ENTRENAMIENTO DE VELOCIDAD: PRINCIPIOS (I)
Los Principios del Entrenamiento de Velocidad (1ª parte)
Lleno de sugerencias, el artículo nos sugiere las estrategias que funcionan para el entrenamiento de velocidad aplicado destacando los errores más comunes cometidos en esta área. Se pone especial hincapié en el tiempo empleado en cada sesión destinada al entrenamiento de la velocidad…
El desarrollo de la velocidad quizás no encabeza la lista de una persona promedio que está preocupada por los componentes fitness generales tales como fuerza, fitness aeróbico, flexibilidad y composición corporal. Sin embargo, el éxito en varios deportes depende mucho de la velocidad; por lo tanto se necesita discutir sobre algunas de las ideas generales sobre el desarrollo de la velocidad y cómo entrenarla.
La velocidad máxima y la producción de potencia máxima van de la mano y, como resultado, el entrenamiento para la velocidad de sprint máxima debería ser similar al entrenamiento para la energía muscular máxima en la sala de pesas. Ambas características dependen altamente de una elevada tasa de producción de fuerza la cual, se “comunica” con el sistema neuromuscular y con a la capacidad del cuerpo para reclutar un número máximo de unidades motoras/fibras musculares para la tarea dada.
Uno de los errores más grandes cometidos en el entrenamiento de velocidad es la sincronización. Para los deportes de equipo como el fútbol, basket y fútbol (europeo), el trabajo de velocidad se realiza con frecuencia, al final de la sesión. Quizás la explicación es que si el trabajo de velocidad se realizara antes de la práctica, los jugadores no estarían tan frescos y éste podría ser un supuesto correcto. Sin embargo, cuando el desarrollo de la velocidad se da al final de la práctica, el cansancio del trabajo/práctica previa, a pesar de parecer insignificante, comprometerá el entrenamiento de velocidad. El sistema neuromuscular se encuentra altamente propenso al cansancio (particularmente a intensidades altas) y es poco probable que el 100% del esfuerzo sea posible siguiendo la sesión de práctica regular. Tomemos el ejemplo de entrenar la energía total con pesos explosivos.
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¿Qué Preparador de Fuerza expondría a sus deportistas a realizar levantamientos de alta intensidad, justo después de una sesión de estímulo físico significativo (como una sesión práctica de equipo)?
La respuesta es “no muchos entrenadores” porque se dan cuenta de que la calidad de las pesas y la capacidad para generar energía máxima será puesta en peligro de una manera significativa. La excepción podría ser cuando las restricciones de tiempo piden este formato.
A lo largo de estas mismas líneas, las ideas de arriba deben ser sopesadas con el hecho de que el tiempo es sumamente valioso y se deben determinar las prioridades, lo que frecuentemente requiere que el trabajo de velocidad sea realizado en condiciones neurofisiológicas más que óptimas. Sin embargo, tener atletas que trabajan en ejercicios de velocidad cuando no están al 100% puede ser en realidad algo beneficioso, ya que es un deporte específico en el que se necesita con frecuencia que ellos se den al máximo en estado de cansancio. Uno debe tener en mente, sin embargo, que la velocidad de entrenamiento consistente en un estado de fatiga es poco probable que produzca resultados óptimos en términos de desarrollo de velocidad absoluta.
La sincronización puede ser una línea excelente para los entrenadores de marcha, en especial con los atletas estudiantes, cuando hay solamente algunas oportunidades de que los atletas puedan entrenar durante un día determinado y una cantidad limitada de tiempo de contacto para la práctica y el entrenamiento supervisado. Quizás no hay una respuesta correcta que satisfaga el deseo del entrenador para los atletas de dar el 100% durante las prácticas así como durante el entrenamiento de velocidad. Si el tiempo de contacto es limitado, algo tiene que darse.
No obstante, como sólo se trata del entrenamiento de resistencia tradicional para el desarrollo de la potencia no se requiere dedicar cinco o seis días a la semana para una habilidad específica; el entrenamiento de sprint puede ser realizado dos o tres días a la semana con buenos resultados, si las sesiones son de muy buena calidad y se efectúan cuando los atletas están más frescos. Estos días de entrenamiento de sprint podrían estar ubicados estratégicamente en días destinados a ver un video, dar paseos o aprender nuevas estrategias/técnicas, de forma que la fatiga neuromuscular no se convierta en un problema. El inconveniente principal con un formato como éste es que hay un periodo muy pequeño de recuperación durante una semana lo que también puede provocar problemas. Al final, el régimen específico de entrenamiento requiere ser adaptado a la rutina global del individuo o del equipo dando especial atención a los factores antes mencionados.
Autor: Joseph M. Warpeha, MA, CSCS
Artículos de esta serie:
- Los Principios del Entrenamiento de Velocidad (1ª parte)
- Los Principios del Entrenamiento de Velocidad (2ª parte) (Próximamente)
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