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15 May 2012

Caracterización antropométrica de los jugadores de base de un club de fútbol de élite

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El presente estudio pretende analizar la composición corporal de los jugadores de categorías base de un equipo de fútbol de élite, con el fin de obtener un perfil antropométrico de jugadores de futbol en edad de formación.

Autor(es): Gustavo González Portal y Federico Mallo Ferrer
Lab. Endocrinología. Depto. Biología Funcional y Ciencias de la Salud. Centro Investigacioens Biomédicas (CINBIO). Universidad de Vigo

Congreso: IV Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y la Educación Física. (VIII Seminario Nacional de Nutrición, Medicina y Rendimiento Deportivo)
Pontevedra, España, 10-12 Mayo 2012
ISBN: 978-84-939424-2-7
Palabras Clave: :Body Mass Index, Children, Body Composition, Anthropometric.

Caracterización antropométrica de los jugadores de base de un club de fútbol de élite

RESUMEN COMUNICACIÓN/PÓSTER

Entre las formas de valoración de la composición corporal, el IMC es indicativo genérico de la relación entre el peso y la talla de los individuos e indirectamente refleja de forma aproximada el porcentaje de grasa corporal, pero depende además de otros parámetros como la edad, raza o nivel de actividad física. En este estudio presentamos la caracterización antropométrica de futbolistas de base de un club de élite y el grado de adecuación entre IMC y porcentaje de grasa estimado. Se estudiaron 65 sujetos de entre 8 y 15 años mediante antropometría convencional incluyendo medición de pliegues cutáneos, relación cintura-cadera, talla, peso y circunferencias medias en extremidades superiores e inferiores. La valoración según el IMC reveló que el 26.7% de 8-9 años, 8.3% de 10-11 años y el 18.4% de 14-15 años presentaron sobrepeso al superar el percentil 85 para su edad corregida.

La estimación del porcentaje de grasa determinada mediante las ecuaciones de Siri es del 17% para los sujetos de 8-9 años y 18% para los sujetos de 10-11 años y 14-15 años. La comparación relativa entre la proporción de masa grasa estimada y el IMC reveló que el 50% de los sujetos con un IMC elevado, no se debía a un exceso de grasa, si no a un elevado grado de masa magra. Por otra parte, un 16% de los sujetos con IMC dentro de los rangos de normalidad presentaron valores elevados de masa grasa, indicando un escaso desarrollo muscular. Por último el porcentaje de grasa estimado presenta una buena correlación con la posición de juego, de manera que cuanto más defensiva es su demarcación en el campo mayor porcentaje de grasa medio.

Al igual que ocurre en deportistas adultos de élite el IMC es un mal indicador del porcentaje de grasa en futbolistas de base. La plico-antropometría resulta así necesaria para la caracterización morfométrica y estimación de la composición corporal en los futbolistas de base. En estos, existe un porcentaje de sobrepeso importante aunque ligeramente inferior a la población general y que se reduce a medida que el jugador sube de categoría y con la edad. Para el desempeño del futbol base, el mantener un porcentaje de grasa bajo resulta relevante en mediocampistas y delanteros.

1. Introducción

El presente estudio pretende analizar la composición corporal de los jugadores de categorías base de un equipo de fútbol de élite, con el fin de obtener un perfil antropométrico de jugadores de futbol en edad de formación.

La mayor parte de los estudios de la literatura analiza este perfil en sujetos adultos y creemos de especial relevancia conocer estos datos para la base y así poder llevar un mayor control, para que la formación y el rendimiento del deportista sean óptimos.

Para ello se utiliza una muestra correspondiente a las categorías base a la cual se le realizaron mediciones directas de parámetros corporales y posteriormente fueron analizados y comparados mediante percentiles adecuados a su edad corregida.

En la literatura consultada no hemos encontrado datos de referencia para establecer una relación directa con nuestro estudio, así que los datos obtenidos han sido comparados con diferentes estudios para estas edades, pero realizados para la población general y no específicamente para deportistas.

Todo esto nos ayudará a detectar posibles casos de sobrepeso, exceso de grasa y todo aquello que perjudica el rendimiento de estos jóvenes. Estos datos tienen mucho interés debido al creciente índice de sujetos con sobrepeso y obesidad entre la juventud española.

A priori creemos que al tratarse de una población no sedentaria, el número de casos que presentan estas patologías debería ser mínimo.
Por otro lado deducimos que el índice de masa corporal no será un valor de referencia en este tipo de población por sus características deportivas.
Su principal inconveniente es considerar todo el exceso de peso, a un aumento de la masa grasa, algo que no es cierto en determinadas razas por su mayor densidad corporal y en poblaciones deportistas.

Creemos que debemos tener en cuenta esta circunstancia por el grupo de sujetos estudiado pero que hay que prestar atención a la relación con el porcentaje de grasa corporal para la valoración de los jugadores.
El estudio de la composición corporal es un componente clave en la salud y en el perfil de condición física de cualquier persona (el exceso de masa grasa reduce la eficacia del sistema locomotor).

Por último debido a los diferentes esfuerzos que realizan los jugadores en función de su demarcación, creemos que habrá diferencias en su perfil antropométrico tipo.
En España se estima que la prevalencia del sobrepeso y obesidad en la población infantil y juvenil (2 a 24 años) es respectivamente 12,4 % y 15,6 % (SEEDO, 2007). 

 

Partimos de la premisa de que los niños que realizan actividad física monitorizada fuera del horario escolar  tienen menos grasa corporal y menor sobrepeso (Hoyo & Sañudo, 2007), por lo tanto al tratarse de niños con actividad física elevada nos los esperamos encontrar dentro de los percentiles de normopeso, entre 5- 85, y alejados del sobrepeso, con un porcentaje de grasa entre el 8% al 20%   que sería un porcentaje adecuado para población deportista e inadecuado bien por defecto o por exceso respectivamente, cuando no llega o supera dichos valores.

Para el cálculo de estos percentiles y porcentajes de grasa se realizaron medidas antropométricas antes y durante las sesiones de entrenamiento semanales de estos jugadores.

La  finalidad de las medidas antropométricas es establecer la composición corporal, ya que  son parte del conjunto de variables relacionadas con el rendimiento.

Es importante considerar que conforme aumenta el porcentaje graso se reduce la eficacia del sistema locomotor. Los futbolistas senior de élite muestran promedios de grasa menores al 10% (Villa et al, 1999; Santos el al, 2002; Casajús, 1997; Rico, 1997).
Wilmore (1986), también comenta que para un nivel adecuado de “fitness” los expertos recomiendan porcentajes de grasa corporal en varones cercanos al 12%.
Por tanto y considerando que la mayoría de los sujetos estudiados están en la etapa de crecimiento no se recomiendan valores por debajo del 8-9% de grasa corporal, pero si lo más cercanos a 12% sería lo aconsejable para un buen rendimiento físico, aunque se echan en falta más estudios sobre estos parámetros en jóvenes.

2. Material y método

Se ha realizado un estudio antropométrico en 65 sujetos pertenecientes a las categorías (benjamín, alevín y cadete) del fútbol base de un club de élite.

A cada uno de ellos se les ha asignado un código antes de comenzar las mediciones, de forma que se pudieran tratar los datos de una forma totalmente anónima pero que a su vez, tras el análisis de las variables antropométricas, se pudiera volver sobre esta identificación para así poder intervenir nutricionalmente sobre aquellos sujetos concretos que lo pudiesen necesitar para mejorar su salud y/o su rendimiento deportivo.

Dichos sujetos tienen edades comprendidas entre los 8 y los 15 años y organizados por categorías de la siguiente forma:

  • Benjamines, n=15, 9.42 años ± 0,40
  • Alevines, n=12, 11.30 años ± 0,49
  • Cadetes, n=38, 14.85 años ± 2.15

 

La recogida de datos se realizó en varias sesiones entre las 16.00 h y las 21.00 h, coincidiendo con los entrenamientos de las diferentes categorías en las instalaciones de A Madroa (Vigo), durante los meses de marzo y abril de 2011 (final del periodo competitivo).

Todos los parámetros antropométricos han sido evaluados en la sala destinada a los fisioterapeutas del equipo y empleando el siguiente material:

  • Tallímetro con precisión 1 mm propiedad del club.
  • Báscula con precisión 100g. propiedad del club.
  • Cinta métrica con precisión 1 mm.
  • Plicómetro modelo Holtain con precisión 0.2 mm, cedido por la universidad de Vigo

Se ha realizado la medición directa de los siguientes parámetros antropométricos:
Estatura; peso; perímetro cintura y cadera; pliegues tricipital, bicipital, subescapular, suprailíaco y abdominal; perímetro medial  de cada uno de los muslos; longitud de cada una de las extremidades inferiores; perímetro braquial de ambos brazos.

Asimismo se ha reflejado la fecha de nacimiento, fecha de la medición, posición en la que juega y lateralidad dominante (de pierna y mano respectivamente en caso de que difieran).

El resto de los han sido calculados mediante las siguientes ecuaciones:

  • Índice de Masa Corporal (IMC) o Índice de Quetelec (1833): Es el cociente del peso del individuo (en kg), entre su talla al cuadrado (en m). Se han aplicado las correcciones según la edad, y luego se trasladaron a las tablas de percentiles de IMC según la edad de la OMS.

  
Se han considerado, según el CDC (2000), los siguientes criterios de sobrepeso:

Tabla 1. Caracterización antropométrica de los jugadores de base de un club de fútbol de élite

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 21

 

 

El IMC es el método de referencia para el diagnóstico de la obesidad y se correlaciona directamente con el riesgo de episodios cardiovasculares. (SEEDO, 2007)
El estudio de la composición corporal es un componente clave en la salud y en el perfil de condición física de cualquier persona (el exceso de masa grasa reduce la eficacia del sistema locomotor).

Su principal inconveniente es considerar todo el exceso de peso, a un aumento de la masa grasa, algo que no es cierto en determinadas razas por su mayor densidad corporal y en poblaciones deportistas. Aunque debemos tener en cuenta esta circunstancia por el grupo de sujetos estudiado y prestar atención a la relación con el porcentaje de grasa corporal para la valoración de los jugadores, está demostrado que un elevado IMC es perjudicial sea por exceso de grasa o por una hipertrofia muscular elevada.

  • Índice cintura-cadera: Cociente entre el perímetro de la cintura y el de la cadera respectivamente.

 

Los estudios indican que una relación entre cintura y cadera superior a 1.0 en varones y a 0.9 en mujeres está asociada a un aumento en la probabilidad de contraer diversas enfermedades (diabetes mellitus, enfermedades coronarias, tensión arterial, entre otras), según la OMS.

  • Porcentaje de grasa: se empleó la fórmula de Siri (1961),

% de masa grasa = (4,95/D – 4,5) x 100.

El cálculo de la densidad corporal (D), se realizó según la fórmula de Durnin & Rahaman (1967) aplicada para niños,
D = 1,1533 – 0,0643 x log S, donde S = sumatorio de 4 pliegues corporales (tricipital, bicipital, subescapular y suprailíaco).

Además de los datos de la altura, peso, edad,  IMC,  pliegues, porcentaje de grasa, masa grasa y masa magra, se calcularon los estadísticos de media, rango, desviación típica y varianza, con el fin de conocer la homogeneidad y dispersión de datos dentro de cada una de las categorías muestreadas.

3. Resultados

Consideramos guiándonos por los datos del CDC (2000), valores elevados aquellos que se sitúan entre el percentil 85 y el 95 de las 3 variables, y valores excesivamente altos los mayores del percentil 95.

Por otro lado, en cuanto al porcentaje de grasa corporal hemos hecho el cribado considerando desde el 8% y hasta el 20% un porcentaje adecuado para población deportista e inadecuado bien por defecto o por exceso respectivamente, cuando no llega o supera dichos valores. Además los individuos por encima de 25% de grasa corporal los hemos clasificado como porcentaje muy excesivo, que no solo conllevaría una bajada en el rendimiento deportivo, si no problemas de salud considerables.  

Aunque no existe en ninguno de los 65 sujetos estudiados, valores de índice de Masa Corporal por encima del percentil 95 para su edad y por tanto de obesidad, dato que era de suponer a priori por el tipo de población, si que es llamativo el dato de que siendo una población que realiza actividad física al menos 4 días por semana (3 entrenamientos + 1 partido), el 19.4% tenga sobrepeso (IMC por encima del percentil 85). Tampoco hay ningún caso de malnutrición (por debajo del percentil 15).

Comparando los valores en sus respectivas categorías obtenemos los siguientes porcentajes de sobrepeso: benjamines 26.7 %, alevines 8.3% y cadetes 18.4%.
En cuanto al valor del percentil de IMC medio por categoría: benjamines percentil medio 69, alevines percentil 60 y cadetes percentil 72.

En referencia a la composición corporal, los porcentajes de masa grasa medios están entre el 17-19% para cada una de las categorías.

15 de los 65 sujetos tienen un exceso de grasa (>20%) y 2 de ellos valores por encima de 25% de grasa corporal, por lo que ambos son serios candidatos a la intervención nutricional individualizada.

Además si comparamos estos resultados por puesto en el terreno de juego, observamos un dato bastante peculiar; los porteros son más propensos a superar el 20% de masa grasa corporal (40%), seguidos de centrales (28%), laterales (23%), medios (17%) y por último delanteros(11%).

De los 14 sujetos con IMC elevado tan solo 7 (50%) tienen un exceso de masa grasa.
Por contrapartida 8 de los sujetos que tienen valores de IMC adecuados poseen un exceso de masa grasa (16%).

4. Discusión

Creemos de especial relevancia destacar, sobre todo en este tipo de poblaciones deportistas, la escasa relación del IMC con respecto al porcentaje de grasa.
De los 14 sujetos con IMC elevado tan solo 7 (50%) tienen un exceso de masa grasa.
Por contrapartida 8 de los sujetos que tienen valores de IMC adecuados poseen un exceso de masa grasa (16%).

Por tanto y a la luz de las conclusiones anteriores consideramos que si bien para la población general el índice de masa corporal es un valor útil para valorar el estado nutricional, en el caso de la valoración deportiva se deben de personalizar los resultados a cada individuo, puesto que la cantidad de masa muscular es un valor importante de confusión y en esta población además este volumen es superior a la población general para la que se ha estandarizó el índice de masa corporal.

Para la correcta valoración de un deportista de elite se debe de realizar una antropometría u otro procedimiento para conocer el porcentaje graso y muscular de nuestros deportistas.

Aunque no existe en ninguno de los 105 sujetos estudiados, valores de índice de Masa Corporal por encima del percentil 95 para su edad y por tanto de obesidad, dato que era de suponer a priori por el tipo de población, si que es llamativo el dato de que siendo una población que realiza actividad física al menos 4 días por semana (3 entrenamientos + 1 partido), el 19.0% de los sujetos tenga sobrepeso (IMC por encima del percentil 85).
Esto refleja la tendencia en el aumento de la prevalencia de la obesidad y sobrepeso entre la población joven, como podemos ver si lo comparamos con el estudio enKid realizado en España sobre una muestra aleatoria representativa de la población con edades entre 2 y 24 años, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es respectivamente 12.4 y 13.9%.

En referencia a la composición corporal, los porcentajes de masa grasa medios están entre el 17-20% para cada una de las categorías.
Dentro de los límites saludables, pero algo elevados teniendo en cuenta el tipo de población deportista y el rendimiento buscado en ellos, según acabamos de ver.
Es importante considerar que conforme aumenta el porcentaje graso se reduce la eficacia del sistema locomotor. Los futbolistas senior de élite muestran promedios de grasa menores al 10% (Villa et al, 1999; Santos el al, 2002; Casajús, 1997; Rico, 1997). Wilmore (1986), también comenta que para un nivel adecuado de “fitness” los expertos recomiendan porcentajes de grasa corporal en varones cercanos al 12%. Por tanto y considerando que la mayoría de los sujetos estudiados están en la etapa de crecimiento no se recomiendan valores por debajo del 8-9% de grasa corporal, pero si lo más cercanos a 12% sería lo aconsejable para un buen rendimiento físico.
Por último si comparamos los resultados por puesto en el terreno de juego, observamos un dato bastante peculiar; los porteros son más propensos a superar el 20% de masa grasa corporal (40%), seguidos de centrales (28%), laterales (23%), medios (17%) y por último delanteros (11%).

Sería interesante en estudios posteriores conocer si esta relación es una consecuencia  de la distancia recorrida en los partidos según la posición y ver si esto se cumple en una población de estudio mayor. Por tanto dejamos abierta nuestra investigación a futuros estudios en una muestra mayor.

5. Conclusiones

  • Se ha encontrado un porcentaje de sobrepeso medio bastante elevado (19.4%) para las características que tienen los sujetos estudiados: deportistas, con un factor de actividad elevado

 

  • Este IMC elevado (percentil > 85: sobrepeso) en muchos casos (50% de los sujetos)  no se debe a un exceso de masa grasa, sino que se debe a un elevado grado de hipertrofia muscular  especialmente cadetes y juveniles.
  • Así mismo nos encontramos con deportistas con índices de masa corporal bajos y valores de porcentaje graso mayores de los esperados para ese IMC, de manera que el 14%  de los sujetos con IMC normales tienen valores superiores al 20% de masa grasa, indicando un escaso desarrollo muscular.

 

  • Existe una relación entre la posición en el terreno de juego y el porcentaje de presentar grasa corporal >20%. Cuanto más defensiva es la posición, mayor es el número de casos de exceso de masa grasa.

Por tanto y a la luz de las conclusiones anteriores consideramos que si bien para la población general el índice de masa corporal es un valor útil para valorar el estado nutricional, en el caso de la valoración deportiva se deben de personalizar los resultados a cada individuo, puesto que la cantidad de masa muscular es un valor importante de confusión y en esta población además este volumen es superior a la población general para la que se ha estandarizó el índice de masa corporal.

Para la correcta valoración de un deportista de elite se debe de realizar una antropometría u otro procedimiento para conocer el porcentaje graso y muscular de nuestros deportistas.

 

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