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31 Ene 2012

Beneficios de las Actividades Físico Deportivas para la salud

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En la presente comunicación se da un repaso a las diferentes definiciones de condición física y actividades físico deportivas, sus grados o tipos y los beneficios que se obtienen de su práctica regular y adecuada en la población general y la de adultos mayores. 

Autor(es): Francisco Ruiz-Juan, Antonio Zarauz Sancho
Universidad de Jaén
Congreso: IX Congreso Internacional sobre la Enseñanza de la Educación Física y el Deporte Escolar
Úbeda 8 – 11 de Septiembre de 2011
ISBN: 9788461536665
Palabras claves: condición física, actividades físico deportivas, ejercicio, salud, beneficios práctica

Beneficios de las Actividades Físico Deportivas para la salud

Resumen

En la presente comunicación se da un repaso a las diferentes definiciones de condición física y actividades físico deportivas, sus grados o tipos y los beneficios que se obtienen de su práctica regular y adecuada en la población general y la de adultos mayores. 

Introducción

Hoy día, es aceptado por toda la comunidad científica que la actividad física y el deporte, realizados y planificados adecuadamente, no sólo reducen el índice de mortalidad general, sino que además hace que disfrutemos de una mejor salud durante nuestra vida, es decir, dan años a la vida y vida a los años (Waaler, 2004).

Igualmente, hay que tener en cuenta lo que Rodríguez (1995) matiza: la cantidad de ejercicio necesaria para reducir el riesgo de enfermedad de forma significativa y disfrutar de buena salud, es considerablemente menor que el necesario para alcanzar y mantener niveles elevados de condición física, por lo que el tiempo que hay que invertir para alcanzar un nivel saludable de condición física, es considerablemente menor que el necesario para conseguir un alto grado de la misma, objetivo deseable pero difícil de conseguir para la mayoría de la población.

Así, Pérez y Devís (2003), hablan de promocionar la actividad física relacionada con la salud desde una doble perspectiva, la del proceso y la del resultado. Desde la perspectiva del resultado, se entiende la práctica de la actividad física como un medio de mejorar la salud, entendiéndola como ausencia de enfermedad, disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades asociadas fundamentalmente a la vida sedentaria (enfermedades hipocinéticas). También, desde la perspectiva del proceso, el ejercicio es beneficioso para la salud en si mismo no sólo por las sensaciones de placer y bienestar propias de su práctica en si, sino por la oportunidad que da de entrar en contacto con uno mismo, conocer a otras personas, etc.

Igualmente, a Piéron (2003) le gusta distinguir entre el proceso (ejercicio físico/actividad física) y el producto (condición física). En este sentido, Rodríguez (1995) entiende la Condición Física como un estado dinámico de energía y vitalidad que permite a las personas llevar a cabo las tareas diarias habituales, disfrutar del tiempo de ocio activo, afrontar las emergencias imprevistas sin una fatiga excesiva, a la vez que ayuda a evitar las enfermedades hipocinéticas y a desarrollar el máximo de la capacidad intelectual y a experimentar plenamente la alegría de vivir.        

Para conseguirla, matiza Romero (2003), es necesario establecer una clasificación de las actividades físicas recomendadas para lograr los efectos fisiológicos y psíquicos que garantizan en las personas una vida más larga y saludable. Todas las definiciones de actividad física coinciden en afirmar que es toda acción motriz que ocasiona un gasto calórico, pero en este mismo saco podemos meter desde las actividades cotidianas de cualquier persona hasta el deporte de alta competición. Por ello distingue:

a) Movimientos corporales que forman parte de la vida cotidiana: los relacionados con el desempeño laboral, casero y familiar, que contribuyen en un grado muy pequeño los beneficios mencionados.

b) Actividades recreativas: las esporádicas o de fin de semana, que tampoco son suficientes para estimular apropiadamente los diferentes órganos y sistemas, aunque si contribuyen al beneficio psicológico de manera mayor que las anteriores.

c) Los ejercicios físicos sistemáticos: aquellos realizados con una regularidad semanal y adecuación a cada persona suficiente para llegar a producir en el organismo no sólo en gran medida los beneficios psicológicos, sino que también unas adaptaciones fisiológicas lo suficientemente importantes para que se noten en cuanto a su repercusión directa en la mejoría de la salud y condición física.

d) El Deporte: hablamos de lo mismo que el apartado anterior, pero llevado hasta su grado máximo, es decir, mientras que los anteriores suponen 2-3 sesiones semanales con cargas e intensidades de trabajo medias, este supone un entrenamiento diario prolongado que alcanza en casi todas las sesiones cargas e intensidades de trabajo submáximas o máximas, por lo que sus beneficios son exponencialmente mayores, sobre todo en cuanto a condición física y prevención de enfermedades se refiere. Respecto al deporte existen dos formas de enfocarlo; el deporte-salud o amateur, más enfocado al disfrute intrínseco y a la salud, y el profesional de alta competición, que sin duda tiene también motivaciones extrínsecas que pueden hacerlo a veces no tan placentero y con riesgos para la salud.

Parece que existe disparidad de criterios en cuanto a la cantidad de actividad física, ejercicio o deporte que es ideal para conseguir todos los beneficios mencionados para la salud, no así en cuanto a que los produce, tanto en la población general (Casimiro, Prada, Muyor y Aliaga, 2005 y Moral, 2000) como en la tercera edad (Campos, Huertas, Colado, López, A. Pablos y C. Pablos, 2003; Casterad, Serra y Betran, 2003; Mazzeo et al., 1998 y Sánchez, 2002).

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Beneficios de las actividades físico deportivas en la población general

La Organización Mundial de la Salud explica los beneficios de la práctica deportiva adecuada que aquí resumimos:

  • Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
  • Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.
  • Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL).
  • Disminuye el riesgo de padecer Diabetes no insulino dependiente.
  • Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer (colon, mama).
  • Mejora el control del peso corporal.
  • Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras actividades físicas de la vida diaria.
  • Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones, por lo que puede ser beneficiosa para la artrosis.
  • Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.
  • Mejora la imagen personal.
  • Ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés.
  • Ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, y aumenta el entusiasmo y el optimismo.
  • En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente.

Veamos con más profundidad las ventajas de un entrenamiento serio, regular y bien planificado en nuestro organismo según Casimiro et al. (2005):

a) Sistema Cardiovascular:

  • Aumenta el volumen del corazón y el grosor de sus paredes, por lo que se puede mandar mayor cantidad de sangre en cada latido al organismo.
  • Disminuye la frecuencia cardiaca (latidos por minuto) y la tensión arterial, como consecuencia de lo anterior.
  • Mejora la circulación periférica, es decir, aumenta el número de capilares (finas terminaciones de las arterias y venas) en todo el cuerpo.
  • Disminuye el volumen/minuto (cantidad de sangre necesaria rica en oxígeno y nutrientes por minuto para el organismo), gracias a A.3, pues al haber más capilares le llega mejor  y más rápido a todo el cuerpo el oxígeno y nutrientes, y se retira el CO2 y los productos de desecho de las células más eficientemente, lo cual evita las varices.
  • La vuelta a la normalidad es más rápida después del ejercicio, es decir, recuperamos antes el pulso y frecuencia respiratoria normales, etc.
  • Mayor capacidad defensiva del organismo, pues aumenta la cantidad de glóbulos blancos, responsables de eliminar los microorganismos nocivos.
  • Mejor riego sanguíneo coronario, lo que facilita la llegada de más oxígeno al corazón y, con ello, menor riesgo de Infarto de Miocardio y Angina de Pecho.

b) Sistema Respiratorio:

  • Disminuye la frecuencia respiratoria (inspiraciones y expiraciones por minuto), pues aumenta el número de alvéolos y capilares a su alrededor, por lo que en una sola respiración se capta más oxígeno y se expulsa más CO2.
  • Las respiraciones son más largas y profundas.
  • Mayor resistencia de los Músculos Respiratorios, evitándose esa presión torácica que presentan tras el ejercicio las personas no entrenadas, y produciéndose una mayor economía en las Ventilaciones (inspiración+expiración).

           c) Sistema Nervioso:

  • Mejora la habilidad, coordinación y el equilibrio, que son cualidades dependientes del sistema nervioso, con lo que se consigue una mayor amplitud y economía de movimientos y previene las caídas en los mayores, mejorando mucho la calidad de vida a todos.
  • Se facilita el reposo del organismo, pues aumenta la capacidad reguladora del sistema vegetativo (encargado de mantener las constantes vitales y las acciones reflejas).
  • Los estímulos del encéfalo que deben llegar a los músculos a través de la médula y los nervios se realizan de forma más rápida y precisa, suprimiéndose movimientos innecesarios, es decir, mejoran los reflejos.

            d) Aparato Locomotor:

  • Produce una mayor mineralización y densidad ósea, lo que previene la Osteoporosis y un menor riesgo de Fracturas, así como favorece el Crecimiento.
  • Aumento de la Fuerza, Resistencia, Velocidad y Elasticidad Musculares y  de la Fuerza de las Articulaciones, con lo que se evitan muchas lesiones musculares (roturas de fibras, contracturas…) y articulares (esguinces, luxaciones…) y se reduce la fatiga y cansancio en las actividades de la vida diaria.
  • Produce Hipertrofia (aumento) de la masa muscular y disminución del porcentaje de grasa corporal, lo que no sólo provoca beneficios estéticos, si no que disminuye el riesgo de enfermedades asociadas a la vida sedentaria (estrés, infartos, lumbalgias, arteriosclerosis, varices, cansancio crónico…).

e) Metabolismo:

  • Se mantienen los niveles de glucosa durante la carrera, provocando una mejor tolerancia y disminuyendo la producción de insulina (ideal para los diabéticos).
  • Se favorece el metabolismo graso, por lo que se dificulta la acumulación de grasa y se favorece su movilización y utilización energética.
  • Aumenta el consumo de oxígeno máximo (V02 max.), lo que permite una menor sensación de esfuerzo o fatiga en las actividades cotidianas.
  • Mejor respuesta al estrés, por disminución de las catecolaminas.
  • Incrementa el grado de funcionamiento de los órganos desintoxicadores (riñón, hígado, piel, etc.), por lo que disminuye la posibilidad de piedras en la vesícula, riñón, etc.
  • Aumenta el HDL (colesterol “bueno”) y disminuye la LDL (colesterol “malo”), con lo que se reduce el riesgo de arteriosclerosis e hiperlipidemia.
  • Se favorece el peristaltismo intestinal, mejorando la lucha contra el estreñimiento.

f) A nivel Psicológico y Social:

  • Aumenta la autoestima, entusiasmo, bienestar percibido, auto confianza, estabilidad, humor, imagen corporal, estado de ánimo, funcionamiento intelectual…
  • Disminuye la ansiedad, depresión, estrés, tensión, hostilidad, insomnio, etc.
  • Favorece la formación del carácter y la integración en la sociedad de los jóvenes, puesto que en la mayoría de los casos aumenta los vínculos sociales y favorece la auto superación, la cooperación, la decisión, el coraje, etc., ejerciendo una influencia muy positiva en la lucha contra el consumo de alcohol, el tabaco y otras drogas.
  • Favorece el desarrollo de valores tales como la solidaridad, cooperación, respeto, atención a la diversidad, coeducación, tolerancia, etc.

Beneficios de las actividades físico deportivas en adultos mayores

Mazzeo et al. (1998), en un pronunciamiento del Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM) sobre el ejercicio y la actividad física en los adultos mayores, afirman que los beneficios que se asocian con la actividad física regular y el ejercicio, propician un estilo de vida más saludable e independiente, lo cual mejora de forma significativa la capacidad funcional y la calidad de vida de la población adulta mayor.

Resultados paralelos en España obtuvieron Casterad, Serra y Betran (2003) cuando estudiaron los efectos de la gerontogimnasia durante cinco meses a nivel cardiovascular en 67 adultos mayores entre 64 y 82 años, pues no sólo encontraron diferencias muy significativas a nivel de frecuencia cardiaca y tensión arterial media, sino que también importantes beneficios psicológicos, sociológicos, afectivos…

También Campos et al. (2003) obtuvieron resultados similares en un estudio en el que aplicaron a 90 mujeres de más de 55 años durante seis meses un programa de ejercicio basado en el desarrollo de la fuerza (entrenamiento en circuito), pues no sólo se contrastaron incrementos significativos en los niveles de fuerza, sino que también en todas las variables psicológicas estudiadas: autoconcepto físico, autoestima global y satisfacción con la vida, lo que evidencia una vez más que los programas de ejercicio físico en adultos mayores no sólo mejoran las cualidades físicas trabajadas, sino también el bienestar psicológico. Martín (2006) hizo un resumen de los beneficios más importantes que le reportan a los adultos mayores el deporte y la actividad física: bienestar físico, autoconfianza, sensación de autoevaluación, mayor seguridad y confianza en las tareas cotidianas por un mejor dominio del cuerpo, aumento de la movilidad, mejor respuesta a las propuestas de actividades (prontitud), aumento de la movilidad articular, aumento del tono muscular, mejoría en la amplitud y economía de la respiración, mejoría en la circulación (especialmente a nivel de las extremidades), aumento de la resistencia orgánica, mejoría de las habilidades y de la capacidad de reacción y de coordinación, mejora las respuestas frente a la depresión, miedo, decepciones, temores y angustias, y fortalecimiento psicológico frente al aburrimiento, tedio, cansancio y soledad.

Conclusiones

Una vez revisadas las recomendaciones de actividad física, ejercicio y deporte, y viendo los innumerables beneficios a todos los niveles y edades que su práctica representa, la realidad nos muestra que los niveles de actividad física en la población no son especialmente elevados, tal y como vemos en el último estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, 2005) al respecto. Saber que la actividad física es beneficiosa para la salud no parece ser un motivo suficiente para ser activo. Según la Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE), hasta un 66% de los adultos europeos no llegan a alcanzar los 30 minutos de actividad física diaria recomendados, y 1 de cada 4 no realizan actividad alguna. Pero es que además, según Piéron (2001), las adolescentes españolas presentan el más alto índice de inactividad física de Europa, estando demostrado que la participación de adultos en actividades físico deportivas está muy relacionada con la hecha en estas edades.

Todo esto es aún más preocupante al comprobar que en el mencionado estudio del CIS (2005), en el que tomaron como población a una muestra de 8.170 hombres y mujeres de entre 15 y 74 años, y todas ellas fueron preguntadas, independientemente de si además hacían o no deporte, sobre si valoraban el deporte para todos (no el de alta competición) como algo bueno y necesario, y el 93,5% respondieron afirmativamente. Además, el 90,2%, pensando en el conjunto de la vida del país, consideran que el deporte y la educación física deben ocupar un lugar importante o muy importante. Queda por delante un importante trabajo de educación y mentalización que debe empezar desde el colegio y durar toda la vida, multiplicando los ayuntamientos y gobiernos la creación de programas de prescripción de actividad física y deporte para todas las edades, publicitándolos y favoreciéndolos para que lleguen al mayor número de personas posibles de cualquier género o edad, mejorando con ello su calidad de vida (Ardila, 2003).

Bibliografía

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  • Campos, J., Huertas, F., Colado, C., López, A. L., Pablos, A. y Pablos, C. (2003). Efectos de un programa de ejercicio físico sobre el bienestar psicológico de mujeres mayores de 55 años. Revista de psicología del deporte, 12, 1, 7-26.
  • Casimiro Andújar, A. J., Prada Pérez, A., Muyor Rodríguez, J. M. y Aliaga Rodríguez, M. (2005). Manual Básico de prescripción de ejercicio físico para todos. (1ª ed.) Almería: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Almería y Patronato Municipal de Deportes de Almería.
  • Casterad Más, J.C., Serra Puyal, J.R. y Betran Piracés, M. (2003). Efectos de un programa de actividad física sobre los parámetros cardiovasculares en una población de la tercera edad. Apunts, 73, 42-48.
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  • Waaler Loland, N (2004). Exercise, Health, and Aging. Journal of Aging and Physical Activity, 11, 170-184.

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