión de intervención seguiremos la siguiente estructura: 1. Visionado de las imágenes de vídeo: durante el cual cada sujeto tendrá la posibilidad de observar la secuencia de vídeo entre 2 y 3 veces, con el objetivo de poder realizar posteriormente un análisis más profundo y productivo. 2. Autoanálisis y reflexión por parte del jugador: donde será el sujeto quien deba realizar el análisis de su actuación en concreto. En primer lugar realizando una autovaloración numérica por escrito y posteriormente realizando una triple fase de: valoración – análisis causal – análisis de soluciones, tratando de aportar aquellas que, desde su propio punto de vista, ofrecen mayores garantías de eficacia táctica que la acción decidida y ejecutada en el juego real. 3. Intervención del experto: la actuación del experto va destinada a dirigir el proceso de autorreflexión del jugador, tratando de que sea él quien aporte las posibles mejoras, en la medida de lo posible. Por otro lado, no siempre habrá intervención como tal, sino que puede limitarse a reiterar lo ya expuesto y reflexionado por parte del jugador. Los puntos 2 y 3 anteriormente descritos, se desarrollarán de forma interactiva en el análisis de cada una de las fases establecida en el protocolo de intervención:

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