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27 Ene 2012

La motivación hacia la práctica de la actividad física en el entorno escolar como factor determinate en la disminución de la obesidad infantil

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El presente trabajo pretende dar una visión de las tendencias actuales en cuanto a motivación desde una perspectiva científica, basada en el deporte y la relación que tiene con los nuevos planes contra la obesidad infantil que se están produciendo en España y en Andalucía.

Autor(es): Morente Oria, Honorato; Carrillo Aguilera, Sonia; Díaz Olaya, Ana María
Entidades(es): Facultad de Ciencias de la Educación. Departamento de Didáctica de la Expre-sión Musical, Plástica y Corporal (Universidad de Málaga). Campus de Teatinos, s.n. Málaga, 29071
Congreso: IX Congreso Internacional sobre la Enseñanza de la Educación Física y el Deporte Escolar
Úbeda 11 de Septiembre de 2011
ISBN: 9788461536665
Palabras claves: Motivación, obesidad infantil, actividad física, programa de intervención.

La motivación hacia la práctica de la actividad física en el entorno escolar como factor determinante en la disminución de la obesidad infantil

Resumen

El presente trabajo pretende dar una visión de las tendencias actuales en cuanto a motivación desde una perspectiva científica, basada en el deporte y la relación que tiene con los nuevos planes contra la obesidad infantil que se están produciendo en España y en Andalucía. Una vez analizados estos planes según varios autores y dando nuestra opinión, valoramos y analizamos esas intervenciones que por parte de las admi-nistraciones se están intentando llevar a cabo. Todo esto aderezado con la nece-sidad imperiosa de administrar los planes contra la obesidad, con dosis de motiva-ción y procurando que esta motivación pueda lleguar a ser intrínseca, para que se produzca unas actuaciones voluntarias y duraderas en el tiempo. En definitiva mostrar protocolos a seguir que podrían ayudar a reducir el porcentaje actual de obesidad infantil.

INTRODUCCIÓN

Según un estudio de Hernández (2007) el 50% de los escolares de más de 15 años nunca realiza actividad física fuera de los centros escolares. El objetivo de este trabajo es profundizar sobre el tema de la inactividad de los escolares y de sus posibles soluciones para revertir este dato preocupante, que no es el único; esto se realizaría a través de un desarrollo motivacional que ayude durante la for-mación de la personalidad a crear unas motivaciones intrínsecas a nivel global para una mayor práctica de actividad física con el consecuente descenso en la probabilidad de caer bajos los efectos de las enfermedades comunes no contagio-sas que es la consecuencia más preocupante a estos datos y que más preocupa a las instituciones.

Esta problemática no es sólo en España, muchos otros estudios realizan afirmaciones parecidas a nivel nacional e internacional referidos a distintos sec-tores de la población y no sólo en escolares, como el de Yang en 2008 titulado “Emergence of chronic noncommunicable diseases in China” en el que nos acerca a la realidad china y a la problemática que pasa el país en cuanto a problemas de salud relativos a enfermedades no contagiosas (obesidad, problemas cardiacos, problemas respiratorios, etc.), que el autor achaca en gran medida a la falta de una actividad física continuada. También destacamos estudios que relacionan la práctica de actividad física con la prevención de enfermedades y sobre todo coronarias que hoy en día afec-tan tanto a la sociedad actual, en este sentido observamos las conclusiones que transmiten Benson en un estudio de 2008 “Relationship between Subdomains of Total Physical Activity and Mortality” realizado sobre 14903 sujetos entre el Reino Unido y Holanda donde pretenden demostrar que las personas activas que reali-zan actividad física tienen menor riesgo de padecer enfermedades no contagiosas.

Estas conclusiones no vienen sino a confirmar la preocupación que se tiene sobre estos aspectos (inactividad física) y con un objetivo claro hacia la mejora de la salud; con una idea generalizada para mejorarla que es la realización de actividad física y un control de la dieta. Debido a resultados como estos acontecidos a lo largo de los años la Organización mundial de la Salud (WHO) propuso en 2002 en su 57 asamblea general, un plan de actuación para poner remedio a esta situación preocupante a nivel mundial. A esta estrategia la denominan “Global strategy on diet, physical activity and health” en su denominado “White Paper”, y a la campaña generada para ese efecto la llamaron “Move for Health” (WHO, 2003) en Morente, Cachón y Miranda (2009) en la que determinan unas recomendaciones mínimas a la hora de la práctica de la actividad física para la consecución de unos beneficios saludables que según la revisión de estos autores cifran en 30 minutos diarios de una actividad física de moderada intensidad y durante al menos 5 días a la semana para que se puedan reducir los riesgos de enfermedades comunes no contagiosas.

En este ámbito la Unión Europea (UE) también han realizado recomenda-ciones en torno a la realización de actividad física. La última en 2008 como resul-tado de las reuniones sucesivas de un grupo de 22 expertos para la realización unas recomendaciones más bien dirigidas a los responsables políticos de los es-tados miembros, debido al descenso en la práctica de actividad física; según las últimas estadísticas entre un 40 y un 60 % de la población de la UE lleva una vida sedentaria (UE, 2008). Este descenso según la UE (2008), se produce debido a la práctica de otras actividades de ocio más sedentarias como son el uso de los vi-deojuegos, la televisión o internet. Desde la UE lo que se está dando ahora mayor importancia es en la concienciación pública y en la divulgación para intentar incidir en el comportamiento de las personas y en sus hábitos de vida. Aquí ya estaríamos hablando de incidir en la personalidad de los individuos, que está muy relacionado con las motivaciones intrínsecas, punto de vista desde el que vamos a tratar esta ponencia.

En España no ha sido menor la preocupación sobre la práctica deportiva y el consejo superior de deportes organiza un estudio con periodicidad quinquenal para el estudio de los hábitos deportivos de los españoles (García Ferrando, 1982, 1986, 1991, 1997, 2001, 2006) que aunque enfocado desde una perspectiva so-ciológica (nuestra perspectiva es psicológica) nos ilustra sobre el grado de la prác-tica de actividad física a nivel nacional con unos datos cada vez más preocupantes en el que a partir del año 2000, el porcentaje de práctica de actividad física ha ido disminuyendo. Estamos a la espera de que salgan los resultados de la encuesta de 2010 pero las expectativas no son muy halagüeñas. Estas recomendaciones por estos organismos y todas las realizadas por di-versas organizaciones, gobiernos, juntas autonómicas, ayuntamientos, etc. no serán del todo efectivas sin incidir en la personalidad para que sean perdurables en el tiempo y les ayuden a realizar actividad física por ellos mismos porque como bien dice Ntounamis (2001), la práctica de actividad física juega un papel poten-cialmente importante en la mejora de la salud pública pero tendrán poco relevan-cia estas promociones si no están motivados para participar activamente en activi-dades físicas.

En este sentido esta ponencia va encaminada a buscar unos patrones de conducta motivados intrínsecamente por el propio individuo y para ello vamos a explicar las distintas teorías sobre motivación en el ámbito deportivo, los tipos de motivación que existen (intrínseca, extrínseca, amotivación), como poder llegar a lograrlos, así como algunas recomendaciones para su fomento. Antes de nada debemos diferenciar lo que son motivos hacia la práctica de una actividad y la motivación hacia la misma. En cuanto a los motivos para la rea-lización de actividad física después de una amplia revisión (Arruza y Arribas, 2001; Capdevila, Niñerola y Pintanel, 2004; García Montes, Rebollo, Martínez y Oña, 1996; Ruiz Juan y García Montes, 2005; Torre, Cárdenas y Girela, 1997 ) podemos ver que la mayoría de autores coinciden en señalar como el factor más importante para la realización de la actividad física a la diversión, sobre todo hasta la juventud, factor que se torna, entre la gente adulta, en una búsqueda de la salud, lo que lo convierte en el factor más determinante para realizar actividad física entre los adultos. También podemos ver diferencias en cuanto a las motivaciones para la práctica de actividad física entre sujetos activos y sedentarios, donde los sujetos activos “por ejemplo, puntúan más alto los motivos de diversión o bienestar, de control del estrés o de mejora de la condición física. En cambio, para los sedenta-rios, las urgencias de salud es el único motivo puntuado más alto” Capdevila, Niñerola y Pintanel (2004).

En referencia a motivación, debemos decir en cuanto a su definición y si-guiendo a Vílchez (2007) que se refiere a sus tres dimensiones: dirección, intensidad y duración. La primera representa las razones que le llevan, o no, a realizar una actividad; referente a la intensidad sería el esfuerzo que realiza para llevar a cabo esa actividad; por último la duración se refiere al tiempo que puede mantener el interés y el esfuerzo. De las teorías de la motivación existentes vamos a enumerar las más re-presentativas en el panorama científico relacionadas con la actividad física y el deporte; esto en base a las revisiones bibliográficas realizadas por Ntoumanis (2001), Standage y Treasure (2002) y Wang y Biddle (2001) lo que integran lo que han denominado como las Teorías de la Motivación y que ahora presentamos:

    • Teoría de la Auto-eficacia (Bandura, 1977, 1982, 1986)
    • Teoría de la Percepción subjetiva de Competencia (White, 1959)
    • Teoría de las Metas de Logro (Ames, 1987;Dweck, 1986; Maehr, 1974; Nicholls, 1978, entre otros)
    • Teoría Personal de Creencia de Habilidad (Duda, Fox, Biddle, y Armstrong,1992).
    • Teoría de la Autodeterminación (Deci y Ryan, 1985, 1991; Ryan y Deci, 2000; Ryan, 1982)

De las Teorías de la Motivación destacamos la teoría de las metas de Logro y la teoría de la Autodeterminación por ser las teorías con mayor impacto actual-mente. La participación en actividad física y deporte se ve condicionada en gran medida por el grado de motivación que mueve a la persona para la realización de dicha actividad. A su vez el aspecto motivacional se ve influenciado en la manera que la gente define el éxito, o lo que es lo mismo, lo que ellos interpretan que es la consecución del logro; según Hellín (2007) esta sería la base de la teoría de las metas de logro. Para la comprensión de los procesos motivacionales nos guiamos por la teoría de la Autodeterminación ya que no es una simple teoría, que como los pro-pios autores la denominan (Deci y Ryan, 2000) es una Macro-teoría del compor-tamiento humano que ahora explicaremos y en la que basaremos esta ponencia.

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TEORÍA

Teoría de la Autodeterminación

Esta es una Macro-teoría de la motivación humana está relacionada con el desarrollo y el funcionamiento de la personalidad dentro de contextos sociales. La teoría se centra en el grado en que los comportamientos humanos son voluntarios o de libre determinación – es decir, el grado en que las personas respaldan sus acciones con un alto nivel de reflexión y pleno sentido de la elección – (Ryan y Deci, 2000). Esta Macro-teoría también se utiliza para examinar una gran cantidad de procesos y fenómenos para el crecimiento integral de la personalidad, el funcionamiento eficaz, y el bienestar. Entre los tópicos de investigación que rezan en la página web de la teoría podemos encontrar desde las necesidades psicológicas básicas hasta las rela-ciones sociales y la autoestima. También cabe destacar las aplicaciones hacia donde está enfocada la SDT como la educación, medio ambiente, salud y como no el deporte, el ejercicio y la educación física entre otros.

La SDT está basada en una meta-teoría organiscistica-dialectica , que según los autores Deci y Ryan (1985), comienza con la suposición de que las personas son organismos activos, con tendencias innatas hacia el crecimiento y desarrollo psicológico, que se esfuerzan en dominar los retos actuales e integrar sus experiencias en un sentido coherente de sí mismo. Según los autores esta tendencia natural no funciona automáticamente, sino que tiene que nutrirse del entorno social para funcionar eficazmente. Para ellos el contexto social puede apoyar o frustrar las tendencias naturales hacia la participación activa y el crecimiento psicológico. Por lo tanto, la base la SDT para la predicción sobre el comportamiento, la experiencia y el desarrollo, es la dialéctica entre el organismo activo y el contexto social (Ryan y Deci 2000).

Esta Macro-teoría ha evolucionado a lo largo de las últimas tres décadas en base a cinco mini-teorías. Todas ellas fueron desarrolladas del laboratorio para dar explicación a las distintas motivaciones del ser humano. Teoría de la evaluación cognitiva se dirige hacia los efectos que produce el contexto social en la motivación intrínseca. Teoría de la integración organicista aborda el concepto de la internali-zación en especial con respecto al desarrollo de la motivación interna. Teoría de las orientaciones de causalidad describe diferencias indivi-duales en las tendencias de la gente hacia la conducta de la auto-determinación y la orientación hacia el medio ambiente de manera que apoya su auto-determinación. Teoría de la necesidades básicas que elabora el concepto de necesidad básica y su relación con la salud psicológica y el bienestar. Teoría de los contenidos de la meta que surge de las diferencias entre los objetivos intrínsecos y extrínsecos y su impacto en la motivación y el bienestar. Juntas estas mini-teorías constituyen la Teoría de la autodeterminación (SDT). Una vez conocida la SDT diremos que esta distingue entre tres tipos dife-rentes de motivación, en función de su procedencia:

      • Motivación Intrínseca: La motivación intrínseca (MI) se refiere a comprome-terse en una actividad por el placer y satisfacción que se derivan de su rea-lización y se entiende como un signo de competencia y autodeterminación. Mayor nivel de autodeterminación y relacionado con la personalidad.
      • Motivación Extrínseca: hace referencia a una serie de conductas que se llevan a cabo no por razones inherentes a ellas, sino por razones instru-mentales, es decir, se trata de conductas ligadas a contingencias externas.
      • Amotivación: el individuo no percibe contingencias entre sus conductas y los resultados de sus conductas; se siente incompetente y sin control sobre sus acciones, ya que no se encuentra ni intrínseca ni extrínsecamente mo-tivado. Este término no existe como tal en el diccionario de la Real acade-mia de lengua española pero hemos querido utilizarlo ya que los autores originales (Deci y Ryan 1985) así lo denominan queriendo denotar una au-sencia de motivación.

Para concretar un poco más el ámbito de actuación de la motivación vamos a explicar el modelo Jerárquico de Vallerand (1997) que partiendo de la SDT de-sarrollo un modelo Jerárquico de la motivación intrínseca y extrínseca (HMIEM). En este modelo distingue entre tres niveles de generalidad; situacional, contextual y global. Para él, el nivel situacional estaría situado en el nivel más bajo de esta je-rarquía y estaría identificado por la motivación que experimentan los individuos cuando se comprometen en una actividad en un momento determinado. Un ejem-plo sería una pachanga de Baloncesto la sensación hacia la captura de un rebote. El nivel contextual incluiría la motivación en un contexto específico o un área de la actividad humana como sería el lugar de trabajo, un equipo deportivo, el grupo de clase,, los amigos de la calle, etc. El nivel global es el escalón más alto de la jerarquía y se identificaría como una orientación general para interactuar con el medio, sería una representación de la personalidad. A nivel general se podría decir que una persona presenta una orientación global cuando realiza actividades por el placer y disfrute de la actividad sin otro objetivo externo (Hellín, 2007). Esta teoría argumenta que los contextos sociales que conducen a senti-mientos de competencia durante la acción, pueden desarrollar la motivación intrínseca. En función de esos niveles de generalidad podemos distinguir otros tantos factores sociales como determinantes de la motivación en este caso deportiva; factores situacionales variables presentes en un tiempo concreto (feedback en un momento concreto), factores contextuales presentes en un contexto específi-co (clima motivacional en clases de Educación Física), factores globales tienen un presencia tan dominante que son parte de la mayoría de los aspectos de una persona (vivir durante largo periodo de tiempo en un centro de alto rendimiento) (Hellín, 2007). La influencia de estos factores tendrá una repercusión importante en la motivación de los deportistas en distintos niveles y dependiendo del nivel al que afecte.

En principio los efectos de los factores motivacionales debería influir en su respectivo nivel (factores situacionales con el nivel situacional, etc.) y la motivación situacional en un caso concreto, en este ejemplo el Rugby, verse influida por la motivación contextual hacia el deporte únicamente; no lejos de ser la realidad hay autores como Provencher y Vallerand (1995) que advierten que a pesar de no ser los únicos factores contextuales y situacionales que influyen, en este ejemplo propuesto, en la práctica del Rugby, se pueden ver influenciados por otros contextos o situaciones, como pueden ser el contexto social, pero concluyen que el impacto de estas fuerzas debería ser más pequeño. También debemos tener en cuenta que existe una influencia entre los dis-tintos niveles y como denomina Hellín (2007) “arriba y abajo”, lo que quiere decir que existe una influencia en la jerarquía de la que estamos hablando, tanto de niveles bajos en escalafones superiores, como es la influencia del nivel situacional y su posible influencia en el nivel contextual, como al revés donde el nivel global podrá influir en el nivel contextual, por ejemplo que una persona tenga una motivación intrínseca alta en los rasgos generales de su personalidad influirá por ejemplo en una mayor motivación intrínseca en el ámbito deportivo.

CONCLUSIONES

Una vez analizado el termino Motivación y vistas la posibles influencias en el ámbito de la personalidad queremos dar unas recomendaciones en base a otros autores y a nuestras propias creencias y experiencias, para mejorar la situación delicada por la que atraviesa la sociedad moderna en referente a los problemas de salud acaecidos y que acontecerán si no ponemos remedio. En este sentido existe un Plan Integral de Obesidad Infantil (PIOBIN) de la Junta de Andalucía Martínez Rubio (2005) con vigencia en el periodo 2007/2012, similar a un Plan nacional de 2005, Estrategia Naos (objetivo: invertir la tendencia de obesidad). Del plan andaluz aún no existe constancia escrita de sus resultados y que como objetivos a medio plazo tenía el que dejara de aumentar esta problemática al mismo ritmo y a largo plazo reducirla con un porcentaje considerable. Está basada en la familia como centro del proceso, se busca una mejora de la salud en base a una buena alimentación y ejercitación física pero desde dentro, desde la involucración familiar, ya que ha día de hoy sigue siendo el primer y principal núcleo responsable de la formación y la educación de los hijos.

Las recomendaciones son que una vez diagnosticados los casos de obesidad se les siga en una planificación de al menos 6 meses desde el centro de salud u hospital, por medio del personal del centro. La problemática es que no existe coordinación en la práctica entre el personal sanitario y los centros educati-vos. En teoría debería ser un plan integral pero en la práctica no lo es. La conexión se limita a charlas por parte del personal sanitario en los centros educa-tivos pero debería haber una coordinación por ambas partes en la adecuación de un plan integral y que debieran seguirlo desde la escuela y fuera de ella.

Desde nuestro punto de vista como profesionales de la educación y del de-porte debemos proponer, primero una relación más estrecha y cercana con otros estamentos públicos como es la sanidad y realizar unos planes de actuación en nuestras clases de educación física o desde nuestro rol de entrenadores deporti-vos y utilizar unas estrategias de enseñanza que promuevan climas motiva-cionales favorables para la práctica deportiva y sin dejar de lado el tema nutricio-nal. En este sentido y siguiendo los resultados de las investigaciones coinci-dimos con Moreno y González-Cutre (2006) en señalar la necesidad de transmitir climas motivacionales que fomenten la autonomía, competencia y relación con los demás, entre los miembros del grupo, para lograr así una mayor motivación autodeterminada y consecuencias más positivas, como por ejemplo un mayor compromiso deportivo.

En el mismo sentido, las investigaciones revelan que los premios tangibles o recompensas, así como las amenazas, las fechas tope, las directivas, las eva-luaciones bajo presión y las metas impuesta disminuyen la motivación intrínseca (Ryan y Deci, 2000). También se ha demostrado que un entorno en el que exista una buena re-lación con otras personas potenciará la motivación intrínseca (Hellín , 2007) y co-mo hemos visto durante esta presentación potenciar la motivación intrínseca y más a nivel global, podrá influir en la personalidad y conseguir una práctica de actividad física duradera. Debemos tener en cuenta con respecto a los factores situacionales, según Loveland y Olley (1979), que el impacto de estos sobre la motivación situacional no tiene una larga duración, y especialmente si sólo se presenta una vez; es por ello que debemos de trabajar en este sentido los factores situacionales frecuente-mente para que afecten sobre el nivel situacional, este en el contextual y este a su vez en el nivel global.

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