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1 Oct 2014

El entrenamiento psicológico en los deportes colectivos con Germán Diorio

Nuevos Másteres 2021 - EntrevistasSobre Germán Diorio

Es licenciado en psicología, especialista en deportes y conducción de grupos. Fue psicólogo de los equipos de fútbol profesionales del San Martín de Corrientes y el Quilmes, y actualmente trabaja como profesor de psicología en el deporte para la Universidad Nacional de San Martín, en Argentina, y como consultor psicológico y coach.

Alto Rendimiento: –¿Qué rol desempeña la psicología en el rendimiento personal y deportivo?

Germán Diorio: –Bueno, es difícil explicarlo en pocas palabras porque en realidad el estudio o el trabajo de la psicología del deporte ha avanzado mucho en los últimos tiempos e incluso en los últimos tiempos ha cambiado mucho la concepción de la psicología tradicional respecto a lo que era años atrás. Tratando de no extenderme mucho pero sí para poner un poquito un marco a esta situación, lo que suelo usar de ejemplo es que años atrás la psicología era solamente para aquellos que tenían problemas graves y que necesitaban ayuda profesional. Y en los últimos años ha cambiado mucho con el concepto de la autoayuda o con el concepto de la prevención. En el deporte básicamente pasa lo mismo. El psicólogo no está solamente para atender al goleador del equipo que tiene un problema personal o un problema de personalidad, sino para trabajar un montón de situaciones que van desde manejo de ansiedad, estrés y depresión, lógicas, normales en toda actividad que implica presiones y estrés, pero también para potenciar talentos, para trabajar la capacidad de concentración, para prevenir estados, para mejorar la motivación, para mejorar la interrelación o la capacidad de liderazgo de acuerdo al puesto en el que uno se desempeña. O sea, en realidad los factores a atacar habitualmente son muchísimos y a veces no alcanza una temporada entera como para poder aplicar un montón de cosas. Siempre quedan cosas por hacer porque la vida y las personas somos cambiantes y nos movemos en ese terreno que lleva a que sea tan difícil definir qué es lo que hace un psicólogo del deporte. Básicamente me toca, en cada equipo es una historia diferente y con cada paciente es una historia diferente, nunca se repite el manual de procedimientos.

Alto Rendimiento: –¿Qué contenidos integrarían este entrenamiento psicológico?

Germán Diorio: –Los contenidos son muy amplios, básicamente lo que trato de hacer siempre cuando trabajo con un paciente individual, es también lo mismo que trabajo cuando me toca elaborar un equipo, es apuntar al autoconocimiento para saber a partir de ahí de cuál es el camino a seguir. Una de las cosas que más le pasa al paciente tradicional y, obviamente también al paciente deportivo, es que no conoce mucho de su interior, mucho de quién es, de cuáles son sus potencialidades, de cuáles son las cosas que lo ponen bien, las cosas que lo ponen mal. Habitualmente son cosas que cuando las digo en una charla o en una entrevista parecen obvias pero que cuando las empecé a trabajar en uno contra uno la persona habitualmente se da cuenta que no conoce mucho de sí mismo, conoce de lo que los demás le devuelven que uno es o conoce de lo que cree que conoce y no realmente de… “Bueno, me pone bien estar alegre y mi mejor estado es estar alegre”. Bueno, tratá de ir a la cancha alegre. O “me pone bien estar concentrado, serio, con un poquito de enojo”. Bueno, tratá de estar en ese estado para jugar y tratá de hacer cosas que te lleven hacia ese estado porque es tu mejor estado competitivo. En la vida y en la cancha pasa habitualmente lo mismo y el autoconocimiento es la herramienta clave para, a partir de ahí, ver si mi estado es de poca concentración porque suelo ser un tipo, no sé, colgado o distraído y bueno, habrá que trabajar más la concentración. Si me cuesta motivarme, habrá que ver por qué me cuesta motivarme. Y si me cuesta otro tipo de situaciones o superar bloqueos o superar malos momentos durante los partidos, habrá que tratar de ver ese tipo de situaciones para tratar de corregir. Por eso siempre digo que todo grupo es un mundo diferente y que los manuales sirven solamente de punto de referencia, después hay que ver en la cancha qué es lo que uno aplica y de qué manera.

Alto Rendimiento: –Todos estos contenidos que has venido citando: motivación, concentración, ¿con qué medios y métodos se pueden trabajar?

Germán Diorio: –Básicamente con la interacción. La interacción es compartir, es conversar, el observar, el estar. Es muy difícil para los psicólogos del deporte lograr aceptación, al menos digo lo que pasa aquí en la Argentina. Lograr aceptación desde una posición de equidistancia, de toma de distancia. El mayor prurito o recelo que hay con los psicólogos aquí en la Argentina, en el deporte, claro, tiene que ver con que tratan de intelectualizar absolutamente todo y el deporte es una situación muy visceral que implica, inevitablemente que uno la haya vivido para comprender realmente qué es lo que es eficiente dentro de la cancha o en una situación de tensión. Entonces cuando uno, dentro de la función profesional, logra mimetizarse y hacer que el otro comprenda o se sienta que uno comprende lo que le pasa, a partir de ahí se puede empezar a aplicar métodos. El proceso de inserción del psicólogo dentro de los equipos es a veces largo y siempre es fundamental porque a partir de ese proceso de inserción es que uno va a lograr que el deportista tenga confianza para contarle sus cosas y para poder ayudarlo a superar los problemas que tenga.

Alto Rendimiento: –¿Cómo deben gestionarse las emociones en el deporte para favorecer así el rendimiento?

Germán Diorio: –Bueno, tenés dos o tres horas, ¿no? para que desarrolle todo esto, digo. Básicamente lo que voy a intentar hacer es poner -o lo que yo trato de hacer; y no: “Lo que hay que tratar”, porque parecería que fuera un dogma y una ciencia exacta y siempre digo que la psicología es la ciencia más inexacta de todas. En psicología 1 + 1 puede ser 2, 3, 5, 100 o menos 10. Uno nunca sabe. Entonces, no es lo que se debe hacer, sino lo que yo trato de hacer desde mi rol profesional, es tratar que cada uno descubra cual es su mejor estado emocional, ver cuál es su eje personal. Porque todos tenemos el punto ideal de cocción, por hablar en términos culinarios en una situación diferente, un tiempo diferente. Entonces, si uno necesita un estado emocional, porque ese es el que mejor lo lleva, hay que tratar de llevar a esa persona… Primero que la persona reconozca y se dé cuenta que ese es su mejor estado emocional y partir de ahí trabajando. Por eso a veces resulta tan difícil compatibilizar las cosas en los equipos. Porque algunos necesitan estar en un estado de relajación y concentración total, silencio, meditación; otros  necesitan estar excitados y enojados; otros necesitan estar alegres y distendidos y otros en un estado normal. Bueno, hay que tratar de, cuando uno labura en los equipos, tratar de compatibilizar todo eso y armonizarlo para que el equipo se ponga en una misma sintonía. Pero no hay un manual de procedimientos básicos que diga: “El mejor estado emocional para el deporte es este. Porque cada uno tiene una historia particular y un estado particular que lo lleva, aunque parezca redundante, a su mejor estado, a su mejor estado de rendimiento.

Alto Rendimiento: –¿Cuáles son, entonces, las claves para la óptima dirección de un grupo o un equipo deportivo?

Germán Diorio: –Yo uso siempre una palabra que es muy remanida, muy usada, muy gastada, y de la que todo el mundo habla hoy en libros y en conferencias y etc., que es liderazgo. Establecer desde la cabeza  un liderazgo claro. Cuando digo liderazgo, no es mandar, no es ordenar, no es dar directivas, sino un líder convence, seduce, arrastra, lleva. El convencimiento es el primer paso necesario para conseguir el compromiso entre los equipos deportivos. Y para convencer uno tiene que entrar en un punto de interacción y de empatía con el otro para que permita que el otro asimile, se saque las dudas y compre el formato que uno le está vendiendo como para poder hacer lo propio. Entonces, así las situaciones estratégicas de convivencia, de lo que sea, se van haciendo carne en todos los  integrantes del equipo, y todos los integrantes del equipo después, van en una comunión hacia un mismo lugar, y no pasa que una vez que un jugador para un lado, el otro tira para otro; uno juega para sus números o para sus estadísticas, y el otro juega para ganar para el equipo y empiezan a producir esos cortocircuitos dentro de la estructura del equipo que terminan llevando a que la energía se pierda y no fluya hacia el lugar hacia el cual el equipo necesita ir.

Alto Rendimiento: –¿Qué técnicas y estrategias usáis para mantener una óptima motivación en los equipos?

Germán Diorio: –Básicamente, el rol del psicólogo es estar al servicio del entrenador. El que supuestamente debería marcar las pautas de trabajo en este estilo es el entrenador, que es quien dirige a todo su cuerpo de trabajo: médico, nutricionista, quinesiólogo, preparador físico, entrenador asistente, utilero… El psicólogo es uno más dentro de esa estructura. Y yo suelo trabajar a partir de llevar los canales de motivación, o de lo que sea, de acuerdo a cuáles son las pautas o directivas que baja el entrenador. A veces las consensuamos, a veces uno puede aportar su visión de acuerdo a qué es lo que uno ve del grupo, pero básicamente el que maneja ese tipo de directivas debería ser el líder número uno, que es el entrenador. Como te decía hace un rato, cada grupo tiene una historia diferente. Y muchas veces me pasa que me escriben a la página, a la página de Facebook o al blog, o a donde sea, y me dicen: “Tengo un equipo tal, necesito motivarlo. ¿Qué puedo hacer?” Y la respuesta siempre es: “No sé”. Es imposible motivar a un equipo sin conocerlo. La motivación parte de adentro. La motivación para mí va a ser una y para mi equipo va a ser una, y para un equipo de otra situación va a ser otra. Entonces, lo básico para llevar, para lograr encender a alguien es saber cómo se lo enciende, y ver qué es lo que esa persona o lo que ese equipo necesita. Porque si yo voy a estar hablando de batallas épicas a alguien que sólo le interesa el dinero, no lo voy a motivar. Y si le voy a hablar de: “Hay que cuidar el dinero porque el año que viene vas a tener un mejor contrato” a alguien que lo que quiere es espíritu, comunión, grupo o que sueña con ser, no sé, Russell Crowe en la película Gladiador, el dinero no lo va a motivar. Entonces lo que hay que saber es qué hay dentro de ese grupo, cuál es el factor común con el cual podemos moverlo y a partir de ahí iniciar los canales de motivación para que el discurso realmente sea efectivo.

Alto Rendimiento: –¿Crees que existe diferencia en la exigencia psicológica que suponen los deportes de equipo respecto a los individuales y viceversa?

Germán Diorio: –Depende. En realidad es difícil tirar una opinión así a modo de sentencia. Realmente, lo que sucede es que a veces, depende como sea la persona y las características, es más fácil jugar al tenis, al golf o cualquier deporte individual. ¿Por qué? Porque no tenés que convivir, tenés un problema menos. No dependés de alguien que te pase la pelota o que te cubra en defensa para vos poder desarrollarte bien. Pero también tenés una interrelación que es con tu entrenador, con el fisioterapeuta, con el psicólogo, con todos los que tengas en tu equipo de trabajo. Y tenés que lidiar solo contra el rival que tenés delante cuando estás o en el ring, o en la cancha de tenis, o donde sea que te toque estar jugando tu deporte individual.  Del otro lado lo que cuesta más es compatibilizar  todas las energías y lograr que el equipo esté en sintonía. Pero no hay una diferencia y exigencia que yo vea  marcada y diga: “No, a este le conviene esto…” O sea, es una cuestión de predisposición natural y de acuerdo a cómo uno va siendo educado de chico. Hay gente que tiene tendencia y le gusta mucho estar solo y le gusta competir solo y no le gusta convivir tanto con gente y con equipos, y bueno, tal vez esa persona se desarrollará mejor en un ámbito de un deporte individual. Y lo mismo pasa para aquel que le guste la comunión y compartir y el espíritu de comunidad. Respecto al nivel de estrés yo después ya lo separo. Digo, cada deportista en un grupo o en un deporte individual es un mundo, y en realidad la diferencia es que el deportista individual trabaja solamente sus niveles de estrés que son más altos, porque nunca tiene ayuda de un compañero, pero debe trabajarlos individualmente; y el otro, el deportista colectivo, tiene que aprender a que no le afecte tanto lo negativo del resto, pero también tiene que trabajar sus propios niveles de estrés. Porque si salgo muy estresado le voy a estar pidiendo al compañero que me de una mano más grande y que desatienda sus propias funciones. En realidad, siempre le digo a los deportistas que hay que trabajar individualmente su situación para después poder adaptarse al resto, sea en un deporte individual o en un deporte colectivo.

Alto Rendimiento: –¿Qué cuenta tu libro El psicólogo del club?

Germán Diorio: –Básicamente, lo que cuenta es experiencias. Lo que traté de hacer, después de muchos años de leer cosas -y esto no va en desmedro de nadie, sino de respecto de colegas que hayan escrito libros-, sino lo que noté, habitualmente, es que de los libros de psicología, en todos los aspectos -no sólo en la psicología del deporte, sino en la psicología laboral cliniquera-, están escritos para psicólogos solamente. Salvo excepciones. No se escriben para la gente común. Y lo que traté de hacer aquí es volcar experiencias y situaciones concretas, que permitan que el deportista o que la persona se sienta comprendida  y que se sienta identificada, como para poder ver algún patrón básico que le pueda servir como herramienta para lidiar con su día a día. No es un libro de autoayuda, sino es un libro de presentación básicamente de qué es la psicología del deporte y cuáles son las cosas que afectan al deportista. Y toca algunos tópicos especiales -que son importantes para la vida del deportista y de los grupos- como la comunicación, la motivación, el liderazgo y, básicamente, el estado de concentración y foco. Lo fui haciendo a partir de historias salteadas. Suelo ver y trabajar mucho en el deporte y cuando algo me inspira lo escribo y lo vuelco. Y después lo que hice fue darle un hilo conductor, y tratar de enlazar esos contenidos como para que puedan ser llevaderos y dejen algún mensaje.

Alto Rendimiento: –Germán, y ya para terminar, ¿nos podrías quizás contar una de estas experiencias o cualquier otra vivencia que te haya marcado como psicólogo deportivo?

Germán Diorio: –En realidad no hay una, porque cada situación que me toca vivir la tomo con el mismo… No digo nivel de profesionalismo -porque queda como que, bueno, estoy vendiendo un rol- digo con el mismo amor y ganas de trabajar. Cada planteo que me toca es un desafío. Hay desafíos más difíciles que otros. Pero siempre que me toca afrontar una situación particular o que me llaman para trabajar, sea con un paciente individual o con un equipo deportivo, trato de encararla de la misma manera, con el mismo entusiasmo. Me gustaría… Siempre me queda la sensación, cuando termino un trabajo o cuando termino un proceso con un equipo, de que se podrían haber hecho muchas cosas, por eso que te decía al principio de la entrevista. Hay muchas cosas para hacer y no siempre se pueden desarrollar. Y el gran problema que tenemos los psicólogos, aquí en la Argentina, es que generalmente nos llaman en situaciones de crisis, cuando ya todo está muy complicado y uno tiene que ir como si fuera un bombero con la manguera a tratar de apagar incendios. Equipos que se están por ir al descenso o equipos que están en crisis y necesitarían estar mejor para pelear un campeonato. A veces las historias terminan bien. Por suerte he podido festejar algunos campeonatos. Pero también me ha tocado muchas veces situaciones de descenso tratando de apagar el fuego. Lo que uno se lleva como, no sé, lo que yo me llevo de esto, siempre lo digo, es la situación humana. Ver que alguien después tiene alguna palabra de agradecimiento: “Uf, esto me sirvió, gracias por esto, lo aprendí” o “Cómo extraño tal o cual situación”. Me ha tocado con deportistas chiquitos, de 12, 13, 14 años, y me ha tocado con deportistas profesionales, y las anécdotas o los recuerdos son inagotables, las palabras de agradecimiento y de disfrute de haber compartido momentos y de haber aprendido junto con cada uno de los que me tocó laburar son inagotables también. Y algunos me los guardo cuando viene algún presente o alguna camiseta, o algún recuerdo que siempre tengo ahí atesorada en algún lado porque me lleva a recordar situaciones, obviamente, lindas de trabajo compartido y momentos especiales con aquellos que se han entregado y que han venido por ayuda, y que por suerte, en la mayoría de los casos, terminan encontrando el camino hacia un lugar mejor.

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