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30 Sep 2014

La preparación física específica en fútbol con Manuel Lapuente Sagarra

Nuevos Másteres 2021 - Entrevistas

Sobre Manuel Lapuente Sagarra

Es licenciado en educación física con la especialidad en rendimiento en el INEF de Lleida, máster alto rendimiento deportivo con el Comité Olímpico Español y Universidad Autónoma de Madrid. Además ha trabajado como responsable de la preparación física en equipos profesionales de fútbol en España y otros países europeos. Y actualmente es asesor para rendimiento deportivo en varios deportes.

Twitter: @LapuenteManuel

entrevista

 

Alto Rendimiento: –¿Cuál es el papel actual del preparador físico en fútbol?

Manuel Lapuente: –Bueno pues la verdad que tal como la haces, es una pregunta bastante abierta en el sentido de que yo te puedo contar un poco la experiencia mía personal y aquellas experiencias que conozco por parte de otros amigos y colegas que también trabajan de preparadores físicos. Y en definitiva depende mucho del cuerpo técnico en el que estás inmerso, de las circunstancias. En líneas generales, el preparador físico hoy en día debe ser una persona muy preparada y con capacidad para resolver problemas de cualquier tipo, no solamente lo que tradicionalmente se ha entendido como preparación condicional, preparación física, llámalo como quieras, sino además muchos más allá. Abarca, según qué contextos, puede abarcar desde por supuesto el conocimiento específico del deporte al que te dedicas, en este caso concreto al fútbol, lógicamente todas las características de cualquier tipo, ya no solamente hablamos de técnica táctica a nivel psicológico, etcétera, etcétera. Pero gestión de recursos, hay que gestionar recursos de todo tipo, recursos humanos, materiales, a todos los niveles. Y sobre todo intentar aportar soluciones a aquello que nos demanden las circunstancias, que en este caso vendrán definidas por lo que quiera el entrenador o el manager, según en la liga en que nos encontremos, pues que se requiera de nosotros, entonces has de tener capacidad. Eso no significa ser un especialista en profundidad de todos los temas porque lógicamente, normalmente no es posible pero por lo menos tener recursos para poder saber dónde buscar las soluciones cuando se requieren.

Alto Rendimiento: –¿Cuáles serían los factores condicionales de rendimiento en fútbol?

Manuel Lapuente: –Como muy bien sabes, y cómo cualquiera que haya practicado y esté inmerso, pues lógicamente son muy variados. Y de hecho, en función de, conforme vaya pasando el tiempo, se ha ido a lo mejor dando énfasis en unos aspectos u otros. Pero hoy en día la tendencia del fútbol va siendo más hacia el concepto de intensidad, que muchas veces se confunde con el concepto de exigencia, pero en definitiva se va buscando más -como va más relacionado también con el espectáculo desde el punto de vista condicional- la capacidad para soportar los esfuerzos que te demanda la competición pues siempre ha sido y sigue siendo la clave. Dentro de eso pues más velocidad, más intensidad. Hoy en día se pone más énfasis por suerte -aunque todavía lo entendemos poco- en el tema de las desaceleraciones y frenadas. En realidad es lo mismo de siempre, porque estos factores siempre han estado presentes en el fútbol lógicamente. Pero pues bueno, conforme van pasando los años, se va dando a lo mejor un enfoque diferente, se va enfatizando un poco más un aspecto u otro. También dependiendo un poco de la formación de cada uno, del entorno en que te encuentras, de los perfiles de los jugadores con los que te manejas, de las circunstancias en el club en el que estás trabajando, bueno, un poquito todo esto. Pero lógicamente, un futbolista es un deportista, o debe serlo, completo. Normalmente, como media, hablamos de forma genérica, no destaca en nada en especial, por decirlo de alguna manera. Es decir, un futbolista estándar hablemos, se le puede trabajar de una manera determinada desde el punto de vista condicional, esto siempre hay que tenerlo en cuenta, podemos optimizarle o incrementar su rendimiento en esta faceta. Pero, puesto que debe existir un equilibrio porque requiere también de otras, la manera de trabajar debe ir acorde un poco con ello, dentro de que siempre imagen, lógicamente.

Alto Rendimiento: –¿Podrías aclarar esta diferencia que has hecho entre intensidad y exigencia?

Manuel Lapuente: –Sí. Mira, este es un concepto que, normalmente, cuando hablábamos entre nosotros, en líneas generales, cualquiera que habla, hablamos del concepto de intensidad: esto es más intenso, esto es menos. Luego, muchas veces el concepto de intensidad tradicionalmente lo hemos asociado por el marco de referencia en el que hemos estado, con el que nos hemos ayudado, con el que nos hemos formado prácticamente la mayoría sino todos. Precisamente viene ligado a los estudios en los que se realizaron en su día, desde el punto de vista, sobre todo fisiológico, de la capacidad de los deportistas, que se realizaron, sobre todo en deportes con patrón motor continuo. Entonces en esta situación el concepto de intensidad  iba ligado, va ligado al de velocidad y por lo tanto al de exigencia, de manera que cuanto más veloz y más intenso se desplaza el deportista, bien sea corriendo, bien sea nadando, bien sea en la bicicleta o en el remo, pues es más exigente, y sobre todo si perdura en el tiempo va siendo más exigente. Entonces, desde este punto de vista, exigencia-intensidad digamos que van bastante ligadas. Cuando hablamos en el mundo del fútbol -todo el mundo ya sabemos y todo el mundo ya lo expresamos de esta manera- es un deporte intermitente, lo que implica que hay períodos de mayor actividad, de mayor intensidad en la actividad y de menor intensidad también, se van alternando en forma relativamente aleatoria, en función de lo que sucede en el juego, etcétera., etcétera. ¿Qué ocurre? Que desde este punto de vista, si analizamos el esfuerzo condicional del jugador cuando está compitiendo o cuando está entrenando, al ser intermitente debemos diferenciar entre el propio concepto de intensidad y cómo la medimos, que vendrá determinado cómo la podemos medir, vendrá limitado probablemente a cómo la veamos, y el concepto de exigencia. Es decir, un jugador puede estar realizando un esfuerzo muy exigente pero poco intenso, es decir, la intensidad que está manifestando no es relativamente baja con sus máximas posibilidades para manifestar intensidad. Esto hace que hoy en día por ejemplo, bueno, no hoy en día sino ya de tiempo atrás, muchas veces se ha considerado -se sigue todavía escuchando- por ejemplo la utilización de según qué tipo de tareas específicas con poco número de jugadores para el desarrollo de la fuerza explosiva, que va íntimamente ligado al concepto de máxima intensidad, y resulta que se asocia de esta manera. En realidad en este tipo de tareas, la exigencia de este tipo de tareas no proviene realmente de un gran incremento de la intensidad en las distintas acciones que manifiesta el jugador, sino que proviene por el poco tiempo que tiene entre una acción y la siguiente que realiza, que realmente es el factor clave hoy en día desde el punto de vista condicional en función de los estudios y de los análisis que vamos realizando continuamente.

Alto Rendimiento: –Vamos entrando poco a poco en todo esto. Partamos de que defines la resistencia intermitente del fútbol a través de los parámetros acción y pausa y posteriormente con parámetros de intensidad y duración, ¿nos podrías explicar un poco esto para que todos lo entendamos?

Manuel Lapuente: –Bueno, básicamente -como venía a decir antes- esto viene, como te comentaba. Viene un poco condicionado, limitado en cierta medida por la manera que tenemos de medirlo. El concepto no es nuevo en absoluto, es un concepto de hace ya más de 30 años que ya se está hablando de ello, pero lógicamente en su momento estaba limitado por la manera en la que se podía medir. Hoy en día con las tecnologías que tenemos, concretamente, ha sido lo más curioso, avanzado que hay, hoy en día pues se ha haba de los GPS, estamos controlando distancias, velocidades, etcétera. Pero bueno, en definitiva, esto lo que nos permite es, de alguna manera, acercarnos, acercarnos de alguna manera a valorar o a medir cuál es el esfuerzo del jugador. Esto determina unos períodos en los que el jugador se encuentra realizando unas acciones que son más intensas y por lo tanto le consumen más también desde el punto de vista energético, va ligado, como sabemos. Y se va alternando con otras fases, otros períodos durante el partido, en los que ese nivel de actividad, de intensidad, es más bajo, lógicamente. Entonces, ¿qué ocurre? Digamos que desde este punto de vista podemos identificar esos dos tipos de fases: fases de acción, que le llamamos, y las fases de pausa. En las cuales vienen determinadas por el valor de la intensidad que manifiestan, la intensidad de las acciones, y la duración, cuánto tiempo duran esas acciones. Y lo mismo con las pausas, qué intensidad están manifestando y qué duración tienen aproximadamente esas acciones. Entonces como esto hoy en día ya lo podemos empezar a medir y a observar, digamos que lo podemos determinar con un poquito más de precisión, y digo un poquito porque hay muchos puntos oscuros en todo esto, más que puntos oscuros sino, como sabemos la tecnología no es perfecta y aunque va avanzando mucho pero debemos conocer también las limitaciones y debemos ser conscientes hasta dónde llega y hasta dónde no llega, y esto a veces también desgraciadamente lo olvidamos y puede dar pie a pequeñas confusiones. Pero en líneas generales sería esto. De esta forma podemos determinar acciones y pausas y definirlas en función de su intensidad y la duración. Una vez hecho esto, si somos capaces de analizar, no solamente cuál es el esfuerzo en competición y de qué depende principalmente, porque hasta ahora los análisis que se han hecho principalmente, aunque también ha habido algunas incursiones en análisis de las fases de mayor exigencia a lo largo del partido, el resto de estudios o de análisis han sido básicamente fundamentados en el análisis de la media de valores condicionales durante todo el partido, o comparaciones primera y segunda parte. Y algunos estudios hay también que comparan ya desde el punto de vista temporal en pequeños períodos de tiempo de 15 minutos o cinco minutos. Sin embargo, realizado de esta manera, todavía hay una parte importante de la información que se pierde, y sobre todo porque el análisis viene fundamentado todavía por ese marco teórico tradicional que estamos comentando antes, en el que la intensidad es igual a la velocidad y por lo tanto a la exigencia. Desde este punto de vista se sigue enviando todavía distancias, distancias totales, distancias de alta intensidad, que no dejan de ser una consecuencia de ese patrón intermitente que estamos comentando y que todo el mundo sabe pero que todavía no estamos introducidos en él -desgraciadamente- y que esto nos permite identificar no solamente las características de esas fases de mayor exigencia condicionada a lo largo del partido, sino sobre todo, y desde mi punto de vista, más importante, cómo podemos aplicarlo al entrenamiento para entender mejor nuestra propia metodología, la de cada cuerpo técnico, la que utilice, el tipo de tareas que le guste utilizar en función de su modelo de juego, etcétera, pero además poderlo modificar u optimizar, que ahí está un poco la clave. Porque muchas veces, si nos paramos a pensar en que utilizamos una cierta cantidad de dinero en tecnología para el análisis en control, la monitorización, etcétera, pero después no somos capaces de implementar un método adecuado para poder modificar los entrenamientos, nuestros entrenamientos, o no, pero poder tomar decisiones coherentes en función de la información que nos da, realmente estamos perdiendo no solamente dinero sino mucho tiempo. Realmente requiere hoy en día, todavía requiere mucho tiempo de análisis y dedicación.

Alto Rendimiento: –Manuel, esta resistencia intermitente, ¿cómo se puede controlar su carga? Y posteriormente, ¿cómo sería su periodización, tanto a nivel temporal como a nivel de microciclo o semana?

Manuel Lapuente: –Como todo, yo no considero que exista un modelo, un gol estándar a la hora de analizar las cosas. De hecho, simplemente con hablar de este mismo tema con distintos profesionales, o ya no profesionales sino con distintas personas o colegas que estén trabajando o que estén interesados en el tema, cada uno te puede dar una versión que en algunos casos coincidirá y en otros no. Y todos justificados con una justificación detrás que puede ser perfectamente válida y adaptada además de las circunstancias. Dentro de eso, mi visión es que precisamente para poder hacer un análisis, desde mi punto de vista, un poco más acertado, un poco más exacto, y digo un poco más porque todavía queda. Pero sería también, no solamente utilizar el enfoque de la intermitencia en el análisis de la resistencia específica del jugador de fútbol, sino además utilizar también distintos enfoques como el de la potencia metabólica por una parte, que ya hoy en día se está empezando a introducir aunque ya lleva unos años en marcha, que en definitiva no deja de ser una forma de interpretar de alguna manera o de averiguar cuál es el gasto energético metabólico del jugador cuando participa basado en esos datos que contábamos antes, eso por una parte. Entonces utilizando esos datos, digamos que el concepto de resistencia, tal como lo hemos estado utilizando hasta el momento, y sobre todo desde el punto de vista práctico, cómo lo hemos intentado valorar, excepto en algún test puntual como el de Mognoni y alguno más en el que se utilizan cargas constantes, en el resto, sea el test que sea, en el laboratorio o en el campo, intermitente o continuo,  todos son básicamente, la mayoría son test progresivos, en los que consideramos que el jugador más resistente es aquel que mantiene más tiempo mayor intensidad, en este caso velocidad. Entonces desde este punto de vista, digamos que si realmente es eso lo que estamos considerando como valor para determinar si un jugador es más o menos resistente, podemos optar, se puede optar, con la tecnología que tenemos hoy en día, analizarlo de otra manera mucho más específica utilizando tareas específicas. Estas tareas específicas deben tener unas características determinadas para que cumplan una serie de requisitos pero podemos mediante esta tecnología, GPS, y con estos enfoques de la intermitencia y sobre todo del tema de la potencia metabólica también, el poder tener los datos para determinar quién es el que se manifiesta en mayor cuantía y durante más tiempo. Es decir, no necesitamos  poner a correr a los jugadores, a hacer una actividad que no es específica aunque tenga una relación porque la tiene, fisiológicamente la tiene, pero desde este punto de vista, probablemente podamos dar un paso más adelante. Lo que pasa que todavía hay que seguir investigando y seguir obteniendo datos para realmente validar todas estas cuestiones que ahora no dejan de ser teorías y dejan de ser enfoques, que son prometedores pero hay que seguir avanzando con ellos. ¿Y cuál era la otra pregunta que me habías hecho? Me habías dicho lo del tema de cómo periodizar.

Alto Rendimiento: –Exacto, la periodización a nivel macro y micro.

Manuel Lapuente: –Correcto. Bueno, aquí con el tema de la periodización, realmente, partiendo de la base que la esencia es la adaptación, o debería serlo porque en definitiva se basa, nos basamos en eso. El concepto de adaptar a nuevos niveles condicionales en este caso y específicos, en este caso los jugadores, digamos que probablemente pueda haber distintos caminos. Dentro de eso, dentro de este concepto que no hemos de olvidar nunca, que pueda haber distintos caminos, el concepto de intermitencia, jugando con los cuatro factores que estábamos hablando: el de la intensidad y duración de las acciones y el de la intensidad y duración de las pausas, y teniendo en cuenta las características de ellos, que básicamente el principal que limita y que condiciona esas fases de alta exigencia condicional en los partidos es el de la duración de las pausas. Y, por otra parte, el que va también probablemente muy ligado o muy relacionado con el tema de las lesiones musculares, sobre todo el tema isquiotibial, es el de la intensidad, la máxima intensidad. Que pese a que durante un partido, incluso durante un entrenamiento, no se dan tantas acciones de máxima intensidad -porque no se dan tantas como a veces pensamos-, lo que pasa que se dan en situaciones complejas, tanto por el nivel de fatiga que pueda acumular como por las circunstancias que envuelven a ese tipo de acciones, además de la aleatoriedad, etcétera, etcétera. Estos dos factores probablemente sean los que deban guiar un poco ese modelo, el que cada uno tenga a la hora de poder progresar. En mi caso, la propuesta inicial, a groso modo y a grandes rasgos porque lógicamente tiene muchas particularidades y se puede modificar perfectamente. Porque no está investigado, no he tenido oportunidad ni tanto tiempo para ponerlo en práctica, tengo datos pero se necesitan más datos en distintos equipos, con distintas circunstancias para realmente comprobar, o bien la validez del modelo o la no validez del modelo, o lo que probablemente suceda, que es lo que suele suceder siempre, que según qué circunstancias te da unos resultados y en otras te dé otros y por lo tanto distintos modelos son válidos también. Normalmente la base de ese modelo de periodización va fundamentada en el inicio, en enfatizar quizás un poco más en el inicio lo que sería la duración de las acciones y la intensidad de la pausa con la duración de las acciones para progresar hacia la duración de las pausas y finalmente la intensidad de las acciones. Lo que pasa que en todos ellos debe existir una progresión, es decir, los modelos tradicionales en los que todo es blanco o es negro en cada momento, yo personalmente, y más por las características del fútbol, quizás no sea tan partidario de ellos. Soy más partidario de ir trabajando todos los conceptos que se van y que hay presentes y enfatizando aquellos que nos interesen en cada momento para ir progresando en la adaptación de los jugadores, pensando siempre que es uno de los conceptos que, bueno, hoy día parece que hoy día se está haciendo más hincapié y antes no se hacía tanto, que es precisamente el tema de la recuperación, del descanso de los jugadores. Es decir, no enfatizar tanto el trabajo en el entrenamiento sino pensar también en la necesidad imperiosa de recuperarse para poder permitir esos procesos de adaptación adecuados. Y con esto yo creo que todavía debemos avanzar bastante más de lo que hasta ahora hemos avanzado, sobre todo en los períodos de pretemporada principalmente. Lo que pasa es que muchas veces se va condicionado por las circunstancias en las que uno se ve envuelto, sobre todo a nivel profesional, en los que una serie de compromisos desde el punto de vista competitivo, cuando tienes que competir, etcétera, y por el tiempo que se dispone y las circunstancias pues muchas veces condiciona la manera en que pones en práctica un modelo, una forma de trabajo, de desarrollo condicional.

Alto Rendimiento: –Manuel, todo esto de la resistencia intermitente y los parámetros de los que estamos hablando, ¿cómo se traduce luego al diseño de tareas específicas?

Manuel Lapuente: –Mira, sobre todo, lo más interesante es entender que desde el punto de vista condicional, no hay que olvidar que lógicamente debemos tener en cuenta muchos más aspectos, que no el puramente condicional, pero desde el punto de vista condicional, digamos que a groso modo, como resumen, las tareas con menor número de jugadores que están participando, sabemos que son aquellas en las que los jugadores experimentan mayor exigencia condicional basada en una muy breve duración de la pausa. Entonces este tipo de tareas ya las tenemos ahí, entonces dentro de ésta sabemos que puede haber distintos tipos de tareas. Y depende cómo estén organizadas, en función temporal, la densidad, etcétera, etcétera, nos puede permitir ir jugando con los tiempos, digamos, los intervalos de trabajo y los de descanso para ir escogiendo o poder escoger, según qué momento de la temporada si nos interesa o según que día, poder ir utilizando un tipo de tareas u otras. Lógicamente tiene que ir totalmente integrado con el modelo de juego, sino no tendría ningún sentido que estuviéramos hablando de preparación condicionada en el fútbol, esto por una parte. Entonces por otra parte luego hay que tener en cuenta las profesiones de las que estábamos hablando, es decir, el jugador prácticamente la mayor parte del tiempo lo que está trabajando es sobre este tipo de tareas, con mayor o con menor descanso, entonces eso es lo que debemos regular de una manera. Luego aquellas en las que esa especificidad con respecto a las fases de alta exigencia condicional se va perdiendo porque el jugador va disponiendo de más tiempo de pausa entre una acción y la siguiente con respecto a lo que él realiza durante el partido, pues ese tipo de tareas probablemente se pueden utilizar con un objetivo, ya no tanto más condicional sino al revés, con un objetivo mucho más táctico para el desarrollo del modelo de juego, que son aquellas tareas jugadas en las que existen pues mayor número de jugadores por equipo, a groso modo. Y luego por supuesto, en función de las circunstancias y las características, se puede escoger otro tipo de tareas que ya no son tan especificas, en el sentido de que puede haber, nos puede interesar que no haya contacto o nos puede interesar que sean con otra organización para poder desarrollar también aspectos relacionados con la duración de las acciones y con aspectos de la intensidad de la pausa. Probablemente el tema de la intensidad de la pausa es uno de los que a lo mejor tradicionalmente no hemos interpretado quizás adecuadamente y hoy en día parece que poco a poco vamos entrando en él. Claro, ¿qué ocurre? Que desde el punto de vista de la intensidad da la pausa, tradicionalmente pues se había tenido como el concepto de resistencia tradicional a correr en las típicas carreras, de un tipo o de otro. Claro, conforme se han ido, en los últimos 14 años han ido apareciendo más estudios específicos con futbolistas y condicionados también por ello. Parece que ha existido una corriente para determinar un tipo de trabajo condicional inespecífico, analítico, llamémoslo como queramos, en seco, que le dirían los nadadores, de carreras interválicas, etcétera, etcétera, los distintos modelos. Luego las intermitentes, etcétera. Claro, ¿qué ocurre? Que con todos estos estudios, incluso con los mismos modelos desde el punto de vista metodológico en cuanto a los tiempos de trabajo y de pausa aplicados a tareas también específicas o más o menos específicas basadas en circuitos técnicos o tareas jugadas, se ha observado que con todos ellos se desarrolla la resistencia del jugador valorada de una manera inespecífica en un laboratorio o en un test intermitente, etcétera, etcétera. Claro, ¿qué ocurre? Que al final dices: “Bueno, si con todas las tareas tan diferentes entre ellas me sirven para desarrollar la resistencia, a lo mejor solamente con las tareas específicas ya me es suficiente”. Y desde ese punto de vista es un planteamiento de lo más lógico y adecuado. Sin embargo, si aplicamos al análisis de estos estudios el concepto, el enfoque de la intermitencia, y sobre todo si además lo aplicamos mediante el enfoque de la potencia metabólica, nos daremos cuenta de que no es lo mismo, ni tampoco desde el punto de vista fisiológico, el trabajar el concepto de resistencia tradicional mediante una carrera a ritmo continuo, en el que probablemente lo que se esté desarrollando sea la intensidad de la pausa, a realizarlo a lo mejor con un trabajo con una tarea jugada en la que se está desarrollando la resistencia basada en la duración de la pausa. Y por supuesto no tiene nada que ver a que estemos realizando a lo mejor un circuito físico técnico con distintas acciones, en las que la intensidad de esas acciones es bastante más elevada de la media pero estamos estudiando la resistencia precisamente basada conjuntamente entre la duración de la pausa y la intensidad de la acción. Es decir, hay distintas formas de trabajarlo, distintas formas, pero el problema es que hasta ahora todavía no hemos entrado en esa fase de analizar profundamente qué es lo que realmente estamos trabajando con cada una de las tareas. Claro, desde ese punto de vista se entiende, según qué tipo de posturas, es lógico que si yo como entrenador o como especialista no tengo un profundo conocimiento desde el punto de vista condicional de las tareas, si todas al final, que es lo que nos ha estado pasando durante muchos años. La mayor parte de las tareas que utilizamos las metemos en el mismo saco: “¿Esta para qué me sirve desde el punto de vista físico? Potencia aeróbica, ¡pumba! Al saco. Esto también, resistencia aeróbica, ¡pumba! Al saco”. O sea, están todas en el mismo saco. Si están todas en el mismo saco, ¿qué es lo que hago? Ya no me preocupo, me da igual utilizar una tarea que otra, me preocupo de mi modelo de juego, que es lo que realmente es uno de los aspectos prioritarios. Perfecto, es lógico que suceda eso. Sin embargo, si somos capaces de darle la vuelta y entender el por qué un tipo de tareas van encaminadas en un sentido y por qué otras en otro, a lo mejor dentro de ese mismo modelo táctico, de ese mismo modelo de juego, podemos ser capaces de aprovechar también ese conocimiento intrínseco desde el punto de vista condicional de la exigencia de cada una de las tareas, en qué se basa, para poder organizar, periodizar o escoger mejor en función de nuestro modelo de juego, sea el que sea el de cada uno. Porque ya sabemos que hay distintos modelos, aunque parece que en algunos casos sólo se habla de uno, pero hay distintos modelos, y además cada uno tiene predilección por un tipo de tareas y una manera de llevarlas a cabo. Bueno, no es ningún problema, es simplemente una cuestión de conocer con un poquito más de profundidad esas características para poder tener más recursos a los que, si realmente nos interesa, poder recurrir.

Alto Rendimiento: –Manuel, y ya para terminar, dentro de todo esto, ¿cómo relacionaríamos el trabajo de fuerza?

Manuel Lapuente: –Si, bueno. El trabajo de fuerza, en definitiva. A ver, básicamente y resumiéndolo así de una manera simple para no alargarlo. Yo al menos lo interpreto por una parte importante relacionado con el tema de la prevención de lesiones y por la otra, lógicamente, en el sentido de la optimización o incremento del rendimiento. Entonces dentro de ello, y no exclusivamente porque siempre van ligados los dos, va más relacionados probablemente con la intensidad de las acciones, más relacionado con la capacidad para soportar o manifestar mayor intensidad en las distintas acciones específicas. Sin olvidar que probablemente uno de los grandes hándicap que tengamos dentro del mundo del fútbol hoy en día, ya desde hace tiempo, es precisamente los fundamentos de ese tipo de trabajo. Y los fundamentos del trabajo no son otros que la eficiencia en el movimiento. Desde el punto de vista técnico, que en definitiva es lo mismo, son aspectos coordinativos, etcétera, etcétera, pero específicos, no solamente, desgraciadamente quizás nos hemos fijado demasiado. O no es que nos hayamos fijado demasiado sino que probablemente nos hayamos olvidado también de otros elementos específicos coordinativos que se están dando constantemente en el fútbol y que no solamente dependen del contacto con el balón. Y este tipo, porque en estos efectivamente son los que realmente nos hemos centrado más, prácticamente todo. Pero también hay otra parte de movimientos que se están dando continuamente, que van relacionados tanto con distintos tipos de desplazamiento, distintas intensidades, pues cambios de dirección, aceleraciones, frenadas, etcétera, etcétera. Además con los condicionantes con los que se dan. Pero no solamente estos, también el tema de los saltos y las caídas, importante. Siempre relacionándolo con el tema preventivo, con las lesiones. Los lanzamientos, bien sea lo relacionado con saques de banda, que a lo mejor se ven en menor medida, pero sobre todo por ejemplo con los porteros, que también tienen distintos tipos de lanzamientos. Y llamémoslo paradas o etcétera, que ellos hacen, los movimientos específicos, y las situaciones de lucha o contraste que se van dando. ¿Qué ocurre? Que probablemente, no sé exactamente, no sabría decirte el motivo, pero probablemente nos falte un poquito más de trabajo. Que posteriormente cuando estamos desarrollando el trabajo de fuerza más al uso, más tradicional, probablemente lo echemos en falta porque es donde realmente detectas déficits básicos en el control postural, en la estabilidad según qué tipo de articulaciones y por supuesto luego se reflejan en la efectividad de los métodos que aplicamos, porque si no se parte de una base no tienen el mismo efecto, pues probablemente nos falte quizás incidir en eso, es decir, un poco más. Estamos hablando lo más sencillo desde el punto de vista organizativo, porque son unos aspectos que probablemente, prácticamente no se necesita nada de material, pero sí que es cierto que se necesite una formación adecuada que quizás en este sentido pues igual no sé si nos falta o que por las circunstancias en las que nos vemos envueltos, nos encontramos con cierta dificultad para poderlo poner en práctica.

Alto Rendimiento: –Pues Manuel, se nos ha ido el tiempo, nos hemos pasado, así que en nombre de todo el equipo de Alto Rendimiento, te doy las gracias por esta magistral charla que nos has dado en la mañana de hoy sobre preparación física.

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