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Valores antropmétricos en alto rendimiento
14 May 2015

Las valoraciones funcionales en el alto rendimiento con Juan Guerra Valencia

Nuevos Másteres 2021 - Entrevistas

Las valoraciones funcionales

Sobre Juan Guerra Valencia

Es graduado en ciencias del deporte por la Universidad Pablo de Olavide, fue uno de los ponentes en el Segundo Congreso Internacional de Deportes de Equipo, y es el director deportivo de Óptimo

Alto Rendimiento: –¿Qué son y para qué sirven las valoraciones funcionales dentro del deporte, y en especial dentro del alto rendimiento?

Juan Guerra: –Pues mira, es muy sencillo. Para que todos entendamos, todas las personas alguna vez hemos sido sometidos a algún tipo de valoración física. Bueno, todas, o las afortunadas que tenemos hoy derecho a ello .Te pongo un ejemplo, ¿alguna vez te has hecho una analítica? Igual que yo y otras personas, un día te sientes mal y acudes al médico. Éste nos manda una analítica para explorarnos y nos estudia una serie de parámetros relacionados con nuestra salud. Para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, estos parámetros deben estar dentro de una serie de valores, si alguno no lo está pues nos aplican un estímulo para corregirlo. Bueno, nosotros lo hacemos exactamente igual, sólo que en este caso se trata de un deportista. Analizamos la serie de parámetros que tenga que ver con su rendimiento para ver qué estímulos debemos aplicar.

Alto Rendimiento: –¿Cuáles son estos parámetros que vosotros diagnosticáis?

Juan Guerra: –Pues éstos dependen de las características de cada especialidad. Es el deporte el que nos marca qué capacidad debemos medir y cómo hacerlo. También el estudio que hay en torno a ello, aunque no es posible leer todos los artículos que son publicados hoy en día, sí se antoja necesario estar al corriente, por mal que suene no hay más remedio que realizar una criba y quedarnos con aquello de mayor evidencia científica. Y por supuesto los que tienen que ver con nuestro trabajo para que dichas valoraciones se sustenten sobre una base científica. Y luego muy importante es ser objetivo. No valorar por valorar, que los datos que vayamos a obtener sean necesarios para esa especialidad deportiva. Porque conocer el consumo máximo de oxígeno en un maratoniano es un dato muy valioso, pero en un golfista…

Alto Rendimiento: –Juan, posteriormente iremos más adelante con ello ¿Qué diferencias existen entre estas valoraciones funcionales y lo que son la pruebas médicas puramente dichas?

Juan Guerra: –No hay una línea exacta que la delimite. Hay polos opuestos, como una analítica y una prueba de velocidad. Pero una prueba de esfuerzo por ejemplo es considerada más una prueba médica que una prueba de valoración funcional. El hecho de que se realice en un laboratorio estando presente un médico, un fisiólogo, que son los que van analizando los datos que se van obteniendo del electro, el analizador de gases, el lactato. Para mí la principal característica es que aunque nos dan datos muy interesantes acerca del estado físico del atleta, no podemos planificar un entrenamiento con ello, o no debemos. Me explico: Una prueba de esfuerzo se realiza sobre una cinta de correr, un atleta de elite de 5000 metros va a realizar esta prueba. Y mientras más mililitros por kilogramo de peso de consumo de oxigeno tenga, mejor. Pero ese atleta no compite sobre una cinta sino en una pista, y debe realizar esta prueba allí. Los datos van a ser muy parecidos pero nunca van a ser iguales. Son estos los datos reales con los que debemos planificar un entrenamiento. Digamos que la principal característica es que las pruebas médicas son para llevar un control sobre la salud del deportista y las pruebas funcionales valoran las capacidades que les hacen rendir dentro del deporte. Datos que nos permitan aplicar posteriormente el estímulo adecuado.

Alto Rendimiento: –Juan, ¿qué es Óptimo y cuál es vuestra metodología de trabajo?

Juan Guerra: –Óptimo es una empresa de valoración funcional. El nombre viene por encontrar ese estado óptimo de forma o de rendimiento. Normalmente suelen ponerse en contacto con nosotros, al igual que lo habéis hecho vosotros, o desde un club, una federación, algún deportista en particular, algún preparador físico. Si desde aquí alguien estuviese interesado o quiere informarse sobre las pruebas que realizamos, nuestra página web es: optimosport.com. Nuestra metodología de trabajo, la forma ideal de trabajar es reunirse con los preparadores físicos. Por ejemplo, con un equipo de fútbol. Ellos en función de un calendario ya tienen planificada una temporada, y dentro de esa planificación introducimos una serie de valoraciones que conjuntamente creemos oportunas. Otras veces se ponen en contacto con nosotros para alguna valoración en concreto. Algún atleta para alguna competición señalada. O bien a mitad de temporada debido a que ha habido un cambio de equipo técnico dentro de un club, ha habido una serie de malos resultados y se va a empezar un nuevo proyecto.

Alto Rendimiento: –Juan, ¿cuáles son las pruebas específicas que realizáis en función del tipo de disciplina deportiva?

Juan Guerra: –Como te comenté anteriormente, depende de cada deporte. Cada disciplina reúne unas características diferentes. Por generalizar, las valoraciones de fuerza sí siguen un mismo protocolo, lo que cambia es la carga que debemos emplear para mejorar su rendimiento. Depende de esa especialidad, de resistencia. A un corredor de fondo le realizamos una prueba de esfuerzo y un test de campo para a través de su consumo de oxígeno, umbrales, niveles de lactato y otros parámetros, programarle un entrenamiento o darle esos datos a su preparador físico. En deportes intermitentes debemos aplicar un test más específico que también incorpore cambios de ritmo, tiempos de esfuerzo y tiempos de pausa. Una vez que pasamos este test, realmente vemos que jugadores están preparados para aguantar esas necesidades energéticas, cuáles están preparados para competir o no. Además de tener una referencia sobre las que planificarles un entrenamiento para mejorar. Si nos vamos al otro extremo del atletismo un corredor de velocidad. No vamos a realizarle una prueba de esfuerzo. No sólo porque no nos aporta nada sino que ese mismo test supone un entrenamiento negativo para él. Le vamos a valorar su velocidad, empleamos fotocélulas para medir su velocidad máxima, la aceleración, las distintas fases de una carrera, la pérdida de velocidad en los últimos metros. También la carga óptima de entrenamiento que les supone un lastre y otros parámetros biomecánicos que tengan que ver con su rendimiento, como el tiempo de apoyo, distinguiendo entre las fases de frenado y propulsión, la longitud de zancada, su frecuencia o el recorrido de centro de masa y los diferentes segmentos que intervienen como la rodilla, el tobillo, los brazos. Después, en un deporte donde corren en diferentes direcciones, además de medir la máxima velocidad o la aceleración valoramos también los cambios de ritmo. Principalmente para distinguir entre un lado y otro y ver si existe algún déficit de lateralidad porque es por ese déficit por lo que un jugador de baloncesto suele entrar siempre por el mismo lado y lo hace más fácil de defender. O el regate de un futbolista. Pero aparte de estudiar su velocidad y el tiempo que emplea en estas acciones lo más interesante es conocer cómo de preparados están para repetirla. El fútbol es un deporte intermitente, que como todos, se caracteriza por realizar muchas acciones de alta intensidad. Son de corta duración pero su repetición es lo que causa fatiga en los jugadores. Esa capacidad es la que merma el rendimiento de un jugador y de un equipo. Para ello realizamos un test de RSA que es la habilidad de repetir una serie de esprines con un tiempo de descanso. El valor más importante que obtenemos es un índice de fatiga el cual nos indica como de preparados están esos jugadores para competir. Aquellos que no lo están deben realizar un entrenamiento específico.

Alto Rendimiento: –¿Y a nivel de fuerza cuáles son las valoraciones qué realizáis?

Juan Guerra: –Para mí, la fuerza es la capacidad más importante dentro del deporte, de todo deporte que implique un rendimiento físico. Y hoy en día si queremos mejorar ese rendimiento es necesario monitorizar la carga de entrenamiento. Para ello empleamos un sistema dinámico de medida, uno en codo lineal como se conoce vulgarmente. Realizamos un test de los ejercicios más relevantes de cada especialidad y registramos parámetros como el desplazamiento, la aceleración, la fuerza, la velocidad, la potencia, etcétera. Posteriormente analizamos estos datos para obtener la carga óptima de entrenamiento. Otro aspecto interesante es que dentro del deporte el desplazamiento se produce por el impulso de una pierna y después de otra. Hay muchos estudios que resaltan este hecho y prueban que los deportistas de estas especialidades deportivas obtendrán un mayor rendimiento entrenando ambos miembros por separado. Para ello disponemos de estas herramientas, para analizar esas diferencias de fuerza, de velocidad o potencia. Esto no sólo es importante para individualizar la carga óptima de entrenamiento y mejorar el rendimiento, sino que al analizar y corregir el déficit que podemos encontrar entre una pierna y otra estaremos reduciendo cuantiosamente el riesgo de que se produzca una lesión. Te pongo el ejemplo de un jugador de baloncesto, el cual siempre salta a coger un rebote, cae sobre su pierna hábil. Pero es jugador no compite solo, ocupa ese espacio con otros oponentes. En alguna ocasión pueden tocarlo en el aire, modificar esa caída haciéndolo caer con su pierna débil. Lo normal es que no pase nada, pero tenemos muchos casos en los que desafortunadamente esa caída lo aparte durante toda la temporada de la competición. Valorar a un jugador no evita este hecho, lo reduce cuantiosamente. Pero lo que sí es seguro es que mejorara su rendimiento, ese jugador puede saltar cinco centímetros más y coger seis o siete rebotes más por partido. Si muchos partidos se ganan de un par de puntos imagínate la diferencia.

Alto Rendimiento: –¿Cómo compensáis estos déficits entre un lado y otro, entre una pierna y otra, etcétera?

Juan Guerra: –Ese déficit es una diferencia de la potencia que es capaz de desarrollar una y otra pierna. Si realizamos un ejercicio en el que empleamos ambas no corregiremos ese déficit. Incuso podemos incrementarlo. Porque la carga recaerá sobre la pierna fuerte y esta será la que siempre tenga una mayor implicación en ese movimiento. ¿Cómo compensarlo? Pues trabajando más esa pierna débil. Dos series con la pierna fuerte, y tres con la débil. Uno y tres, incluso hay ocasiones en la que la diferencia, muy significativa, se corre un gran riesgo de lesión, entonces la pierna fuerte directamente no trabaja. Sabemos cuál es la carga óptima de entrenamiento, para cada una, dependiendo del porcentaje de déficit, empleamos un volumen de trabajo u otro.

Alto Rendimiento: –¿Juan, a qué público se dirige Óptimo?

Juan Guerra: –A todo aquel, que quiera obtener un rendimiento. Desde deportes individuales, como atletismo, triatlón, tenis, natación, deportes de equipo como el baloncesto o fútbol, voleibol, rugby, hockey. El mundo del deporte, de por sí está sometido a continuas valoraciones, quién es más rápido, quien salta más, quien dispara más, fuerte, son objetivas, pero al fin y al cabo son valoraciones. Un entrenador percibe si un jugador ha engordado y está más pesado, y directamente piensa en ponerlo a correr un poco más que el resto. Esto es fantástico en el deporte amateur, pero cuando se pretende competir a cierto nivel, no nos vale. Hay que hilar mucho más fino sí se quieren obtener unos resultados.

Alto Rendimiento: –Ya para terminar, Juan, como director de Óptimo, ¿Qué recomendaciones darías a los deportistas que nos puedan estar escuchando?

Juan Guerra: –Los deportistas suelen estar concienciados con este tipo de valoraciones. El problema viene por parte de las diferentes instituciones, o clubes. No entienden que es algo rentable para ellos, deportiva y económicamente. Hay casos en lo que son los propios jugadores los que se pagan su valoración. Al ser una plantilla de 25 los que se van a analizar les sale muy económico y una pequeña parte del sueldo que les da el club lo destinan a ellos. Porque los jugadores que tienen una cierta edad saben que el aumentar los pocos años de vida deportiva que les quedan pasa por ahí. Y los jóvenes que quieren llegar al máximo nivel no pueden perder sus mejores años de entrenamiento porque una vez en la élite no hay tiempo para ello. El modelo es competir y descansar. A los jugadores que van a un Mundial no puedes aplicarle ahora un entrenamiento para mejorar su rendimiento. Podrás paliar las molestias con las que vengan de la temporada. Pero vienen como vienen. No hay gran cosa que se pueda hacer. Y a las temperaturas y con la humedad que se juega en este mundial va a ser algo determinante. Al público que si querría dirigirme es a aquellas personas que ahora les pica el gusanillo del deporte y empiezan a competir a cierto nivel. Se animan porque un amigo suyo hace triatlón. Se gastan sus ahorros en una bicicleta y emplean todo su tiempo en machacarse. A parte de que es un sacrificio muy grande, no es necesario, no van a obtener mejores resultados por exprimirse más sino por realizar un entrenamiento de calidad. No sólo obtendrán más descanso, sino que además de mejorar sus marcas, es más saludable de lo que parece. Se dice que el deporte de élite no es saludable y no es así. Salvo en algunos casos extremos. Tenemos el ejemplo del mundial. Deportistas del más alto nivel que descansan las horas que necesitan descansar, que comen exactamente lo que tienen que comer y que realizan poco más de una hora de ejercicio al día. Es algo más que saludable, más aun llevando a cabo este tipo de control o valoraciones.

Alto Rendimiento: –¿Cada cuánto tiempo Juan crees que se deberían aplicar estas valoraciones?

Juan Guerra: –Pues depende, como en todo depende. En un corredor que tiene una competición a la vista se le realizan los test oportunos de fuerza y resistencia para programar un entrenamiento con ese fin. Si esa competición es lejana y podemos volver a aplicar nuevos estímulos porque obviamente ha mejorado esas cargas programadas necesitan ajustarse, ya no producen los mismos efectos en su organismo. Debemos volver a realizarle una serie de test para reajustarlas. En un equipo durante una temporada completa cuando los jugadores llegan en pretemporada la capacidad que ha disminuido en mayor medida es la resistencia. Se le hace un test especifico nada más llegar para programarles un entrenamiento, que no sólo les prepare para la competición sino también para soportar las diferentes cargas o estímulos que se les van a aplicar. Estos test se suelen repetir tres o cuatro veces más al año, cada ocho o 10 semanas. Recién llegados lo que no podemos es realizarles un test de fuerza o de velocidad. Porque no están preparados para esa intensidad. Esperamos un par de semanas, tres, cuatro, depende del calendario y de la adaptación de los jugadores. En los clubes de primer nivel se les realiza a los jugadores una TMG, una tensiomiografía en la que se analiza el estado de cada músculo individualmente. Y en estas semanas iniciales se trata de compensar cualquier anomalía que se encuentre. Los test de fuerza se suelen realizar antes de aplicar un nuevo ciclo y van de más a menos frecuencia a lo largo de la temporada. Esto ocurre por dos factores, porque las mejoras al final no son tan importantes o tan grandes como en los ciclos iniciales y porque ese déficit que comentábamos anteriormente ya ha sido restablecido. Se suelen aprovechar los tiempos de descanso para aplicar nuevos estímulos pretemporada, Navidad, Semana Santa. Para tener una idea a los deportistas se les suele valorar cuando la gente normal está de vacaciones.

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