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FASE INICIAL DE LA TEMPORADA DEL NADADOR
27 May 2022

FASE INICIAL DE LA TEMPORADA DEL NADADOR

Fase inicial de la Temporada del Nadador

Las características principales de la fase de inicio de temporada son un volumen de entrenamiento modesto para comenzar, pequeños aumentos de volumen de 5 a 10km por semana, baja intensidad de entrenamiento inicial y acondicionamiento en seco que incluye flexibilidad, circuitos, entrenamiento de fuerza y otras actividades, para mejorar las habilidades deportivas generales del nadador. Después de varias semanas, hay aumentos adicionales en el volumen de entrenamiento, una introducción gradual de trabajo aeróbico de mayor intensidad hasta el nivel del umbral de lactato y énfasis en el desarrollo de habilidades y técnicas antes de pasar a velocidades de entrenamiento más rápidas.

En términos simples, el volumen de entrenamiento provoca mejoras en la condición física de resistencia general, mientras que la intensidad del entrenamiento desarrolla la condición física específica requerida para competir y tener éxito competitivo. Las últimas semanas de la fase de inicio de temporada se enfocan en el desarrollo continuo del umbral de lactato (estado físico de resistencia), el consumo máximo de oxígeno (aeróbico máximo) y las capacidades de entrenamiento a ritmo de carrera, la manipulación continua del volumen y la intensidad del entrenamiento para mantener la mejora, un enfoque individualizado para volumen, intensidad y recuperación, y refinamiento de habilidades particularmente a velocidades de carrera.

La fase de inicio de temporada se basa en aumentos secuenciales en el volumen y la intensidad del entrenamiento. La prescripción del entrenamiento de natación en su forma más simple se logra mediante la manipulación de estos dos factores. El volumen de entrenamiento en natación es relativamente fácil de cuantificar y constituye la base de la mayoría de los programas de natación modernos. Se agregan fácilmente múltiplos de vueltas para determinar la distancia total recorrida en una sola serie, sesión o semana de entrenamiento. La mayoría de los entrenadores y nadadores se sienten cómodos con la noción y la terminología relacionada, por ejemplo, con una serie de 2000 m (por ejemplo, 20x100m), una sesión de 6000m o una semana de 40 km. El entrenamiento de alto nivel que involucra la planificación para un período más largo (por ejemplo, el plan anual o incluso el cuatrienio olímpico de 4 años) requiere el cálculo de volúmenes de entrenamiento a largo plazo. Por ejemplo, los entrenadores pueden planificar un campamento de entrenamiento de 2 semanas (p. ej., 140km en una concentración de 14 días), un mesociclo completo de preparación o entrenamiento (p. ej., 500km para un ciclo de 12 semanas) o un año de entrenamiento completo (p. ej., 2000 km en 46 semanas). Aunque estos cálculos pueden llevar mucho tiempo, son útiles referencias en la planificación y revisión de los programas de entrenamiento.

Un tema central en la planificación se relaciona con la potencia relativa (y paradójicamente, el peligro relativo) de aumentos sustanciales en el volumen y la intensidad del entrenamiento. Aunque los altos volúmenes de entrenamiento y las dosis periódicas de entrenamiento de alta intensidad son una parte fundamental del entrenamiento, todos los entrenadores conocen los problemas asociados con el entrenamiento excesivo, particularmente cuando se combina con una recuperación inadecuada. La experiencia de los entrenadores y los resultados de la investigación científica sugieren colectivamente que un volumen y una intensidad de entrenamiento excesivos pueden provocar fatiga, sobreentrenamiento, lesiones o enfermedades. Los entrenadores son conscientes de que los nadadores de distancia generalmente requieren mayores volúmenes de entrenamiento (aproximadamente un 20-25% más que los nadadores de velocidad) para desarrollar la base necesaria para el éxito en eventos que van desde los 400 a los 1500m. En la práctica, los aumentos sustanciales en el volumen o la intensidad del entrenamiento durante el comienzo de la temporada imponen demandas físicas y estrés considerables al cuerpo. Algunos nadadores muestran fatiga y bajo rendimiento cuando las cargas de entrenamiento son excesivamente altas y la recuperación es incompleta, aunque este estado es en gran parte reversible con unos días de descanso.

A diferencia del volumen de entrenamiento, la intensidad del entrenamiento es más difícil de cuantificar. Se requiere un enfoque sistemático para la planificación y el seguimiento efectivos de la intensidad del entrenamiento. El enfoque más común implica el uso de un sistema de clasificación de entrenamiento que da lugar a diferentes intensidades de entrenamiento. En el pasado, la mayoría de estos sistemas de entrenamiento dependían de descriptores de intensidad relativamente subjetivos. Esta práctica ha dado lugar a una amplia gama de terminología (p. ej., aeróbico de intensidad moderada, umbral aeróbico, umbral anaeróbico, tolerancia al lactato, inicio de la acumulación de lactato en sangre, anaeróbico aláctico máximo) que es difícil de distinguir en la práctica (Counsilman & Counsilman, 1993). Para superar los problemas de terminología y proporcionar una base más cuantitativa, los científicos han ideado varios sistemas en los que a las diferentes intensidades de natación se les atribuye un “coeficiente de estrés fisiológico o ponderación” particular (Mujika et al. 1996). Este proceso se basa en la concentración de lactato en sangre que presumiblemente refleja la demanda fisiológica de diferentes intensidades de ejercicio.

Para ilustrar este enfoque, el sistema de clasificación de entrenamiento diseñado para nadadores en el Instituto Australiano del Deporte se muestra en la Tabla. La característica más importante es que el grado de estrés fisiológico experimentado por el nadador aumenta exponencialmente por encima del nivel del umbral de lactato. Se otorgan coeficientes de ponderación proporcionalmente mayores a los niveles de intensidad de entrenamiento más altos. Los esfuerzos aeróbicos de intensidad baja y moderada tienen los coeficientes de ponderación más bajos, mientras que el entrenamiento aeróbico máximo más intensivo recibe un coeficiente proporcionalmente más alto. El entrenamiento de velocidad (que puede ser el más exigente desde el punto de vista fisiológico) recibe el coeficiente más alto. Otros sistemas de modelado emplean un sistema similar de coeficientes de ponderación. Este tipo de enfoque para monitorear la intensidad del entrenamiento ha dado lugar al desarrollo de descriptores adicionales del entrenamiento, como la carga de entrenamiento (el producto del volumen de entrenamiento y la intensidad del entrenamiento), la monotonía del entrenamiento y la tensión del entrenamiento (el producto de la carga de entrenamiento y la monotonía) (Foster 1998).

Sistema de clasificación del entrenamiento que  muestra  diferentes coeficientes de intensidad

Ricardo Segura Falcó
Director General
Alto Rendimiento


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